La Universidad Nacional de Avellaneda comprendió, desde la tempranísima hora de su fundación, la exigencia de (re)pensar esta hora latinoamericana. Por ello, entre otras iniciativas, afrontó junto con la Universidad Nacional de General Sarmiento y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Sede México, una Red para el fortalecimiento del estudio sobre los procesos de democratización política y social en América Latina (que transcurre su segunda edición) y lanzó la Colección Gramáticas Plebeyas, con tres títulos editados y un cuarto en proceso de edición.

La obra de Ernesto Laclau ha contribuido (y contribuye, de manera decisiva) a situar los desafíos teóricos que representa ese proyecto. La comprensión del actual escenario regional, asociado a la emergencia y consolidación de un conjunto de gobiernos que, desde varias tendencias, se suele calificar como “populistas”, obliga a repensar esta vieja categoría y estar atentos a las nuevas inflexiones teóricas que ha asumido: ese empeño es inescindible del pensamiento de Laclau. Que merecerá, con toda justicia, poderosos abordajes, desde perspectivas diversas y será, como ha sido hasta esta hora desdichada en la lejana Sevilla, siempre imprescindible. Mencionemos acá, a cuenta de reflexiones más profundas, entre otros rasgos que lo distinguieron, que ha sido el pensamiento de una poderosa persistencia latinoamericanista. Ninguna de las largas décadas que vivió en Europa lo alejó de esta Patria Grande, siempre palpitante, a la que pensó, con la que sufrió y con la que se entusiasmó, como lo que fue: un militante y un filósofo extraordinario cuyo legado académico ha nutrido, nutre y continuará nutriendo esa pasión común por una vida mejor.

Ernesto Laclau, sin renunciar a ninguno de los debates y combates de su tiempo, alimentó un diálogo fértil con distintas corrientes de la filosofía social y política contemporánea. Su extraordinario ciclo en el Canal Encuentro, “Diálogos con Laclau”, es un tesoro de enorme significación, por el que pasaron, entre otros, Negri, Balibar, Vattimo, Horacio González, Mouffe, Alemán, Ranciére.

En este puñado apretado de consideraciones, apuradas en la siempre enigmática y abismal hora de la muerte, esta Universidad del Bicentenario lo despide como lo ha considerado: un maestro.