La Defensoría del Pueblo de la Provincia informa el ranking de quejas de los bonaerenses

Obras sociales y empresas de medicina prepaga; seguridad vial y protección al consumidor les siguen de cerca. La Defensoría del Pueblo recibió un promedio de 20,57 reclamos por día en 2011.

Cuestiones vinculadas a los servicios públicos (13,32%); las obras sociales y las empresas de medicina prepaga (10,64%); la seguridad vial (10,12%) y la protección del consumidor (9,05%), encabezaron el ranking de reclamos que recibió la Defensoría del Pueblo bonaerense durante el año 2011, período en el que tramitó 7.510 quejas provenientes de toda la Provincia.

La Defensoría recibió, en el período bajo análisis, un promedio de 20,57 denuncias diarias, pero la proyección indica que el número de casos creció en forma paulatina en función del mayor conocimiento que la gente tuvo de la organización.

En enero de 2011, se gestionaron 254 reclamos, mientras que en diciembre ese número trepó a 928. En tanto, en el primer mes de este año ingresaron 1.017, lo que implica un aumento del 400% con respecto al mismo período del año anterior.

De persistir esta tendencia, en 2012 el número de quejas atendidas por la Defensoría ascenderá alrededor de 12.000, lo que podría representar un aumento del 60% medido en términos anuales.
 
El podio de los reclamos
 
El primer escalón del ranking de quejas 2011 fue para servicios públicos, con el 13,32% (1.000 casos), como producto de los reclamos recibidos por rubros tales como seguros y entidades financieras; y fundamentalmente por las deficiencias en los suministros de agua, electricidad y gas, a lo que hay que agregar los reclamos en materia de comunicaciones (343) y sobre el transporte (91).
 
Los planteos de la gente sobre las obras sociales y las empresas de medicina prepaga (799 casos), que ocupan el segundo lugar con un 10,64%, pasan por las deficiencias y demoras en la autorización de prácticas y la cobertura de medicamentos, con mayor énfasis de las enfermedades crónicas.
 
El capítulo seguridad vial, que se ubicó tercero, con un 10,12%, el equivalente a 760 presentaciones, se conformó por ítems vinculados al incumplimiento de las normas de circulación; inconvenientes en la señalización; falta de ordenamiento de tránsito vehicular y peatonal; sanciones; radares; atención deficiente en los centros de verificación técnica vehicular; accidentes en la vía pública, rutas y autopistas; y cortes de camino.
 
Protección al consumidor, con el 9,05% (680 casos), se posicionó en el cuarto lugar, impulsado por los reclamos vinculados a la TV por cable; planes de autoahorro y concesionarias de automóviles; tarjetas de crédito; seguros; mutuales y asociaciones crediticias; bases de datos de deudores; comercios de electrodomésticos; inmobiliarias; bancos; venta telefónica o electrónica; y pagos electrónicos.
 
El Ombudsman provincial, Carlos Bonicatto, destacó la participación de los vecinos a la hora de realizar sus presentaciones y sostuvo que «la Defensoría es el último lugar a donde recurre la gente cuando tiene un problema, es la esperanza que le queda a una persona de que su derecho sea respetado».
 
Sobre el ranking de quejas 2011, Bonicatto indicó que «el 72% de los casos gestionados por la Defensoría ya fueron resueltos, mientras que un 14% se encuentra en proceso de trámite e investigación y el 14% restante está a la espera de que el denunciante aporte información adicional».
 
El Ombudsman consideró que «el Defensor del Pueblo es un instrumento de participación de la gente», y dijo que «debe resguardar los derechos de las personas, pero también contribuir a la gobernabilidad, porque está cubriendo el vacío provocado por la modificación de las instituciones y la crisis de representatividad».
 
«La figura del Defensor del Pueblo, que es nueva en la provincia de Buenos Aires y reciente en Latinoamérica, se está consolidando en el mundo. Debemos, a partir de un análisis mesurado y prudente, convertir esta tarea en una limitación constructiva del poder, que nos permita ser creíbles para las personas que llegan a nosotros», añadió.
 
Bonicatto concluyó que su figura «no es la de un contradictor del Estado, sino un colaborador crítico que trabaja con prudencia, viendo lo que funciona mal y convenciendo al Estado para que modifique las actitudes que afectan derechos».
 

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