“La educación pública de calidad es uno de los pilares de una sociedad más justa y humanizada”

La historia de Lucas Vinícius de Souza, estudiante de Lingüística de la Universidad Federal de Minas Gerais (Brasil), que está realizando una experiencia de intercambio en la Licenciatura en Periodismo de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV).

twitter sharing buttonSegún las estadísticas del Ministerio de Educación de la Nación, para el año 2018, 89.974 fue el total de estudiantes extranjeros que cursan en universidades argentinas tanto públicas como privadas. De ellos, 75.332 cursan estudios de pregrado o grado, y 14.642 estudios de posgrado.

Los estudiantes extranjeros representan el 3.6% del total de los estudiantes de pregrado y grado, y el 9.4% de los estudiantes de posgrado. El 75,2% de los estudiantes extranjeros están en el sector público, y el 24,8% en el sector privado.

Cabe resaltar que el 95% procede de otros países de América y un 4% de países de Europa. En su mayoría provienen de Brasil, Perú, Paraguay, Colombia y Bolivia. Posteriormente, otro caso son los 9.263 estudiantes internacionales de movilidad tanto en instituciones universitarias de gestión estatal como privadas, durante el año 2018. Estos son los estudiantes extranjeros que realizaron alguna actividad académica distinta a una carrera completa.

Lucas Vinícius de Souza, es un joven brasileño de 26 años, el cual hace parte de esos 9 mil estudiantes internacionales de intercambio. Ingresó al país en el mes de febrero de 2023 para cursar en la Universidad Nacional de Avellaneda. “estoy en el último año de la carrera de lingüística en la Universidad Federal de Minas Gerais, una universidad pública de Brasil. Y acá yo estoy haciendo cuatro materias en la carrera de periodismo que tienen que ver con mis áreas de interés” Expresó Lucas.

Su estadía en Argentina será por 5 meses, al terminar su cuatrimestre deberá volver a Brasil. Lucas afirma que no ha sido fácil su adaptación al país, pero sin embargo ve cada situación de la mejor manera posible “Cuando llegas al país tienes muchos problemas, pero yo los veía de forma positiva. Aprender a comunicarse en el idioma local, comprender mejor cómo las personas se relacionan entre sí, cómo moverse por la ciudad. Todo fue difícil al principio, pero ha sido una experiencia increíble, haciéndome crecer como persona y profundizar en el conocimiento del país que me interesa cada vez más”. Afirmo

En materia de educación superior, Brasil cuenta con una gran cantidad de universidades públicas y privadas, muchas de las cuales ofrecen programas académicos de alta calidad y reconocidos a nivel internacional. Sin embargo, el acceso a la educación superior sigue siendo un desafío para muchos estudiantes de bajos ingresos, ya que las universidades públicas suelen tener requisitos académicos muy rigurosos y un proceso de selección muy competitivo.

“En Brasil no es fácil tener acceso a la universidad pública. Mantenerse en ella es mucho peor. Tuve suerte de tener apoyo y becas durante mi primera carrera, que me permitió tener un trabajo como profesor y seguir estudiando. Pero es realmente difícil”, explicó Lucas sobre su experiencia, al mismo tiempo que sostuvo: “Luchamos mucho para defender la universidad pública gratuita, de calidad, universal, para todos. Y por supuesto, ayuda para los que no tienen condiciones de mantenerse durante la carrera”.

El sistema de ingreso a la educación superior en Brasil se llama Sistema de Seleção Unificada (SISU) y está coordinado por el Ministerio de Educación (MEC).

El SISU es un sistema en línea que permite a los estudiantes brasileños que han completado el ensino medio (educación secundaria) postularse a programas de grado en universidades públicas. Los estudiantes deben realizar la prueba nacional del Examen Nacional del Ensino Medio (ENEM) para ser elegibles para postularse al SISU.

Cada año, el Ministerio de educación anuncia las fechas de inscripción en el SISU, generalmente en el primer semestre del año. Los estudiantes pueden elegir hasta dos opciones de carrera en cualquier universidad participante y las ofertas de admisión se basan en la puntuación de dicho examen del estudiante y en la cantidad de vacantes disponibles en cada programa, lo cual complica el ingreso ya que con esta ley de cupos pueden tardar hasta seis o siete años rindiendo el examen para poder entrar. La otra opción que tienen es el sistema privado, sin embargo, resulta muy costoso.

¿Por qué elegiste argentina como país de intercambio?

-Para elegir para donde iría, consideré algunos puntos como lengua, intereses culturales, intereses académicos y por supuesto el costo de manutención porque yo no tengo una beca. Argentina me pareció la opción más interesante por el interés que tengo en las cuestiones políticas, culturales y lingüísticas del país. Y también por las relaciones con mi país.

-Había varias universidades argentinas en el programa, pero me interesaban más las dos más cercanas de la capital: UBA y Undav. Me gustaría tener la oportunidad de vivir un rato en una ciudad tan rica culturalmente. Entonces conocí la Undav y me interesó mucho su propuesta crítica y clara orientación social.

¿Qué es lo que más te gusta del país?

-Lo que más he disfrutado, además de conocer gente nueva y muy copada, es aprender el español argentino, eso sin duda ha sido muy interesante. Y por supuesto, las comidas típicas, pero todo en versión vegana. Simplemente no probaré el asado, aunque sé que es un crimen para los argentinos.

La educación es derecho para todos y un instrumento que garantiza la oportunidad y el acceso a una mejor calidad de vida de las personas. Permite la competitividad y la formación de capacidades que contribuyen al desarrollo del país.

“Creo que la educación pública de calidad es uno de los pilares de una sociedad justa y humanizada. Todos deben tener acceso a una educación que construya personas críticas y autónomas. La educación no es mercancía y los saberes son para todos” afirmó Lucas de Souza.

 

Nota: Deyanith Araujo para Universidades Hoy

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