Judith Gómez Bas, un poema de 100 años

La escritora de Avellaneda cumplió 100 años el 24 de agosto pasado.

 

judith

 

Judith Gómez Bas cumplió 100 años el 24 de Agosto pasado. “Cumplo el mismo día que Borges”, dice orgullosa. El solo hecho de poder charlar con alguien que ha vivido en Argentina durante todo un siglo ya es un elemento que volvería interesante el encuentro con ella por sí solo. Pero en el caso de Judith no se trata de una simple espectadora, si no que ha sido protagonista con sus poemas y artículos que dan cuenta de la realidad del tiempo que lleva vivido.

 

Salvo un período de cuatro años, donde se mudó con su marido al Uruguay, Judith sigue viviendo en lo que es “su lugar en el mundo”: El Pueblito”, ese tranquilo barrio de calles y pasajes ubicado en Piñeyro.

 

De muy pequeña le nació la vocación de escribir. Pero lo que la hace particular es que entre sus obras, hay muchas destinadas al lunfardo. Leía crónicas de turf y de fútbol. Iba a la cancha de Independiente cuando la presencia de mujeres en los estadios era todo una rareza, así es que recuerda muy bien a Antonio Sastre, una gloria del fútbol argentino en general y del Rojo de Avellaneda en particular. El lenguaje de ambas actividades no era el más académico precisamente.

 

Recuerda el reto de su mamá la primera vez que dijo “macanudo”. Es que no eran las formas de expresión aceptadas en ese entonces para una señorita. Pero a pesar de eso siguió adelante y el lunfardo continuó siendo tema de muchos de sus escritos. Quizás porque fue testigo de la llegada de los inmigrantes italianos, españoles y polacos, atraídos por ese país lejano de América del Sur que abría sus puertas y ofertaba oportunidades para aquellos que debían escapar de la guerra y el hambre de Europa, y vio como el lenguaje se entremezclaba, se fusionaba y adquiría nuevas formas que poco a poco fueron penetrando el tejido social hasta ser aceptado por todos y todas.

 

La Ciudad de Avellaneda la contó entre sus colaboradoras y durante años publicó artículos y poemas en sus páginas. Hasta la reconocida cantante Adriana Varela grabó el tango “Chau” con letra de Judith. Fue miembro del Encuentro de Escritores de Avellaneda, EDEA, de la Sociedad Argentina de Escritores, SADE, y de la Academia Argentina del Lunfardo.

 

Sus 100 años son plenos y lúcidos y recluida en su hogar de retiro en El Pueblito, se permite reflexionar sobre las nuevas formas de expresión de los jóvenes que inventan palabras y formas de escritura de las conocidas para usar en sus teléfonos o  computadoras. Las acepta de buen grado y cree que lo importante del lenguaje finalmente es poder comunicarse.

 

En nuestra era de posmodernismo, muchas veces los jóvenes son presentados como si  solo ellos fueran los que cambiarán aquello que el mundo necesita que se cambie. Sin embargo, una mujer de 100 años sigue dando muestras que, con sus ganas y sus poemas, también puede contribuir a que la gente se comunique para vivir mejor.

 

Otoño

Viejo fresno asomado a mi ventana

pedacito de selva en la vereda

desparramando trinos de mañana,

atrapando silencio, en la nochera

Tiempo de otoño que le vas cambiando

el verdoso follaje en hojas secas,

que  crujen a tus plantas si las pisan

y arremolina el viento en la tormenta

Así también la vida va pasando,

las verdes hojas y después el fruto.

Luego solo las ramas y un abrupto

y frío estremecer que llega al alma.

 

Judith Gomez Bas

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