Importancia de las palabras

Escribe: Prof. Dr. Julio César Gloazzo. Médico Master Trainer en PNL. Co-autor del libro “Cuando las palabras también curan”. Jefe del Servicio de Medicina Neuro Lingüística del Hospital Pte. Perón, único en su tipo en un hospital público en América.

 

Es bien conocido que un ser humano adulto basará su conducta como tal acorde al aprendizaje realizado en los primeros seis años de su vida,  lo aprendido en este tiempo fue de  manera absolutamente inconsciente.

Todas las modalidades de reacción emocional se desarrollarán en estos primeros seis años y se prolongarán por el resto de su vida.

El feto se nutre de la sangre de su madre,  si esta madre se alimenta de forma adecuada con proteínas, vitaminas, aminoácidos y nutrientes, el embrión primero y feto más tarde, se nutrirá igualmente de manera saludable, pero si tóxicos entran al torrente sanguíneo materno, el feto se intoxicará, con las consecuencias que esto conlleva.

Ahora pensemos que la sangre materna no solo se intoxica con “venenos” provenientes del exterior, (tabaco, alcohol, drogas, contaminación ambiental), también puede ocurrir que la madre fabrique ella misma “venenos”  que los vuelca a su torrente sanguíneo y por consiguiente intoxiquen al feto. Esto ocurre cuando la madre se enfurece, experimenta el miedo, vive en estado de preocupación constante o estrés crónico acumulativo, estos estados emocionales que son determinados por sustancias químicas, llamadas mediadores, se volcarán a la sangre  materna y  por ésta llegarán al feto, produciendo daños enormes que se reflejarán en enfermedades potenciales luego de nacer. Es como programar al niño para que no tenga una vida saludable y genere enfermedades.

Toda madre debería de tener un entorno ideal libre de endo y exo toxinas para generar un niño libre de problemas de salud, toda mujer embarazada tiene que ser tratada de manera tal que los mediadores químicos que vuelque a su sangre sean los del placer y la recompensa, libre de discusiones, gritos, insultos, enojos, malas noticias, etc. que son inductores directos de enfermedades del niño desde su nacimiento.

Las palabras, los pensamientos disfuncionales (que son palabras no dichas pero escuchadas) generan estados emocionales mediados por sustancias químicas específicas para esas emociones. Oxitocina, Prolactina, Serotonina, Dopamina, son sustancias químicas que en la circulación materna provocan felicidad a la madre y por consiguiente al feto quien se nutrirá eficientemente y desarrollará de manera normal.

Cortizol, la hormona del estrés, ejercerán su acción intoxicando al feto y generara enfermedades.

Y una pregunta clave sería: ¿Qué es lo que provoca en las personas, en este caso una mujer embarazada, un estado emocional  saludable desde el entorno? la respuesta es fácil: la experiencia y las palabras utilizadas en la comunicación.

No podemos evitar la caída de la bolsa, ni un desastre climático y que ello nos angustie, pero si podemos elegir las palabras que halagan, premian y estimulan favorablemente y que son conocidas por todos para comunicarnos.

El oído y los ojos, son dos receptores de enorme importancia, que captan  lo que acontece en  el mundo exterior y desde ellos nuestro cerebro procesa los estímulos recibidos generando placer, miedo o sufrimiento. En definitiva imágenes y palabras; palabras que cuando son hirientes para una mujer embarazada, le intoxican la sangre y por consiguiente a su embarazo.

Madres que tuvieron embarazos gratos, estimulados con buenos tratos, donde estaban presentes el amor, las caricias, la compañía, la comprensión, en definitiva, los premios, han generado niños sanos y felices, como que al contrario, han generados niños enfermos, vulnerables, inmaduros y temerosos.

Es indispensable tratarse bien entre las personas, la amabilidad y la elegancia expresiva debería de ser una moneda corriente, ya desde el gesto como desde la palabra.

Nadie nace sabiendo y aprendemos de nuestro entorno con nuestros padres, abuelos, tíos, maestros y el resultado es que terminamos actuando como ellos, solo que no nos damos cuenta. Eres igual de bruto como tu padre, eres inepto como tu madre y así  se sigue, generando personas que harán lo mismo una y  mil veces, todo sin darnos cuenta.

Por lo tanto es imprescindible aprender a tratar a las personas y a tratarse bien uno mismo, este camino es como una ciencia y debemos considerarlo así , de ello dependerá nuestra felicidad y la de quienes nos rodean.

 

Prof. Dr. Julio César Gloazzo
Médico Master Trainer en PNL

Co-fundador de la Medicina Neuro Linguística

Co-autor del libro “Cuando las palabras también curan”

 

 

 

 

 

 

 

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