“Las decisiones de Argentina se toman en Argentina”, advirtió el ministro de Economía

El ministro de Economía, Amado Boudou, afirmó que Argentina llevará una posición propia y se mantendrá al margen de la discusión que los países desarrollados pretenden llevar adelante en la próxima cumbre del G-20, que se llevará a cabo a mediados de noviembre en Seúl, en torno a la denominada “guerra de monedas”.

“Argentina podrá mantenerse al margen de esta discusión porque tiene mucha solidez fiscal, existen gran cantidad de reservas en el Banco Central y también hay superávit comercial”, indicó Boudou, tras participar en el lanzamiento del Programa 2010-2014 del Museo de la Deuda externa.

“Las decisiones de Argentina se toman en Argentina; por suerte durante el Gobierno de Néstor Kirchner le pagamos al FMI o sea que chau FMI, tus recomendaciones no las queremos”, agregó el ministro.

Boudou viajará el miércoles con destino a Seúl, para participar de un encuentro previo a la Cumbre de países miembros del Grupo de los 20 (G-20), que se llevará a cabo entre el 11 y 12 de noviembre próximos, y en el que estará presente la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner.

El ministro de Economía y el director del Banco Central, Sergio Chodos, tomarán parte en la capital de Corea del Sur del encuentro de ministros de Economía y de Finanzas y de autoridades de bancos centrales del G-20.

La posición argentina en torno a la denominada “guerra de monedas” ya había sido adelantada por Boudou durante la Cumbre del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) que se llevó a cabo hace algo más de una semana en Washington.

Allí, Boudou dijo que Argentina “tiene la capacidad de aislar al país de la guerra de monedas” que se produce actualmente a nivel internacional, al tiempo que enfatizó que el Gobierno “va a seguir administrando el tipo de cambio para que sea competitivo y que al mismo tiempo permita robustecer el mercado interno”.

La “guerra de monedas” es hoy por hoy el título predominante de las discusiones que llevan adelante las naciones más industrializadas y las que están en vía de desarrollo para terminar de superar la crisis internacional desatada a causa de las hipotecas de baja calidad en EEUU.

Los países más desarrollados reclaman esencialmente a China y a otras naciones asiáticas una fuerte revaloración de sus monedas locales -como el yuan- frente al dólar u otras divisas fuertes.

La discusión en torno a este tema tuvo un nuevo capítulo hoy en Shanghai, en una reunión en la que participaron directivos de los principales bancos centrales del mundo, a partir de una convocatoria formulada por el FMI.

Durante la Cumbre Anual del organismo multilateral y del BM desarrollada en Washignton, su titular, Dominique Strauss-Kahn, ya había exhortado a las naciones miembros del FMI a trabajar en conjunto para resolver la crisis global.

“La historia nos ha enseñado que esto no es la solución”, dijo el titular del FMI sobre la denominada “guerra de monedas”.

“Lo que necesitamos es más cooperación en el lado monetario y en el sistema internacional”, agregó el dirigente francés.

Hoy, en la reunión desarrollada en Shangay, el vicegobernador del Banco Popular de China, Yi Gang, reiteró la decisión del gigante asiático de seguir adelante con las reformas “cautas” de su moneda, que -según los críticos- se basan en mantener al yuan subvaluado artificialmente, haciendo que las exportaciones del país sean las más baratas de los mercados internacionales.

Yi dijo a la prensa que China va a “continuar la reforma de nuestro régimen de cambio de manera gradual y al mismo tiempo mantener la estabilidad de economía

noticias relacionadas