La Parroquia San Antonio de Padua inauguró su rosetón en el ingreso al templo

Con un emotivo acto a cargo del Obispo de Avellaneda-Lanús, Monseñor Marcelo Margni, la comunidad religiosa de la Parroquia San Antonio de Padua, ubicada en la calle Florencio Varela 1.343 de Gerli, procedió a la bendición del rosetón del nuevo frente del templo.

 

En ese marco, cabe destacar que no fue solo una inauguración, sino la celebración de todo un proceso de obras que redundarán en un lugar más confortable para todos los fieles que concurren al templo. La idea no es solo festejar los logros, sino también el recorrido para lograrlo, que significa mucha dedicación y esfuerzo.

Esta bendición es como una meta intermedia de lo que todavía nos falta por hacer, es la celebración de lo hecho hasta ahora. Es festejar el camino que se está recorriendo”, dijo a La Ciudad el Padre Leonardo Palluzzi, quien detalló que, desde hace 9 años que se están realizando importantes obras en el lugar.

Desde 2013 estamos haciendo modificaciones al templo y a la estructura de la parroquia. Lo hacemos de manera progresiva y lo que hicimos ahora fue la inauguración formal del nuevo rosetón con la nueva puerta de entrada a la parroquia, que ahora tiene una altura de 4,20 cuando antes era de dos metros”, sostuvo el Padre Leonardo.

El rosetón, que fue realizado por un vecino del barrio, estaba hecho desde 2017 pero no se podía colocar porque aún faltaba concretar otras reformas en la parroquia. “Recién ahora se pudo (instalar), porque llegamos a hacer la cosas. Se pintó y se hizo la instalación eléctrica; estas cosas son de etapa en etapa”, relató el sacerdote.

Las cosas se van haciendo despacito porque es un esfuerzo netamente de la comunidad parroquial, porque no se reciben subsidios. Sí hemos recibido algunas donaciones, con lo que pagamos la mano de obra”, agregó.

Muchas son los trabajos concretados durante esta última década. Actualmente, el Padre Leonardo tiene confeccionado una lista de trabajos pendientes de los cuales ya ejecutó seis. Sin embargo, previo a la confección de ese “punteo de objetivos”, otras 30 tareas pudieron ser concretadas.

De la lista de cosas para hacer, que incluyen 21 ítems, por ahora llevamos cumplidos seis, pero esas seis cosas son sólo de los que nos queda, porque ya hicimos como treinta trabajos con anterioridad,  entre ellas cambiar la sacristía del lugar y colocar nuevas aberturas”, detalló.

La primera reforma, realizada en 2014, fue la del presbiterio, que es el espacio donde está el altar. A partir de ahí se fueron sumando pequeñas obras que terminan modificando casi todo el templo, menos el piso y las paredes.

Pusimos seis puertas en el templo, que no tenía ninguna lateral. En verano, cuando hace calor, se pueden abrir para que haya ventilación cruzada e incluso con una silla la gente puede seguir la misa desde el lado de afuera”, comentó el Padre Leonardo.

Ahora se está trabajando en el campanario parroquial con la reubicación de los tanques de agua, que hay que mover para cuando hagamos el techo nuevo -añadió- e hicimos desaparecer todos los escalones para que una persona discapacitada pueda, desde a vereda, tener acceso a todo el tempo sin dificultades”.

Nos falta construir un nuevo salón sobre el depósito de Cáritas, cambiar la reja de entrada, hacer la nueva vereda y colocar las cabreadas para el nuevo techo, entre otras cosas”, culminó el Padre Leonardo.

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