La tecnología y el diagnóstico. De la radiografía al resonador magnético.

Escribe: Ingeniero Fabián H. Montefinal.

La evolución de la tecnología aporta mejoras a todas las áreas del desarrollo humano. La innovación alcanzada por la aplicación de nuevas metodologías en la medicina actual se puede percibir a simple vista, en especial a lo que se refiere a los diagnósticos por imágenes.

Hasta hace no mucho tiempo, unos veinte años atrás, las únicas imágenes que se podían obtener del interior de un cuerpo eran mediante radiografías, las que por intermedio de la aplicación de rayos X muestran una foto interna de las partes duras del cuerpo humano.

Claro está, que la aplicación de esta radiación en forma intensa produce alteraciones en la actividad normal del organismo.

Actualmente, la resonancia magnética nuclear se convirtió en uno de los avances tecnológicos de la medicina para el diagnóstico preciso de múltiples enfermedades.
La aplicación de principios físicos mediante el uso de equipos de captura de información que puede generar una imagen brinda a la medicina una herramienta que no sólo permite ver lo conocido sino descubrir nuevos detalles que aportan más conocimiento.

Los primeros experimentos de resonancia magnética con líquidos fueron realizados en 1945, en la Universidad de Stanford. En 1946, en la Universidad de Harvard, tuvieron lugar las primeras pruebas con objetos sólidos.

En sus primeras etapas, la resonancia magnética se utilizó, primordialmente, en una ciencia llamada espectroscopía pero cuando los investigadores se dieron cuenta de que un núcleo atómico cambiaba la energía que emite en diferentes entornos, la resonancia magnética se convirtió en una poderosa herramienta analítica.

Fue en 1967 que Jasper Jackson se convirtió en el primer científico en aplicar los descubrimientos de la espectroscopía en organismos vivos. En 1972, en la Universidad Estatal de Nueva York, Paul Laterbur probó que era posible utilizar estos hallazgos para producir imágenes.
El resonador magnético está constituido por
un complejo conjunto de aparatos emisores de electromagnetismo, antenas receptoras de radio frecuencia y computadoras que analizan datos para producir imágenes detalladas, de dos o tres dimensiones con un nivel de precisión nunca antes obtenido, que permite identificar alteraciones en los órganos y los tejidos del cuerpo humano, evitando procedimientos molestos y agresivos para el paciente.

Para producir imágenes sin la intervención de rayos X o gama, lo que la hace ser un procedimiento inocuo y seguro para todos los pacientes, la resonancia magnética se obtiene al someter al paciente a un campo electromagnético.

Éste actúa sobre los átomos de hidrógeno que conforman los tejidos humanos, los cuales, al ser estimulados salen de su alineamiento normal. Cuando el estímulo se suspende, regresan a su posición original, liberando energía que se transforma en señales de radio para ser captadas por una computadora.

La información obtenida se almacena en la computadora, que las en convierte en imágenes, las cuales describen la forma y el funcionamiento de los órganos, para poder ser analizadas.

Algunos equipos de resonancia magnética consisten en un túnel dentro del cual se encuentra el poderoso imán. El único problema que esto llegó a representar es que algunas personas no toleran estar dentro del aparato (debido a claustrofobia), por lo que los nuevos modelos poseen espacios más abiertos, para que el paciente se sienta más relajado.

El equipo suele hacer una serie de ruidos que son completamente normales. Esto también llegó a inquietar a algunos pacientes, por lo que, para incrementar el confort de la persona, se le proporciona un par de audífonos para que escuche su música favorita o, como sucede en algunos equipos, se puede sintonizar el canal de televisión.

Ingeniero Fabián H. Montefinal
Gerente General
Excelan Automación S.A.
fmontefinal@excelanautomacion.com.ar
www. excelanautomacion.com.ar

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