La Escuela Municipal de Canotaje sigue creciendo en la laguna La Saladita

Cumple una función formativa y también social. José Omar Albornoz, subdirector de la Escuela, explicó que en la actualidad, cerca de 200 personas toman parte de las distintas alternativas que se ofrecen, desde canotaje inicial para chicos de 8 a 12 años hasta kayak polo.

Cada tarde, La Saladita cambia su paisaje. El espejo de agua de Sarandí, donde en otras épocas los chicos del barrio y alrededores cazaban ranas, se convierte en un espacio de recreación y deporte, con la Escuela Municipal de Canotaje como punto de encuentro.

Muchos son los palistas que, en sus distintas embarcaciones, recorren la laguna ante la mirada atenta de aquellos curiosos que descubren esta disciplina y el elegante transitar de los deportistas cortando el agua a su paso.

La Escuela Municipal de Canotaje nació a mediados de los ’80 de la mano de Horacio “Cacho” Sobrero, quien iba siempre a la zona norte a remar, hasta que un día pasó por La Saladita y se planteó la idea de entrenar en dicho lugar. Ésta fue, de alguna manera, la génesis de la Escuela, ya que por ese momento en la laguna funcionaba el Centro Náutico de Avellaneda.

“Esto era todo muy humilde, no tenías nada, era un descampado con un espejo de agua”, comentó a La Ciudad el actual subdirector de la Escuela y licenciado en Educación Física, José Omar Albornoz. A fines de la década del ’80, cuando el Canotaje ya era parte del citado Centro Náutico, Sobrero tiene diferencias con los responsables de la institución y decide mudarse a la otra punta de la laguna, donde, tras la conformación de una cooperadora, empieza a levantar lo que hoy es la Escuela Municipal de Canotaje.

Con el correr de los años fue creciendo, tanto en cantidad de adeptos como en infraestructura.

Sobre este último punto, cuenta con “boteras” para embarcaciones escuela, para las de competición de nivel inicial y para las embarcaciones olímpicas de competición. Además dispone de un conteiner que reciclaron, el cual les habían donado a mediados de los años ’90, un gimnasio para complemento de pesas y un quincho con una “precaria” parrilla, que “este año queremos reformar y que será uno de los mangazos que le vamos a hacer el intendente”, remarcó Albornoz.

En la actualidad, cerca de 200 personas toman parte de las distintas alternativas que se ofrece, desde canotaje inicial para chicos de 8 a 12 años hasta kayak polo, pasando por canotaje para todas las edades y los equipos competitivos de Velocidad, en preinfantiles, infantiles, juniors Veteranos “A” y “B”.

Consultado sobre el entrenamiento, Albornoz explicó que, “una vez que estás en el equipo, es de lunes a sábado, donde vas a tener horas en el agua, horas en la parte de pesas, correr, lleva una preparación física diaria de entre dos y tres horas y media”.

“También tenemos el Centro Municipal de Actividades en la Naturaleza, que es un proyecto que le presentamos al intendente y que es para que lo utilicen las escuelas públicas. Uno de los objetivos que siempre tuve fue democratizar las actividades deportivas, porque soy surgido de una escuela municipal, donde no pagaba nada y me pasaba horas”, explicó Albornoz, al referirse a su iniciativa, que le permitiría a los integrantes de otras instituciones disfrutar de otras alternativas, como excursiones o campamentos.

“Si allá por 1985 no hubiese conocido a la Escuela Municipal de Atletismo, creo que hoy no sería lo que soy”, sentenció Albornoz.

“Acá le prestamos las instalaciones a todos para que hagan campamentos, pero a cambio les pedimos participar de una jornada solidaria de limpieza de la laguna -agregó- que se hace siempre entre marzo y abril, y setiembre y octubre”.

Estas nuevas actividades vinculadas a la comunidad tuvo también un punto de inicio, por mediados de los ’90, cuando la situación difícil que atravesaba el país los obligó no solo a pensar en la parte competitiva, sino volcarse también a lo social, profundizando el objetivo de “sacar a los chicos de la calle”.

Hoy, el aporte social no es solo con los chicos y jóvenes, sino que además, tres días a la semana el lado competitivo de la Escuela de Canotaje le da paso a lo recreativo. “Los martes, jueves y sábados recibimos a toda la gente que quiere sacarse los problemas y las preocupaciones de la cabeza”, remarcó Albornoz.

 


Kayak polo de proyección nacional

Con respecto a la enseñanza del kayak polo, Avellaneda es pionera en todo el país, ya que no existen establecimientos donde se impartan los conocimientos de esta disciplina. Además, tiene un rol destacado en cuando a sus logros, ya que ocho de los doce jugadores que integran la Selección Nacional son surgidos de la Escuela Municipal de Canotaje.

“La escuela de kayak polo es la única que hay en el país”, remarcó Albornoz, quien además destacó la labor de su responsable, Eugenia Faggi.


 

Aquellos que deseen acercarse a la Escuela Municipal de Canotaje pueden dirigirse a la laguna o comunicarse a los teléfonos 15-6922-4102.

noticias relacionadas