La importancia de la manipulación de los alimentos

El 40% de las enfermedades transmitidas por alimentos ocurren en los hogares, según la FAO.

“La higiene en la manipulación de los alimentos es fundamental para prevenir enfermedades e infecciones de origen alimentario, muchas de las cuales pueden generar complicaciones graves si no se toman las precauciones necesarias. Bacterias como salmonella, escherichia coli y listeria pueden encontrarse en alimentos mal lavados, mal cocidos o contaminados durante su preparación, aumentando el riesgo de intoxicaciones y problemas gastrointestinales. Por eso, prestar atención a las prácticas de higiene en casa es fundamental para garantizar la seguridad de lo que consumimos”, aseguró el Lic. Hugo Benítez, nutricionista de OSPEDYC.

Más de 200 enfermedades se producen a causa de alimentos contaminados: 1 de cada 10 personas en el mundo -cerca de 600 millones anualmente- padece una de estas enfermedades después de comer alimentos contaminados; y casi 420.000 mueren al año por esta misma causa, detalló la Organización Mundial de la Salud (OMS). 2  También se informó que casi un tercio de todas las muertes por enfermedades de transmisión alimentaria se producen en niños menores de 5 años.

Para reducir estos riesgos, se recomiendan hábitos fundamentales como lavarse bien las manos antes y después de manipular alimentos, desinfectar frutas y verduras con agua potable y evitar la contaminación cruzada separando alimentos crudos de los cocidos.

“Además –recomendó Benítez-, es importante conservar los productos a temperaturas adecuadas para evitar la proliferación de microorganismos; por ejemplo, los alimentos perecederos deben refrigerarse a menos de 5 °C y los platos calientes mantenerse por encima de los 60 °C hasta su consumo. También es importante asegurarse de que carnes, huevos y pescados estén bien cocidos antes de ingerirlos”

Recomendaciones de prevención:
– Lavarse bien las manos.
– Comer verduras varias y rotar el lugar donde se realizan las compras.
– Lavar los vegetales antes de consumirlos. En el caso de tener cáscara, cepillarlos para limpiarlos.
– Mantener los alimentos bajo temperaturas adecuadas de conservación.
– Cocer de manera suficiente los alimentos.
– No utilizar los mismos utensilios y tablas para cortar o manipular alimentos cocidos y crudos.
– Evitar comer en puestos callejeros.
– Utilizar agua y materias primas seguras.

Implementar estas buenas prácticas en la cocina no solo previene enfermedades, sino que también promueve hábitos más seguros y responsables con la alimentación. La higiene alimentaria no debe tomarse a la ligera, ya que pequeñas acciones cotidianas pueden marcar la diferencia entre una comida segura y un riesgo para la salud.

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