La Cooperativa Cristal cumplió una década de trabajo y de crecimiento

La sede de H. Yrigoyen 2008, es todo un ejemplo de lucha. En la foto el gerente general, Antonio Bucci junto al presidente de la Cooperativa, Osvaldo Donato.

La Cooperativa Cristal Avellaneda cumplió diez años. Toda una década de lucha, de trabajo y de esfuerzo, que posibilitó recuperar la exempresa Cristalux, generar nuevos puestos de trabajo y desarrollarse como uno de los emprendimientos más emblemáticos de la ciudad.

«Estos diez años significan un logro muy grande para todos los compañeros porque es el esfuerzo mancomunado de hombres y mujeres, gracias a los cuales estamos disfrutando de el hecho de estar en pie», expresó a modo de resumen el presidente de la Cooperativa, Osvaldo Donato.

Cuando en julio de 2002 la Justicia autorizó el ingreso de los trabajadores al predio tras meses de acampe, se encontraron con un paisaje desolador, producto del vaciamiento y de la rotura de hornos e instalaciones. Hoy, diez años después, no solo se fueron recuperando varios sectores y líneas de producción, sino que además la cooperativa cuenta con 155 asociados.

«Se fue avanzando en matricería para tener más variedad de productos, se compraron elementos para facilitar el trabajo de los asociados, camiones para el traslado de materia prima», agregó Donato.

La historia de la Cooperativa Cristal puede dividirse en dos etapas: Ocho años de lucha por recuperar los puestos de trabajo y afianzarse en el mercado y, otra, a mediados de 2010, donde se buscó jerarquizar la parte administrativa con la incorporación de los profesionales, Antonio Bucci, la Lic. Cora Pena y el contador Jesús Barral Sánchez.

Consultado sobre cómo encontró al emprendimiento, tras su arribo por recomendación del Secretario de Comercio Interior, Lic. Guillermo Moreno, el gerente general Antonio Bucci aseguró que «era una cooperativa con setenta asociados ávidos de salir adelante después de ocho años de lucha, con mucha unidad y espíritu de grupo».
«Lo que intentamos hacer junto a la licenciada Cora Pena fue ordenar de alguna manera los aspectos administrativos, financieros y comerciales, como para darle valor al producto», agregó Bucci.

La primera medida para empezar esta nueva etapa fue parar los hornos para adecuarlos a las normas de seguridad y a las normativas vigentes. Recién en diciembre de 2010 comenzaron a fabricar la línea de platos y, un mes después, la línea de vasos.

Después de un año completo de gestión, por primera vez la cooperativa generó utilidades.

Al respecto, Bucci destacó la grandeza de la gente que decidió apoyar la moción de reinvertir esa ganancia en el crecimiento de las instalaciones, entre lo que se destaca la construcción de un horno nuevo del doble de capacidad del que tenían y abonar 70% de tres maquinas nuevas para la fabricación de platos, vasos y elementos con asas.

También se armó una sala de capacitación para el dictado de diversos cursos y para completar los estudios primarios y medios, y se construyó un comedor, que cuenta hasta con dos plasmas.

«Es muy importante para nosotros recuperar la mística que tuvo la cooperativa en sus comienzos, de hecho al comedor los bautizamos ‘Volver al origen’ -añadió- porque me queda la imagen de la olla popular de los primeros tiempos, donde la gente compartía lo poco que tenía».

«El trabajo fue integral porque no solo creció económicamente la cooperativa -añadió Bucci- sino que también se mejoraron las condiciones de trabajo y sus ingresos».

Transmisión de una mística
Para que la mística se mantenga con el paso de los años, es fundamental que aquellos 22 que son parte del emprendimiento desde el primer día le transmitan a los nuevos el valor del compañerismo y de la unidad.

«Si logramos que cada uno de los nuevos integrantes tenga ese mismo espíritu, el crecimiento de la cooperativa no tiene límites», remarcó Bucci.

La transmisión de vivencias de los más antiguos a los que recién entran es habitual. Bucci comentó que, cuando compraron el camión, estuvieron una hora explicándole al chofer de todos los sacrificios que se hicieron para llegar a él.

«El concepto de cooperativa no está muy arraigado, porque todo aquel que trabaja lo hace en relación de dependencia -expresó Antonio Bucci- además, lamentablemente no hay muchas cooperativas que hayan sido exitosas, en general están de alguna manera trabajando duro para mantenerse, no para crecer».

Según el análisis de Bucci, las grandes potencias se levantaron después de pasar miseria y hambre y que esta cooperativa pasó por ello a lo largo de ocho años, período en el que fueron «abusados» por clientes, proveedores y todo aquel que le pudiera sacar ventaja.

«Por suerte se entendió el mensaje -puntualizó- hubo muchísimo diálogo, espíritu de grupo y un consejo directivo increíble que, con una humildad y sentido de cuáles eran las limitaciones y las necesidades, dejó trabajar a la gerencia en diversos objetivos».

«También nos ayudó a crecer una política de estado a nivel nacional de proteger a la industria local que no solo nos benefició a nosotros sino también a otras fábricas», afirmó el Gerente General de la Cooperativa.

Con el respaldo de esas políticas y una mejor organización interna, la Cooperativa Cristal se está preparando para ser más competitiva en el futuro inmediato.

Los proyectos
La Cooperativa Cristal no se detiene en su crecimiento y para el año 2013 ya proyecta la construcción de un nuevo horno, esta vez de 120 toneladas y la compra de dos máquinas de inyección y soplado para la fabricación de frascos destinados a la industria alimenticia.

«Ese es un nicho comercial muy interesante para explotar y que, en alguna oportunidad, Cristalux transitó», sostuvo Bucci.

Al respecto, comentó que hay una empresa que cumple un rol de abastecedor casi absoluto, pero al tener gran parte del mercado venden a grandes cantidades y muchas pymes no están en condiciones de adquirir esos volúmenes.

Otro de los proyectos a los que se encuentra abocada la Cooperativa es a lograr la expropiación del predio para los trabajadores, para que todo lo que se está construyendo quede para ellos.

«El lugar pertenece a la quiebra, está en la Justicia. Nosotros ya le hicimos una oferta al gobierno de la Provincia de Buenos Aires para poder pagarle por la fábrica», resaltó Bucci.

En cuanto a la relación con Avellaneda y sus autoridades, se busca estrechar vínculos mediante algunas propuestas. Una de ellas es que la Cooperativa tome como empleados a vecinos de la zona, como para apoyar también al crecimiento de la ciudad.

«Es una fábrica que para fin de año tiene pensado incorporar cien empleados y, para 2013, otros 120 puestos de trabajo más», informó la gerencia.

En tanto, otro de los proyectos es organizar a un grupo de gente que separe de los
residuos el vidrio blanco partido, para que Cristal Avellaneda se los compre y así
generar un canal de ingresos que incentive a ambas partes.

Finalmente, Antonio Bucci destacó la ventaja de la cooperativa por sobre una empresa, al remarcar que muchos empresarios regulan el crecimiento y no reinvierten las utilidades.

«Acá tenemos un liderazgo adecuado, donde la gente va creciendo pero también se identifica con la idea de no ponerse un límite para el crecimiento. Estamos trabajando para generar trabajo para los nietos de los asociados», finalizó el Gerente General.

Un show room con la historia de Cristalux
Entre los sectores recuperados, la Cooperativa Cristal acondicionó un salón donde, a través de sus vitrinas y estantes, se puede apreciar la rica historia del lugar.

«En esa sala de reuniones tenemos lo que fabricamos en este momento y después tenemos un show room donde, de alguna manera queremos, conservar la historia de la fábrica, porque nos enorgullece a todos los que participamos y además nos marca el objetivo de seguir creciendo», enfatizó Antonio Bucci.

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