Las primeras veces en Avellaneda: El primer teléfono

Escribe Mariano Fain.

A partir de 1878 los periódicos y revistas de la Argentina comienzan a referirse a las ventajas de un nuevo medio de comunicación que comienza a revolucionar a los países europeos: el teléfono.

El diario El Nacional en su edición del 14 de enero decía: “Sigue este aparato generalizándose en Europa, y parece que acabará a la larga por reemplazar al telégrafo eléctrico.”

El mismo medio gráfico diez días después sostenía: “tenemos elementos científicos para efectuarlos ensayos con igual éxito que cualquier otra nación”, atribuyendo la demora a “indolencia y descuido de nuestra parte”(…)” de las invenciones modernas la del teléfono es la que más pronto ha sido explotada. Prusia, Inglaterra, España, Italia, Francia, etc, la usan. El Brasil ya ha empezado a dar pasos para establecerlo: mejor dicho, lo tienen en uso”.

“Estos resultados entusiasman. Repetimos: ¿por qué nuestras oficinas telegráficas no se entregan también a estas experiencias?”.

En la entrega correspondiente al lunes 4 de febrero, este diario celebró la fabricación de aparatos en la ciudad de Barcelona.

Tan sólo un año después la Argentina ya conocía a través de ensayos los aparatos de telefonía, y así lo registra el diario La Prensa, en su edición del sábado 16 de febrero de 1879:

“Tiene la forma y el tamaño de una copa de Champagne sin base.Lo que podría llamarse el tallo de la copa es hueco, así como la parte superior.

Ver el aparato es admirar profundamente su sencillez, Bajo ningún concepto comparable siquiera a los complicadísimos aparatos de la telegrafía eléctrica, que son por lo mismo más caros.

Algo mas todavía. El teléfono, por su sencillez es un aparato ordinario, que no exige gran cuidado.

Sus ventajas son palpables.

Ahorra empleados y su precio es mucho menor relativamente a los más baratos telégrafos.

Su aplicación ofrece las mayores economías y ventajas a las administraciones públicas y privadas, que tienen un centro de unidad y dirección, como la Policía, los ferrocarriles, los Gobiernos.

Un jefe de Policía sentado en su despacho puede hablar con todos los empleados de todas las oficinas de la ciudad, construyendo una red telefónica.

Con el ensayo preliminar del pequeño aparato construido por los señores Cayol y Newman se ha trasmitido con éxito la voz, el silbido y el canto.

Todo esto será ensayado el Domingo y además la música, ensayo que por primera vez se hace en el Río de la Plata.”

Finalmente en1881 se produjo la primera comunicación telefónica en nuestro país. Tuvo lugar entre el presidente Julio A. Roca, desde su despacho en la Casa Rosaday su ministro de Relaciones Exteriores, Bernardo de Irigoyen, desde su casa en Florida y Tucumán, a 7 cuadras de la Casa de Gobierno.

Durante algún tiempo los dos anteriores solo pudieron conversar por este medio entre ellos y con Marcelo Torcuato de Alvear, intendente de la Capital Federal, únicos tres beneficiados de los avances de la tecnología.

Ese mismo año nuevamente Roca e Irigoyen fueron protagonistas, pero esta vez de la primera comunicación telefónica “larga distancia”, la misma tuvo lugar entre Buenos Aires y Chivilcoy.

Parecía increíble, dos personas a 150 km de distancia una de la otra podían mantener una grata o no tan grata conversación…

El 24 de julio de 1881, el periódicoavellanedense El Pueblo informaba: “los hilos telefónicos han pasado ya este lado del puente”.

En unos meses las líneas se “ampliaron considerablemente”(Ya había veinte). Las mismas fueron instaladas por el técnico francés Víctor Anden. La empresa prestadora del servicio fue la “Sociedad del PanteléfonoLocht y Cía.”.

No mucho tiempo después nuevamente el periódico El Pueblo en su edición del domingo 22 de octubre de 1882 se refería al tema y esta noticia nos da testimonio del primer teléfono de la zona:

“Gran Novedad: Hoy se establecerá en Valentín Alsina (en aquel momento parte de Barracas al Sur) el teléfono en la casa del Dr don J. B. Poggeti: la línea viene de los corrales de Abasto y pasando por el Puente Alsina llega a la casa que habita dicho señor (…)

Se ha colocado en la oficina de la municipalidad el aparato que pone en comunicación dicha oficina con varios puntos de capital y Provincia.”

Rechazo al teléfono
El teléfono no fue aceptado inmediatamente, muchos creyeron en la inoperancia de dicha tecnología, un ejemplo de ello lo representan las manifestaciones y/o conclusiones vertidas en la exposición industrial de Filadelfia de 1876:
“La trascendencia y posterior aceptación masiva de los inventos y de los descubrimientos no guarda relación con su grado de importancia sino con su sencillez para ser comprendidos.”

“Cada dos o tres años se presenta una cuestión y alguna invención más o menos curiosa, que parece deber concentrar en sí sola la atención pública, como si en ella sola fuera compendiado todo el progreso de la ciencia”

Finalmente el 22 de septiembre de 1887 se acordó establecer un permiso a la compañía Telefónica Franco Argentina para instalar una oficina de dicha entidad en Barracas al Sur, actual Avellaneda.

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