La nueva explosión en Fukushima causó alarma por una posible fuga radiactiva

Una nueva explosión ocurrió ayer en la central nuclear Fukushima 1, en el Este de Japón, que se presume causó daños esta vez en el contenedor de presión donde se encuentra el material radiactivo del reactor número dos, informó la agencia de noticia Kyodo, que citó a fuentes gubernamentales. La Unión Europa convocó a una cumbre nuclear por la crisis en Japón

Tras el estallido, en los alrededores de la planta se registraron mayores niveles de radiactividad, señalaron las fuentes, en tanto la operadora de la central, la empresa Tepco, manifestó que se estaba ante un “escenario muy desfavorable”, señala un despacho de la agencia DPA.

A diferencia de las dos primeras explosiones, del sábado y de ayer en esa central, ésta dañó no sólo el edificio que contenía al reactor sino también el contenedor de presión, tras lo cual se evacuó a los trabajadores de la central a un lugar seguro.

La emisora NHK -citada por la misma agencia- señaló que se desconocía si lo que liberó la explosión fue vapor o agua, y su eventual nivel de radiactividad, que con el viento norte de esta jornada podría dirigirse hacia Tokio.

A 17 militares estadounidenses que colaboraban con helicópteros en tareas de asistencia en la provincia de Miyagi, la más afectada por el sismo, se le detectaron síntomas de radiactividad de bajo nivel, por lo que suspendieron las tareas, inclusive las operaciones del portaaviones de propulsión nuclear Ronald Reagan.

Según los militares norteamericanos, el origen de esa radiactividad habría sido una columna de humo proveniente de la central, que contaminó al personal con un nivel equivalente a la radiación ambiental que se acumularía en un mes.

Las autoridades establecieron una zona de exclusión de 20 kilómetros alrededor de la planta Fukushima Daiichi y de unos 10 kilómetros en torno a otra instalación cercana.

Unas 140.000 personas fueron trasladadas del área, mientras las autoridades se preparaban para distribuir yodo para proteger a la gente de una exposición radioactiva.

El accidente nuclear, el peor desde el desastre de Chernobyl en 1986, motivó críticas sobre la insuficiente preparación de las autoridades japonesas para afrontar un terremoto tan potente y la amenaza que podría suponer para la industria nuclear del país.

El titular del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), James Lyon, descartó ayer que en los reactores nucleares japoneses afectados por el terremoto se haya producido hasta ahora una fusión de núcleo.

“No tenemos ninguna información de que ardan en este momento barras de combustible”, dijo ayer Lyon durante una conferencia de prensa en Viena pero destacó que la situación “es dinámica y no puede ser analizada de forma definitiva”, según un despacho de la agencia DPA.

El Jefe de Gabinete de Japón, Yukio Edano, dijo que podría haber una fusión parcial de las barras de combustible en el reactor número 1 de la planta de Fukushima.

Y el primer ministro, Naoto Kan, aseguró que el problema nuclear era “fundamentalmente diferente” a la catástrofe ucraniana de Chernobyl, en 1986, informó la agencia Jiji.

“Se ha liberado radiación al aire, pero no hay reportes de que haya sido una gran cantidad. Esto es muy diferente del accidente de Chernobyl”, dijo Kan.

En tanto, el viento continuaba soplando desde el sur, lo que podría afectar en caso de fuga radioactiva a residentes en el norte de la instalación, indicó un funcionario de la Agencia Meteorológica japonesa.

El sismo de 9 grados Richter y el tsunami del viernes pasado, que dejó al menos 5,.000 muertos y decenas de miles de desaparecidos, también afectó a las centrales nucleares de Tokai, a unos 120 kilómetros de Tokio, y Onagawa, al norte de Fukushima y cerca del epicentro del sismo.

La bomba del sistema de enfriamiento del reactor número 2 de Tokai se habría detenido, dijo la agencia de noticias Kyodo.

La firma energética Japan Atomic Power aseguró que el proceso de enfriamiento estaba funcionaba en el reactor número 2 de su planta nuclear, aunque dos de sus tres generadores a diésel, que son usados para la refrigeración, estaban fuera de servicio.

El reactor de la planta, en la prefectura de Ibaraki se apagó automáticamente luego del sismo, citó la agencia japonesa.

Un portavoz de Tokyo Elecytric Power Co (TEPCO), operadora de la planta de Fukushima, aseguró que la radiación medida a las 11.44 (hora local) en Tokio, unos 25 minutos después de la explosión, fue de sólo 20 microsievert por hora, muy por debajo de los valores permitidos de 500 microsievert.

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