La agresividad es un problema muy grave que debe controlarse

Escribe la Lic. Andrea Fabiana Varela Seivane.

La agresividad es un problema muy grave que puede y que debe controlarse. La agresividad se manifiesta a partir de la sensación de impotencia y enojo que invade a la persona cuando sufre por parte de otro un proceder que no comprende, generando en esa persona agresividad, ira o ganas de competir. Una persona agresiva es peligrosa, ya sea por impulsiva, por estresada, por su poca tolerancia, por competir contra sí misma y con los demás, o por las discusiones con violencia física, todo producto de no poder poner freno a la escalada del descontrol emocional.

Estas cuestiones nos mueven a la reflexión, y demuestran que si nuestras actitudes pudieran ser controladas, nos evitaríamos muchas peleas graves y malos momentos. Si bien se trata de una cuestión de autocontrol y madurez personal, de no sentir vergüenza de las situaciones que creamos o de las groserías que decimos cuando la tensión sube al máximo, también es importante nuestra seguridad física y emocional, y la de los demás. Al momento de justificar estas acciones violentas se pone sobre la mesa las preocupaciones, el alcohol, el ambiente que rodea a la persona agresiva, el estrés laboral, la competitividad, la incomunicación, el consumismo, pero esta manera de interpretar la cuestión es bastante conformista y no nos alcanza, porque más allá de los factores ambientales, somos personas inteligentes, sensibles y con margen de maniobra respecto de nuestras actitudes.

Es decir, se puede cambiar y evitar disgustos a muchas personas, sabemos que no nos gusta comportarnos así, nos avergüenza, con lo cual tendríamos que ver que podemos hacer para abordar de manera eficaz el asunto. A la pregunta de porque somos agresivos, existen muchas respuestas, unas más convincentes que otras, algunos consideran que cada uno acciona en la vida según es su personalidad con lo cual queda justificada la agresividad porque la persona es así, otros que es producto de las circunstancias, tensión, soledad, diversos malestares, y otros que al no haber comunicación, ni códigos de entendimiento, facilita interpretaciones erradas y excesos verbales y gestuales, ya vamos viendo que esta es la que más se acerca, y podemos agregarle que porque tenemos un espacio nuestro que debemos defender contra lo que sea porque nos sentimos seguros y fuertes, y ahí no hay tiempo para conversar ni para dar explicaciones o pedirlas, lo que genera cada vez más tensión.

Lo más fácil es desahogar inmediatamente esa agresividad, las personas de carácter impulsivo y de poca capacidad de autocontrol son las que tienen más tendencia a padecer y generar problemas y en general no suelen respetar las reglas de convivencia. Damos rienda suelta a las expresiones más primitivas e irracionales de nuestro ser, la agresividad es como una coraza en donde nos sentimos protegidos, nos hace inmunes a las agresiones de otros, y desde la que nos sentimos seguros para atacar, además es un signo de prestigio y poder sobre los otros, lo que muestra un total egoísmo.

Antes de que estalle la ira, hagámonos dos preguntas, si controlaría mi agresividad si estuviera aquí mi pareja, mi mejor amigo o mis padres, y si cuando termine el incidente voy a estar orgulloso de mi comportamiento. Pensemos en el ridículo que hacemos, ante nosotros mismos y ante los demás, cuando nos conducimos con los otros como niños egoístas y enojados. Comportarnos irracionalmente nos hace maleducados, egoístas recalcitrantes, imprudentes y violentos, si necesitamos desahogarnos y liberar nuestra agresividad, nunca lo hagamos con las otras personas, provoca tensión y agresividad en nosotros y en los demás.

Convivir con los otros es parte de la vida en sociedad y se rige por normas imprescindibles, sensatas y comunes para todos que debemos respetar. Procuremos no molestar, seamos comprensivos con los demás, los otros no son enemigos, sino compañeros, seamos tolerantes y solidarios con sus errores, porque también nosotros los cometemos.

Licenciada en Psicología
Andrea Fabiana Varela Seivane
MN 34156
Consultas al 4205-0549 155-143-6241

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