Con una parcialidad “Roja” que colmó la totalidad de la tribuna que se le asignó al público visitante, Independiente concatenó su segunda victoria en este nuevo ciclo, al imponerse esta vez a Defensa y Justicia por la mínima diferencia, al cabo de un aceptable encuentro disputado hoy en el estadio “Norberto Tomaghello”, en el marco del partido inaugural de una nueva edición de la Superliga.

El debutante Sebastián Palacios, a los 32 minutos del primer tiempo, le dio el triunfo al conjunto de Avellaneda.

Desde el mismo inicio del partido Independiente dejó en evidencia un mejor andar debido a que Defensa y Justicia, lejos de aquel gran equipo que se coronó subcampeón en el certamen anterior, no tuvo cohesión entre sus líneas y resultó inofensivo a la hora de atacar.

A partir de una renovada línea defensiva que se mostró por demás segura, un mediocampo que tuvo buen pie y marca en similares proporciones y una avanzada plagada de variantes, el “Rey de Copas” ejerció el control casi absoluto del trámite en desmedro de un adversario que en ningún momento del primer tiempo dio la talla.

Con una zaga bien al estilo de su arriesgado entrenador con solo tres integrantes, el “Halcón” no tuvo recuperación y además pasó demasiadas zozobras en su hoy frágil retaguardia, que no pareció sentirse a gusto con un componente menos.

Producto de su notoria superioridad, el “Rojo” se colocó en ventaja luego de un inofensivo centro desde la derecha impulsado por Figal que Palacios encontró libre de marcas para literalmente “fusilar” a Unsain, después de sacar provecho de un grosero error del zaguero Herrera al momento de calcular el rechazo del envío.

Defensa no reaccionó antes del descanso y bien pudo haberse retirado al entretiempo con una mayor diferencia en su contra luego que Benítez estrellara un precioso tiro libre en el travesaño del blondo guardavallas local, casi sobre la expiración de la etapa.

En el complemento el elenco de Florencio Varela entró decidido a buscar el empate y adelantó notoriamente sus líneas.

Un “Diablo” a esa altura con una marcha menos, le cedió peligrosamente la iniciativa y si bien no atravesó demasiados sofocones, su actitud precautoria de los últimos cuarenta y cinco minutos no hizo más que empalidecer una primera mitad digna del paladar de Beccacece, que se nutrió de la habitual presión a la salida del rival y de una vocación ofensiva.

Independiente terminó el cotejo siendo presa de un dominio estéril del dueño de casa pero jugando demasiado al límite de manera innecesaria, a juzgar por la insulsez de la propuesta de su oponente, que no hizo más que rendirle un involuntario tributo al apellido de su flamante entrenador.

A la espera de la revancha con Universidad Católica de Ecuador por la Copara Sudamericana, que se disputará el próximo jueves en la altura de Quito, Independiente pagó un caro precio al esfuerzo realizado hace pocos días en el partido de ida.