“La semilla es el corazón de la soberanía alimentaria”

Lo indicó René Castro técnico de Prohuerta quien trabaja con alumnos y vecinos en el Centro Demostrativo Agroecológico de la Universidad Nacional de Lanús (UNLa). La huerta agroecológica que es promovida por el programa Prohuerta (INTA/MDSN) y la Agencia de Avellaneda de la Estación Experimental Agropecuaria AMBA.

Una sombra generosa, un mejor mate y un pan casero con toque de albahaca dieron el marco para repasar los conceptos de la huerta agroecológica que es promovida por el programa Prohuerta (INTA/MDSN) y la Agencia de Avellaneda de la Estación Experimental Agropecuaria AMBA, en el cual alumnos de diversas cátedras, al que se sumarán vecinos y representantes de instituciones, aprenden a sembrar y cosechar en el en el Centro Demostrativo Agroecológico de la Universidad Nacional de Lanús (UNLa), Malabia y 29 de Septiembre, Remedios de Escalada.

 

René Castro, del programa ProHuerta, explica que “el curso propone la capacitación en el manejo agroecológico, del sistema huerta, como alternativa de vida, valorando y respetando la diversidad cultural y biológica a través del abordaje de la fertilización del suelo asociación de plantas, rotación de cultivos, abonos orgánicos, plantas aromáticas, uso natural manejo de plagas y enfermedades” y destacó el valor que tienen las semillas al calificarlas como “el corazón de la soberanía alimentaria”.

 

El Centro Demostrativo Agroecológico es un espacio abierto a toda la comunidad, por lo que pueden participar todos aquellos interesados en el aprendizaje sobre agricultura urbana: verduras de hoja o frutas de temporada.

 

“Este curso orienta a la producción de alimentos para el auto consumo familiar y comunitario defendiendo la seguridad y soberanía alimentaria en el ámbito local. Además revaloriza los valores que encierra cada semilla: un color, un aroma, un sabor puede llevar a recuerdos de infancia, de la vida… del lugar de pertenencia”, agrega Castro del Programa Prohuerta y de la agencia INTA AMBA Avellaneda.

 

Los alumnos, de las cátedras de nutrición y trabajo social de la UNLa, estuvieron muy atentos a las indicaciones del técnico quien junto con Federico Paris, también de Prohuerta, coincidieron en que la mirada agroecológica apuesta a valorizar a la semilla y a saber tener paciencia para lograr una buena cosecha.

 

Valores y saberes

“El hombre descubrió la agricultura y desde ahí las semillas traen una historia muy significativa cargada de valores y de saberes”, dijo René quien agregó que con ese crecer de la actividad a lo largo de miles de años hubo muchos avances en las variedades de cada una de las especies que se fueron cultivando.

 

Ana Moreno, profesora de la UNLa, expresó que este curso se enmarca en las prácticas pre profesionales de los alumnos de la licenciatura en Nutrición: “Es para destacar que el proceso de aprendizaje de este proyecto está compuesto por una multiplicidad de actores sociales y políticos como el INTA AMBA, el programa Prohuerta, la Universidad de Lanús y organizaciones comunitarias. Además los docentes que llevamos adelante esta propuesta somos un equipo interdisciplinario”.

 

“Tanto con el INTA AMBA como con el programa Prohuerta nos estamos entendiendo muy bien en el lenguaje y en la concepción ideológica de esto que llamamos soberanía alimentaria que es elegir qué queremos comer desde una producción propia y sana. Esto tiene además un impacto en los grupos comunitarios con una señal muy positiva”, sostuvo Moreno.

 

Al abrigo del sol

Como parte de las actividades los participantes comenzaron a reconocer las semillas de repollo, coliflor, zanahoria, habas, arvejas, achicorias o rabanito. Pegaron en un afiche cada especie para ir aprendiendo sus primeros secretos.

 

“Deben trabajar bien la tierra antes de sembrar e ir dejando más de una semilla en cada surco para lograr una mejor producción. Además es clave trabajar con las variedades típicas de cada estación del año”, indicó inicialmente Paris.

 

La docente Moreno también sumó que los estudiantes que participan de la propuesta son muy solidarios al compartir saberes y están muy “entusiasmados ya que ellos eligieron este perfil de actividad. Así que depositamos las mejores expectativas ya que son como semillas que se preparan para dar sus mejores resultados”.

 

Ya la sombra iba dejando lugar al sol y los alumnos, lejos de correrse, se le animaban con ganas ya que de ese calor y de sus cuidados dependerá lograr lo mejor que puede obtenerse de la huerta: una buena cosecha.

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