La Parroquia San Pablo realizó “misión” en Villa Tranquila

Participaron miembros de la comunidad, catequistas, padres e integrantes de distintos grupos parroquiales. Consistió en visitar las casas para llevar la palabra de Dios e invitaron a las personas interesadas, a tomar el sacramento del bautismo o de la comunión en la misa comunitaria que se ofició al finalizar la misión.

La Parroquia San Pablo Apóstol de Avellaneda -Av. Roca 468- a cargo del Padre Mario Ghisaura realizó el sábado 27 de abril, una Misión a Villa Tranquila -la primera de este año- con miembros de la comunidad, catequistas, padres e integrantes de distintos grupos parroquiales.

Consistió en visitar las casas para llevar la palabra de Dios e invitaron a las personas interesadas, a tomar el sacramento del bautismo o de la comunión en la misa comunitaria que se ofició al finalizar la misión.

A continuación se brinda un testimonio -que hicieron llegar desde la parroquia- de Karina Alba Cardoneda, una mamá que salió a misionar con ellos.

«El sábado pasado participé durante la mañana de la misión que organizó la Parroquia y realmente fue una experiencia de Fe muy fuerte.

No se imaginan el miedo y la incertidumbre que tenía al principio, pero enseguida me sentí muy cuidada por los catequistas que organizaron la Misión. Fuimos caminando todos juntos hasta la entrada de Villa Tranquila y allí nos esperaron dos misioneras del lugar que nos acompañaron hasta el Galpón donde estaban todos reunidos.

Me sorprendió ver ese lugar, tan lindo preparado, con un altar, los nombres de los cinco continente, el Rosario hecho con bolas de telgopor de colores, música cristiana y lleno de niños!!

La gente de Infancia Misionera, los Scouts y otros servidores del lugar fueron un testimonio de fe, de fraternidad y de amor al anuncio de la Palabra.

Fuimos de casa en casa, con una misionera del lugar y dos o tres de la parroquia, y la mayoría de la gente nos abrió la puerta. Compartimos la Palabra, anotabamos para bautizar a los niños que quisieran ya que ese día a las 17 hs se bautizaba y luego había misa, y les preguntabamos si querían que rezaramos por alguna intención en particular. Finalmente si querían les pintabamos una imagen de la Virgen y la Cruz en la puerta como signo de protección y de que la Virgen habia pasado por allí. En mi grupo, dos nenas del lugar que participan de las actividades que organiza la parroquia fueron con nosotras y eran las encargadas de pintar la imagen de la Virgen mientras nos escuchaban hablar con sus vecinos. 

Personalmente, sentí una sensación fuerte de «pertenencia», unida al lugar, a la Iglesia, a los Scouts, a Infancia Misionera. La verdad que fui más evangelizada que misionera!! Y sobre todo sentí un sentimiento fuerte de fraternidad, con todos los hermanos que veía por primera vez y que sin embargo parecía que los conocía de toda la vida y la urgencia de anunciar la Buena Noticia de la que tanto nos hablaron a nosotros pero que muchos no conocen».

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