Italia y Francia desmintieron una información y dejaron a España sola ante los mercados

En menos de dos horas, los gobiernos de Francia e Italia desairaron al español, al desmentir una información de Madrid según la cual los tres países habían exigido en conjunto la aplicación inmediata de los acuerdos obtenidos a finales de junio sobre la crisis financiera.

El comunicado del Ministerio de Exteriores de España resaltaba, entre todos esos acuerdos, la recapitalización directa de los bancos y la compra de deuda pública por parte del fondo de rescate en condiciones más flexibles.

El ministerio español de relaciones exteriores anunció además que España, Italia y Francia habían exigido durante una reunión de ministros de Asuntos Europeos de la Unión Europea (UE) celebrada en Bruselas, la aplicación “inmediata” de los acuerdos.

Pero en menos de dos horas la información fue desmentida por París y Roma. El ministro francés de Asuntos Europeos, Bernard Cazeneuve, declaró que “no hubo nunca comunicado ni declaración común” de “Francia, España e Italia”, informó el periódico italiano La Repubblica.

Pocos minutos después, llegó la declaración italiana, que expresó “el estupor del gobierno italiano en relación a la iniciativa comunicada por el ministerio de relaciones exteriores español” en relación a una “presunta declaración conjunta”.

Todo esto ocurre en medio de una creciente tensión en mercados que intensificaron su asedio sobre la deuda pública de España a límites insostenibles tras conocerse que la comunidad de Cataluña solicitará su rescate al Estado central español, lo que empuja al país a un inminente rescate total, que el gobierno estaría negociando en forma de “crédito blando”.

El riesgo país, diferencial entre el bono español a diez años y el alemán al mismo plazo, volvió a repuntar y cerró al límite de los 640 puntos (639), mientras la rentabilidad de este bono marcó un nuevo récord desde la creación del euro al cotizar a un 7,63%.

La rentabilidad de los bonos a tres y cinco años también se encuentra por encima de la barrera fatídica del 7%, otro requisito que alimenta la hipótesis de la inminente intervención de la economía española, según los analistas.

De poco sirvió la decisión adoptada el lunes por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) de España de prohibir las posiciones especulativas a corto plazo, ya que la bolsa de Madrid perdió este martes un 3,58%, liderando las caídas de las bolsas europeas, y su principal indicador, el Ibex 35, se situó en su nivel más bajo desde abril de 2003, con 5.956 puntos.

El ministro de Economía español, Luis De Guindos, rechazó que España, cuarta economía de la zona euro, vaya a necesitar un rescate, mientras Bruselas sostuvo que ya se dieron “pasos significativos” para ayudar al país y negó que se vayan a adoptar nuevas medidas.

Ante las persistentes dudas y en pleno incremento de la tensión financiera, de Guindos viajó a Berlín para reunirse con el ministro de finanzas alemán, Wolfgan Schäuble, en una cita clave, ya que a España se le acaba el tiempo y necesita convencer a Alemania de que el Banco Central Europeo (BCE) tiene que intervenir comprando deuda para ganar tiempo.
Sin embargo, debido a la negativa del BCE a intervenir, De Guindos estaría negociando la opción de que Europa conceda a España una línea de crédito temporal, es decir un “rescate total blando” para afrontar el vencimiento de deuda de octubre de cerca de 28.000 millones de euros, e incluso para financiar a las comunidades autónomas con problemas, según afirma la prensa económica española.
Si persiste la presión sobre los bonos españoles, el Tesoro español puede perder acceso a los mercados y el gobierno no podrá afrontar los vencimientos de deuda de este año, con lo que no tendría más remedio que declarar el “default”.
Esta alternativa es tan extrema y supone una ruptura tan considerable con la estrategia que siguió Europa durante esta crisis soberana, que el gobierno de Rajoy puede jugar esa baza como herramienta de presión, dice el diario El Economista.
España parece avanzar hacia el precipicio y el anuncio de que Cataluña, una de las regiones históricamente más ricas del país y actualmente con la mayor deuda de España (42.000 millones de euros), necesita ayuda financiera a pesar de haber estado a la “vanguardia” de los ajustes volvió a encender todas las alarmas.
También Aragón manifestó este martes su intención de adherirse al fondo de financiación.
Cataluña es la tercera autonomía detrás de la Comunidad Valenciana y Murcia en solicitar ayuda –no lo hizo oficialmente- al fondo de rescate de 18.000 millones de euros creado recientemente por el gobierno de Mariano Rajoy para asistir a los gobierno regionales que no consiguen financiarse en los mercados y que acumulan deudas asfixiantes.
La decisión del gobierno conservador del nacionalista Artur Mas fue confirmada por el portavoz Francesc Homs después de que el consejero de Economía de Cataluña, Andreu Mas Colell, adelantó la noticia en entrevista con la BBC.
En la jornada de este martes, la deuda española tuvo un breve respiro luego de que la agencia de calificaciones Moody´s puso la deuda alemana en perspectiva negativa, pero la tensión regresó poco después de que el Tesoro Público logró colocar más letras de las previstas (3.050 millones) al más corto plazo (tres y seis meses), aunque se vio obligado a pagar un interés más alto.

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