Logística Naval: más de 25 años de experiencia en el mercado

La empresa de sarandi sumo un nuevo servicio: construcciones civiles.

Con más de 25 años de trayectoria y experiencia, la empresa Logística Naval ubicada en Prudan 140 (Sarandí), se encuentra abocada a uno de los rubros donde Avellaneda lo tiene como un referente: la reparación de barcos.

«Nuestro fuerte es la reparación de buques, ya sean pesqueros, comerciales, de la Armada o de Prefectura, pero también abarcamos la reparación y construcción de equipos, como bombas o aires acondicionados, en instituciones terrestres y, desde hace unos años, también estamos incursionando en las construcciones civiles», le explicó a La Ciudad, el titular de la empresa, Juan Carlos Binaghi.

Logística Naval es a un barco lo que un taller mecánico es a un automóvil a un camión, con la lógica diferencia que implica el tamaño del «paciente».

«Nosotros vamos a la embarcación, desmontamos el equipo que está en malas condiciones, lo traemos al taller para las reparaciones y, después de la correspondiente prueba, lo volvemos a llevar para hacer un nuevo examen a bordo», resumió Binaghi.

«Si se puede traer el equipo completo, se trae -agregó- si no se trae la parte esencial que habría que reparar o cambiar por una nueva». En ese sentido, resaltó que cuentan con la maquinaria necesaria para construir los repuestos.

«En los buques hacemos todo lo que tenga que ver con la reparación y el mantenimiento, desde electricidad hasta mecánica -comentó- nos abocamos a las tuberías, al aire acondicionado de los buques y a las bombas de agua, entre otras cosas».

En ese sentido, destacó que «repuestos como ejes o impulsores lo fabricamos nosotros, y para las tuberías se compra la materia prima, se arma la tubería vieja arriba de un planchón, se hace la plantilla y se conforma el caño nuevo».

«La electricidad se hace abordo, pero los generadores o motores eléctricos sí se traen al taller para su mantenimiento, el cual es muy importante, porque no se puede tener un equipo de mucha potencia, sucio, en altamar», remarcó.

«Siempre digo que, cuando se hace algo abordo, hay que hacerlo pensando que la gente no lo usa al lado del muelle o cerca de tierra, sino que están a miles de millas de la costa», aseguró.

Además, Logística Naval trabaja como laboratorio de ensayos eléctricos, es decir que está autorizada por Prefectura a realizar simulacros de cortocircuitos, sobrecargas o falta de corriente en los tableros de un barco.

«Levantamos todos los cables, los desconectamos con aparatos que tenemos y simulamos un cortocircuito para ver como reaccionan los sistemas de seguridad», sostuvo.

Al respecto, explicó que, en caso de producirse un «block out», el buque tiene un mecanismo por el cual, cuando se corta el sistema en uso, se dispara otro de emergencia.

«El sistema pone en marcha al generador de emergencia que está conectado al circuito esencial, integrado por el timón, luces de navegación, radio y bombas de circulación y de incendio», describió Binaghi.

Por otra parte, para los pedidos en tierra, Logística Naval trabaja de la misma manera que abordo. Si los equipos se pueden arreglar in situ, se arreglan, de lo contrario son llevados a su taller para la reparación y la prueba correspondiente.

Un rubro que abrazó desde muy joven    
Juan Carlos Binaghi estudió en la escuela de la Armada, y luego de trabajar quince años para una empresa, pudo cumplir el sueño de abrir un taller propio.

«Arranqué con algo chiquito, junto a una persona más, y ahora mi hijo está al mando de todo», comentó Binaghi.

Con respecto a la decisión de abrirse de la empresa que lo empleaba e iniciar su propio camino, Binaghi sostuvo que siempre tuvo la idea de tener su taller.

«Fue creciendo porque en aquella época el puerto empezaba en el Puente Pueyrredón y terminaba en Dársena Este -añadió- pero ahora tenés Puerto Madero que es un Shopping, en el Riachuelo no se puede navegar y el país no tiene flota porque Don Carlos (Menem) vendió todo porque decía que no era rentable».

Sobre esa época, comentó que en el país se gastaban cinco mil millones de dólares en concepto de fletes, que antes quedaban en la Argentina.

«Ahora hay que pagar transporte, porque cuando había que tomar la decisión política de modernizar la flota, se la vendió. Ahora dependemos de los transportes extranjeros», criticó Benaghi.

En ese marco, si hay que hablar de los momentos más difíciles que tuvo que sortear Logística Naval, sin duda fueron los ’90. «Los primeros años de la empresa nos permitieron desarrollarnos y adquirir la propiedad, pero después se vino todo para abajo», explicó.

«Al ser dueño y no pagar alquiler, en esos momentos más complicados uno se mantuvo con otros trabajos menores. Después, a a fines de los ’90, empezamos a hacer mantenimiento en los distintos buques de la Armada y fuimos remándola», manifestó.

Los años del menemismo y del «uno a uno» también fueron complicados a la hora de obtener trabajos en el sector. Según explicó el propio titular de Logística Naval, cuando se volvió a pesificar la economía volvieron los buques extranjeros porque la mano de obra argentina es calificada y reconocida.

«Antes no se podía competir económicamente, pero igual ahora construcciones son muy pocas, una o dos que hizo Río Santiago, después se trabaja más en mantenimiento», expresó.

Con el tiempo, la empresa fue creciendo con otros trabajos que se fueron sumando, como reparaciones a equipos de hospitales y de grandes edificios.

«También estamos haciendo casas chiquitas, empezamos hace unos años para diversificar los rubros y seguir un poco la tradición familiar, porque mis abuelos eran constructores», informó Benaghi.

«Con mi hijo pensamos: barcos la Argentina lamentablemente no tiene más, así que vamos a volver a lo del abuelo, las construcciones civiles», remarcó.

En ese sentido, Logística Naval cuenta con un grupo de profesionales, entre ellos arquitectos e ingenieros, por lo cual los interesados podrán acercarse a su sede con la dimensiones del terreno y pedir no solo un presupuesto, sino una propuesta adecuada.

Finalmente, cabe destacar que la empresa tiene un espíritu familiar y un apellido al que responde con trabajo. Juan Carlos Benaghi está acompañado en el emprendimiento por su propio hijo, también llamado Juan Carlos, y su nuera, Cecilia Gimigliano.

Algunos de sus clientes    
Armada Argentina, Hospital Naval Dr. Pedro Mallo, Edificio Libertad, Fuerza Aérea Argentina, Área Material Quilmes, Prefectura Naval Argentina, Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, Administración General de Puertos, Hotel Panamericano, Universidad de la Matanza, Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, Festo S.A., Escuela Naval Militar, Biblioteca Nacional Argentina, Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, y Servicio Penitenciario Federal.
«Tenemos el mismo teléfono desde que comenzamos, nunca cambiamos de lugar ni el nombre de la empresa», aseguró Benaghi, lo que, sumado a una apellido de trayectoria en la zona, constituye una garantía de confianza.

Logística Naval desarrolla construcciones civiles que abarcan:
· Estructuras en general.
· Construcciones civiles e
industriales.
· Construcciones en seco.
· Herrería de obra y carpintería.
· Montajes.
· Instalaciones sanitarias: Desagües
cloacales, pluviales, pozos de bom
beo, redes de alimentación de
agua, salas de bombeo, tanques
de reserva y tanques de bombeo,
colectores, distribución de agua
fría y caliente, plantas térmicas.
· Instalaciones eléctricas de obra
e industriales.
· Instalaciones de ventilación:
extractores, conductos, ventiladores.
· Instalaciones contra incendio:
sistemas de bombas jockey
tendido de cañerías, colocación
de nichos hidrantes, etc.
· Restauraciones.
· Tratamiento de superficies.
· Pinturas industriales y obra.

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