El hecho ocurrió alrededor de las 14, en las calles Caaguazú y Esquiú, de dicha localidad en el sur del Gran Buenos Aires, donde Carlos Klodczyk fue abordado por delincuentes que lo balearon en la cabeza y en el pecho.

Fuentes policiales informaron a Télam que todo comenzó cuando el subcomisario acompañó a su tía a retirar unos 8.000 pesos de un banco de la zona y luego se trasladaron en un auto hacia el restaurante Diógenes.

En ese momento, dos delincuentes armados los interceptaron con fines de robo, por lo que el efectivo, vestido con ropas de civil, se resistió al dar la voz de alto.

Según las fuentes, Klodczyk, quien prestaba servicio en la comisaría 7ma. en la localidad de Villa Industriales, salió a la calle y se enfrentó a tiros con los asaltantes, quienes lo asesinaron de al menos tres balazos, dos en la cabeza y uno en el tórax.

Los delincuentes escaparon sin robar nada a bordo de una moto de alta cilindrada conducida por un cómplice y, aparentemente, un auto Chevrolet Meriva iba como apoyo.

Los investigadores hallaron varias vainas servidas calibre .45, las cuales fueron disparadas por los asaltantes tras la resistencia al robo por parte del subcomisario.

Además, los pesquisas también encontraron vainas de calibre nueve milímetros, por lo que suponen que Klodczyk efectuó varios disparos con su arma reglamentaria antes de ser asesinado.

En ese sentido, un empleado del restaurante dijo a Télam que se escucharon “muchos disparos” y que las víctimas no llegaron a ingresar al comercio.

El hecho es investigado por el personal de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 del Departamento Judicial Lomas de Zamora, a cargo de la fiscal Mariana Monti.

El tío y ex jefe de la Policía bonaerense Pedro Anastasio Klodczyk murió el 3 de noviembre del 2000 a los 59 años víctima de un cáncer y fue quien más tiempo duró en la provincia -siete años- al frente de la institución.

La fuerza que condujo Klodczyk pasó a la historia como la “maldita policía”, a raíz del título de una nota de la revista Noticias, cuya foto que ilustró la tapa fue realizada por el reportero gráfico José Luis Cabezas, asesinado seis meses después por orden del empresario Alfredo Yabrán.