A poco de cumplirse el segundo año desde que se lanzó la Universidad Nacional de Avellaneda, La Ciudad dialogó con el Director del Departamento de Producción y Trabajo de la UNDAV, Licenciado Walter Romero, quien compartió interesantes conceptos en torno al protagonismo que están tomando las nuevas universidades del conurbano y su función primordial de generación de nuevos puestos de trabajo.

Para generar procesos de crecimiento y desarrollo debemos avanzar sobre las condiciones del mercado desde dos áreas estratégicas como lo son trabajo y producción, para entenderlas desde sus necesidades y planificar así una gestión efectiva en la región.

Sobre esa premisa se apoya al Departamento de Producción y Trabajo de la UNDAV, que nuclea las carreras de Ingeniería en Informática y Diseño de Marcas y Envases; que dirige el Lic. Walter Romero.

«Cuando hicimos la presentación del Plan Avellaneda 2020, ahí desarrollamos un tema amplio que quedó muy bueno, e inclusive sirvió para unas cuantas definiciones. Me acuerdo que, en su momento, nos planteábamos si era un plan estratégico o no, y consideramos que iba a ser un plan estratégico el día que la comunidad lo hiciera suyo».

Y hoy, ya están surgiendo cosas muy interesantes. Sin duda, las universidades nuevas del conurbano están tomando un espacio vacante y están cumpliendo una función diferencial. Hay muchos chicos que se están convirtiendo en la primera generación universitaria de muchas familias», sostuvo Romero, con una mirada muy optimista de cara al futuro de la región.

Para el actual Director del Departamento de Producción y Trabajo de la UNDAV existe un concepto contradictorio que se cuestiona, y es el hecho de que la universidad sea inclusiva, pero que, al mismo tiempo, promueva la excelencia académica. «Creo que hay que optimizar esa cuestión. No tiene que ir ninguna variable en contra de la otra», mencionó el funcionario.

Para el ex Secretario de Planificación, Capacitación y Desarrollo Local de la Municipalidad de Avellaneda, «es necesaria una nivelación, si en algunos casos falta una formación previa. Actualmente vemos que hay un problema grande con matemática, en general. Cuesta un poco más el conocimiento simbólico, pero hay que meterse en el tema y así se va resolviendo». (Sonrió).

En ese sentido, el economista comentó que «existe un plan nacional, el industrial 2020, que tiene una serie de consignas, que si uno se pone a desarrollarlas encuentra esto: la conversión de la educación superior a las carreras duras. Y ahí es donde surge el tema de actuar en consecuencia, cuando falta algo de formación, para poder cubrirlo».

«Según ese mismo plan aparece también el gran objetivo de crear un millón quinientos mil puestos de trabajo de aquí al 2020.

En ese contexto, nosotros decimos –está en los estatutos- que la nuestra es una universidad inclusiva, donde el gran inclusor es el trabajo», aseguró.

Precisamente, con relación a la creación de puestos de trabajo el Lic. Romero destacó otra cuestión que no puede dejarse de lado: el constante avance de la tecnología.

«En ese plan también se define que la innovación tecnológica puede ser hasta la relanzadora de un ciclo económico. En el sentido que se crea una demanda por la innovación, que antes no existía. El ejemplo más común que se da son los celulares.
Pero, por otra parte, la innovación suele estar asociada no a la mano de obra intensiva sino a todo lo contrario: al ahorro de puestos de trabajo. Esas son las cuestiones que la universidad tiene que resolver», afirmó contundente.

«Si uno analiza la historia observa que la tecnología ha suprimido el trabajo humano. Pero tal vez fue porque se aplicó de ese modo. En realidad, la tecnología puede ser neutra, según como se la aplique», añadió Romero, quien planteó la necesidad de «una tecnología innovadora, pero al mismo tiempo, tomadora de puestos de trabajo».

«Lo bueno de una universidad nueva es la posibilidad de encarar estos temas casi sin preconceptos», resaltó.

Hacer docencia
Según el Lic. Romero, los primeros datos obtenidos del alumnado, a lo largo de estos primeros cuatro cuatrimestres de cursada, muestran que la edad promedio de alumnos está levemente por encima de lo que se podría considerar un estándar. «Entonces eso significa que mucha gente encontró una oportunidad que no había podido tener antes. Aunque en este segundo año de cursada, se ven jóvenes un poco más chicos en edad y disminuyó el promedio inicial».

El responsable del Departamento de Producción y Trabajo de la Universidad Nacional de Avellaneda recordó que siendo Secretario de Planeamiento Estratégico, allá por 2003, ya se planteaba –y se fundamentaba- la necesidad de contar con una universidad propia, cuyo perfil específico estuviese vinculado a las características socioeconómicas y culturales del distrito en particular y de la región en general.

Hoy, con ese sueño hecho realidad el Lic. Romero no esconde su alegría y lo sintetiza en una frase: «Pienso que tanto el municipio como la comunidad parieron a la universidad».

«Por entonces se hizo un trabajo muy serio y profundo de relevamiento de la oferta académica y de la demanda en el conurbano sur. Eso acompañó el proceso de la ley y fue bastante definitorio. Porque ahí se plasmó que tenía no debía superponerse con otra oferta académica y a su vez que tenía que estar orientada a la problemática del lugar. Por eso se estableció que tenía que dedicarse a lo ambiental, al deporte, a las artes, a lo productivo y al trabajo. De hecho, las carreras son muy consistentes e interesantes y, sobre todo, ligadas a lo laboral», enfatizó.

Sobre el futuro inmediato, Romero resaltó la idea de empezar, «no mucho más allá del año próximo, a hacer un trabajo con las empresas para poder realizar convenios de prácticas profesionales».

En esa dirección, afirmó que «la industria, en el mundo, no es la de antes. Debemos encontrar cuál es la producción tomadora de mano de obra para que se implante y crezca en Avellaneda».

Por último, el Lic. Walter Romero comentó su expectativa personal por desarrollar una labor docente, la cual considera una actividad fundamental, siendo parte del ámbito académico.

«Hasta diciembre del año pasado, trabajé en Desarrollo Social de la Provincia de Buenos Aires -fue Subsecretario de Políticas Sociales de la cartera social-, entonces estuve complementando mi trabajo con el lanzamiento de la universidad».

«Este año, le estoy dedicando mucho más tiempo a la universidad. Y aunque veo que es muy absorbente, al mismo tiempo creo que es un trabajo apasionante. Entonces estoy viendo la posibilidad de tomar una cátedra de economía. Hay varias introducciones a la economía en varias de las carreras, así que estoy preparando eso. Porque creo que es imprescindible ser docente en una universidad. Y hasta este momento he desarrollado más el aspecto profesional, pero estoy en un proceso de reconversión. (Risas).

Tengo una experiencia profesional importante, larga y variada. Así que ahora tengo que poder explicársela a los alumnos, para que les sirva a ellos», finalizó.