Kubica podría perder la funcionalidad de su mano derecha

La carrera del polaco Robert Kubica, piloto de Fórmula 1, podría truncarse, en caso de que perdiese “funcionalidad” en su mano derecha, por las heridas que sufrió tras el grave accidente que protagonizó en las inmediaciones de Génova, mientras participaba de una competencia de Rally.

El piloto de la escudería Lotus Renault, de 26 años, chocó este domingo contra un muro de una iglesia en la localidad de San Lorenzo, cuando intervenía en el Rally Ronda di Andorra, con un automóvil Skoda Fabian.

Kubica fue derivado al hospital Santa Corona di Pietra Ligure, en Savona, donde fue atendido e intervenido quirúrgicamente por “múltiples fracturas en su brazo y su pierna derecha”.

“Los cirujanos están luchando para intentar restablecer la funcionalidad de su mano derecha”, contó Daniele Morelli, representante del piloto, ganador de una prueba (Gran Premio de Canadá 2008) en todo su historial dentro de la Fórmula 1.

“Ya le revasculizaron la arteria y le han reducido las fracturas. El es muy fuerte y superará este mal momento”, agregó el apoderado de Kubica, según reprodujo un cable de agencia Ansa.

“Después de la operación quedó descartada la hipótesis de una amputación. Su vida no corre peligro, pero podría perder la funcionalidad de la mano (derecha) por las heridas que también tiene en el antebrazo”, explicaron fuentes hospitalarias.

Con el propósito de reintegrarle la funcionalidad a su mano, los cirujanos someterán al piloto a distintas microcirugías, por lo que todavía es una incertidumbre su continuidad en la máxima categoría automovilística internacional.

Por lo pronto ya se descarta que Kubica intervenga en la prueba inicial del Mundial 2011, pautada para el 13 de marzo venidero en Bahrein.

Kubica se dirigía hoy a la largada del Rally Ronda di Andorra, cuando el Skoda Fabian que conducía se salió de pista en una curva y chocó contra un muro de una pequeña iglesia ubicado al costado del camino.

Su navegante, Jakub Berger, fue retirado ileso de entre los restos del automóvil, mientras Kubica -quien en ningún momento perdió conocimiento- se encontró en una situación comprometida, ya que el guard-rail se había incrustado de su lado, rompiendo la jaula de protección.

Distintos auxiliares efectuaron denodados esfuerzos para extraer al piloto del habitáculo. Cuando lo hicieron, el piloto fue trasladado en helicóptero hacia un centro asistencial.

Kubica, devoto de su compatriota el extinto Papa Juan Pablo II, ya había registrado, en junio de 2007, un accidente grave en su carrera profesional: en el trazado de la ciudad de Montreal, mientras comandaba un BMW Sauber, se despistó a casi 280 kilómetros por hora y golpeó contra un muro de contención.

El percance no le ocasionó mayores lesiones al europeo, quien apenas soportó un ligero traumatismo de cráneo y una distensión ligamentaria en uno de sus tobillos.

“Fue un milagro. Vi la muerte cara a cara”, había dicho Kubica, un día después de aquel accidente.

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