La UNLa llega a las 100 muestras de arte

Con la inauguración de una exhibición del reconocido escultor Leo Vinci, el miércoles 28 de abril, el Espacio de Arte de la casa de altos estudios, dirigido por Cristina Enghel, alcanzará las 100 exposiciones gratuitas en su sede académica.

Con la inauguración de una exposición de Leo Vinci, quien es considerado uno de los mejores escultores del país, el Espacio de Arte de la Universidad Nacional Lanús (UNLa) llega al centenar de muestras de artes plásticas. La cita será el próximo miércoles -28 de abril-, a las 13, en el Edificio José Hernández de la casa de altos estudios -29 de septiembre 3901, Remedios de Escalada-, con entrada libre y gratuita.

Los comienzos
Están por cumplirse ni más ni menos que 12 años de aquella primera muestra del Espacio de Arte. Desde entonces, más de un centenar de artistas (ya sea en exposiciones individuales o colectivas) exhibieron sus creaciones en la UNLa. Obras de maestros de las más diversas técnicas, como Hermenegildo Sábat, Oscar Grillo, Claudia Aranovich y Aníbal cedrón, entre otros, pudieron apreciarse alternativamente en los tres espacios que la UNLa dedica a las actividades culturales: sus edificios Scalabrini Ortiz, Juana Manso y José Hernández.

El espacio
“Son lugares de libre acceso donde circulan a diario los estudiantes y los vecinos que se acercan a ver las obras que se presentan”, explica Enghel, antropóloga, psicóloga y directora de Relaciones Institucionales y Culturales de la Universidad, y organizadora de las muestras de la UNLa.

“Esto es un verdadero trabajo de equipo con el asesoramiento del artista Rubén Borré. Todos tenemos mucho entusiasmo y compromiso con lo que hacemos”, continúa Enghel.

Y agrega: “Estos espacios comenzaron con la inquietud de dos asistentes del departamento, Guillermo Tangelson y Cristina Dapiano. Se van el centenar de muestras y seguiremos adelante”, agrega con orgullo Enghel.

Sensibilizada por el arte desde siempre, Enghel asegura que estos espacios culturales se destacan por el respeto a cada artista. “Es muy importante en este mundo globalizado trabajar para estas expresiones artísticas. La cultura es transmitir valores a las personas, no el simple incentivo para el consumo”, sostiene, rodeada de esculturas y obras de arte.

Perfil de Vinci
Formado por maestros legendarios como Ernesto de la Cárcova, Troiano Troiani, Alberto Lagos, Alfredo Bigatti y José Fioravanti, Vinci pertenece a la generación que rompió con los moldes del academicismo para incursionar en una visión contemporánea de la escultura.

«En el tiempo que mi generación estaba terminando su formación comenzó el desprendimiento de la influencia del academicismo europeo y empezamos a sentir la necesidad de despegarnos de esa herencia», recuerda Vinci en su casa-taller del barrio porteño de Barracas.

«Creíamos que había que iniciar un camino propio, vinculado a nuestras propias experiencias y a las cosas que sucedían en el entorno que vivíamos. Recibíamos una información apabullante de los movimientos que estaban sacudiendo al mundo de la escultura y nos impactaba el camino de artistas como André Lothe, Picasso y Henry Moore, pero nos resistíamos a transportar esas formulaciones de manera mecánica».
Siguiendo esta premisa, en la década de 1950 Vinci formó junto a varios compañeros de estudio el Grupo del Sur. Dentro de ese colectivo creativo, el escultor comenzó a definir un estilo influido por la abstracción pero con fuertes improntas antropomórficas y elaboraciones en las que lo humano se funde con elementos de la naturaleza.

Desde entonces, su obra ha sido un constante ir y venir por materiales como la arcilla, la chapa, la madera y los metales, en formulaciones que van desde miniaturas hasta obras monumentales.

»Nunca pretendí formar parte de ningún tipo de vanguardia —señala Vinci— sino simplemente alcanzar la posibilidad de hacer obras que pudieran ser leídas por el público y que estuvieran incorporadas geográfica e históricamente en el lugar donde se realizaban”.

Ese compromiso con su sociedad y su tiempo provocó que en 1976 el escultor fuera expulsado como docente de la Escuela de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón, un hecho que fortuitamente impulsó la creación de su taller de escultura, considerado hoy como uno de los más importantes del país. «Fuimos quince docentes expulsados y ninguno formaba parte de agrupaciones políticas, sencillamente teníamos una sensibilidad social y una relación con los alumnos que no estaba regida por la imposición sino por el diálogo», recuerda el escultor junto a una de sus obras.

CV de Vinci
Egresó de las Escuelas Nacionales de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova y el Fondo Nacional de las Artes patrocinó su viaje de estudios por Europa. Entre 1962 y 1976 —cuando lo echó la dictadura— ejerció la docencia en las Escuelas Nacionales de Bellas Artes Manuel Belgrano y Prilidiano Pueyrredón. En 1965 obtuvo una mención en el Salón Nacional de Artes Plásticas y en 1976, el Segundo Premio de Escultura del mismo certamen.

En 1987 le dieron el Gran Premio de Honor del LXXVI Salón Nacional de Artes Visuales. Entre otros reconocimientos, en 1996 Vinci ganó el Primer Premio Salón Municipal Manuel Belgrano, en Buenos Aires. En 1989 fue designado comisario del Envío Argentino a la Bienal de Venecia, Italia.

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