La madre del hombre hallado muerto en un auto dijo que el caso es una incógnita

La madre del hombre que desapareció el sábado poco antes del robo en su casa del partido bonaerense Hurlingham y este lunes fue hallado muerto dentro de su auto acarreado en el barrio porteño de Constitución, dijo que “es una incógnita” lo que sucedió con su hijo, a quien describió como un “tipo correcto” y “caballero”.

Se trata de Elba (78), la madre de Alejandro Scarzella (52) y quien residía con éste en una vivienda situada en Isabel La Católica 1869 de dicho partido de la zona oeste del conurbano, donde ella se encontraba sola ayer por la madrugada cuando la despertaron dos delincuentes “pidiendo dinero”.

“Yo pregunté ‘¿qué pasa?, ¿qué pasa?’ y me dijeron ‘nada, nada, le pasó algo a Alejandro y hay que darle un rescate de dinero que pide la Policía’, pero yo no lo creo”, contó este lunes a la prensa la mujer asaltada que consideró como “probable” que los ladrones hayan entrado a la casa con las llaves de su hijo ya que los ingresos a la misma estaban intactos.

Elba dijo que ella no se resistió porque tenía miedo de que le “reventaran la cara” y que les indicó a los delincuentes que el dinero se encontraba guardado “en el tercer cajón a la izquierda” del placar de la planta baja de la vivienda.

“Hallaron el cofre, sacaron la plata, se conformaron, se fueron a la planta alta, siguieron buscando plata y robaron, un reloj, un revólver de mi esposo, el revólver de mi hijo”, precisó Elba y agregó que a pesar de que ella se “portaba bien”, los asaltantes la “empujaban” y “tapaban la boca” al tiempo que la obligaban a tomar unas “pastillitas”.

Fuentes judiciales consultadas por Télam explicaron que se cree que los delincuentes le dieron a la mujer -que habitualmente toma medicación para la presión arterial- alguna droga para que permaneciera calmada durante el robo.

Consultada sobre cuándo vio a su hijo por última vez, Elba recordó que la noche del sábado, su hijo primero fue “a una reunión en la plaza” de Hurlingham -donde se realizaba una degustación de comidas-, luego regresó a la casa, “se bañó, se cambió, salió y nunca más volvió”.

“‘Voy a cenar con los muchachos’ me dijo”, relató la mujer sobre su última conversación con su hijo y luego dijo que ella no sabe si él tenía previsto encontrarse con alguna mujer que pudo haber conocido a través de las redes sociales.

“Era un hijo correcto. Un caballero”, describió ella y señaló que “no se sabe” qué pasó con él después que abandonó la casa.

“Es una incógnita (…) Yo pienso que lo han tomado y como él tenía todo en el auto, lo apretaron, le dijeron ‘cuántos hijos tenés, dónde vivís’…”, estimó Elba y en ese sentido precisó que los delincuentes también sabían los nombres de los tres hijos de Alejandro.

“Destruyeron una familia. Dejan tres hijos huérfanos, maravillosos, que no se lo merecen. Nadie merece salir y volver en un cajón”, lamentó la mujer.

Y concluyó: “Mi hijo era un muchacho normal, sin vicios, no iba a boliches y, a pesar de que estaba separado, vivía por sus hijos”.

Scarzella estaba divorciado y residía junto a su madre de 78 años. El hecho recayó en la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 6 de Morón, a cargo del fiscal Sergio Dileo.

Según las fuentes, el fiscal solicitó el secuestro del Volkwagen Golf negro, patente IYA 976, del hombre, quien actualmente trabajaba de vendedor para una empresa de calzado en la Capital Federal, y también el análisis de las últimas comunicaciones de su celular.

“Así se determinó que el aparato se activó por última vez en la localidad de Wilde (partido de Avellaneda) luego de la noche del sábado cuando la víctima salió a encontrarse con alguien”, explicó el vocero consultado, quien precisó que Scarzella tenía una vida social activa y solía tener este tipo de salidas durante los fines de semana.

En base a los testimonios de los amigos del hombre, los investigadores determinaron que la víctima estuvo hasta las 20.30 de esa noche en una degustación de comidas en una plaza de Hurlingham cercana a su casa y se conectó vía Whatsapp a las 22.51.

Mientras continuaba la búsqueda de Scarzella, una grúa acarreó un Volkswagen Golf negro mal estacionado en avenida Paseo Colón y Humberto 1°, en el barrio de San Telmo, hasta el playón de infractores situado en avenida Garay, debajo de la autopista 9 de Julio.

“Ahí (los operadores de la grúa) se dieron cuenta al acomodar y desenganchar el auto dentro del playón que entre el asiento trasero, que estaba desplazado y el baúl, había un hombre muerto y llamaron a la Policía Federal”, dijo a Télam un jefe de la fuerza.

Luego se constató allí también que sobre el auto pesaba un pedido de secuestro de la UFI 6 de Morón y que el mismo pertenecía a Scarzella, cuyo documento fue hallado dentro del vehículo, no así su teléfono celular.

Las fuentes señalaron que en una primera revisión del cuerpo, los médicos policiales detectaron que la víctima presentaba golpes y, de manera preliminar, estimaron la data de muerte un rango de entre 12 y 20 horas anteriores al hallazgo del mismo.

Sin embargo, los pesquisas aguardaban los resultados de la autopsia que se realizará en la morgue judicial porteña para determinar cómo y cuándo se produjo la muerte.

Dado que el hallazgo del cuerpo ocurrió en la Capital Federal, y que los peritajes forenses se efectuarán en esta jurisdicción, el fiscal Dileo remitió sus actuaciones al fiscal de Instrucción 2 porteño, Santiago Vismara, quien investigará el homicidio de Scarzella.

Por su parte, Gustavo Sgalla, un amigo de Scarzella y periodista especializado en polo, contó este lunes a la prensa que la víctima tenía tres hijos de 20, 18 y 13 años, y que cree que se trató de un hecho “al voleo” ya que no tenía deudas ni enemigos.

“La Policía dijo que pudieron haberlo interceptado a Alejandro y lo amenazaron para que les dijera en qué lugares de la casa había plata, joyas y cosas de valor”, dijo Sgalla, quien no descartó que a su amigo lo hayan engañado por las redes sociales ya que no tenía una “pareja estable” y buscaba relacionarse por esa vía.

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