Fuentes policiales precisaron que el siniestro se inició a las 14 en el centro y norte de la laguna Coipos, a la altura de Machaca Güemes y Costanera Sur, y que el control del fuego demandó más de tres horas.

Las mismas fuentes precisaron que se establecieron guardias de ceniza para prevenir nuevos focos ígneos.

Además de las llamas que afectaron la Reserva Ecológica, las columnas de humo -que pudieron verse desde Plaza de Mayo- provocaron inconvenientes en el tránsito vehicular en Puerto Madero.

Ante esto, la Agencia Nacional de Seguridad Vial emitió un alerta y recomendó a los automovilistas circular con precaución, encender las luces bajas, aumentar la distancia entre vehículos y reducir la velocidad.

El ministro de Espacio Público porteño, Diego Santilli, dijo que “se desconocen los motivos” del inicio del siniestro, aunque consideró que peritos que trabajan en el lugar podrán determinar “si se trató de un hecho accidental o intencional”.

“No se sabe lo que pasó, hay que esperar a que los peritos y los bomberos nos digan la causa, el motivo y la circunstancia del comienzo de las llamas”, declaró.
En tanto, testigos dijeron que los pastizales estaban “muy secos” en la zona donde se inició el fuego, versión que también compartió el funcionario porteño al dialogar con la prensa en la Reserva Ecológica.

Allí, Santilli rechazó las especulaciones según las cuales detrás de este incendio podía haber intereses del rubro inmobiliario y de la construcción.

“Nosotros sostenemos la Reserva Ecológica a toda costa, no hay ningún desarrollo inmobiliario metido en esto. Para nosotros, la Reserva es un tema central”, subrayó.
La Reserva está ubicada en la Costanera Sur, tiene 350 hectáreas y posee una gran variedad de árboles, hierbas y arbustos típicos del delta y la ribera del Río de la Plata.

La zona sufrió más de 300 incendios, muchos de los cuales se produjeron entre 1986 y 1996, y fueron considerados “intencionales”.

El último en magnitud se dio en 2009, cuando actuaron 15 dotaciones de Bomberos y la Prefectura.

Sin embargo, el siniestro de mayores proporciones se produjo en la Navidad de 2001, en medio de versiones sobre intencionalidad para construir en la zona un complejo hotelero.

Desde entonces, la Reserva dejó ser un lugar protegido a cargo de una organización no gubernamental y pasó a tener control estatal, con sistemas para detectar fuego.
“Hay un equipo permanente que da la voz de aviso para convocar al resto de los bomberos y Defensa Civil”, confirmó Santilli.

El funcionario porteño aseguró que “sin este sistema los incendios sería más graves porque tardarían mucho más en acercarse al lugar”.