Idolos de nuestro fútbol: Pío Sixto Corcuera

Escribe: Roberto Díaz

¡Cómo ha evolucionado la preparación física de los jugadores de fútbol! En la actualidad, a pesar de que están inmersos en la alta competición, con más exigencias que antes, los jugadores no se retiran, en general, hasta una alta edad. Hay, en estos momentos en todo el mundo, jugadores que andan pisando los 40 años, como es, en nuestro caso, el del futbolista José Luis Calderón, activo aún, vistiendo la casaca de Argentinos Juniors.

En años anteriores, en aquel fútbol vistoso (y más lento) que se jugaba en las décadas del 30, 40 y 50, cualquier incidente en una cancha de fútbol, cualquier problema ligamentoso o de meniscos, dejaba fuera de la carrera profesional al crack.
Hubo muchísimos talentos futbolísticos que debieron abandonar la práctica del fútbol, por algún problema físico de esta naturaleza.

Gente que dejaba de jugar a edades que, ahora, serían impensadas para el abandono del juego. Y cuando digo abandonar, me estoy refiriendo a no tocar más un balón ni siquiera en un baldío o en un partido de “casados contra solteros”.

En este aspecto, la evolución de la ciencia y los entrenamientos que se realizan, más todos los instrumentos que se ponen al servicio de una mejor práctica, hacen que los jugadores estén cubiertos en este aspecto.

Y cracks que han recibido lesiones muy serias, son operados de inmediato y regresan a la práctica del fútbol, la mayoría sin problemas.

Una quebradura de tibia y peroné, sufrida por el arquero Luis Islas, durante su carrera, fue subsanada y el crack siguió practicando fútbol durante 18 años más.
Este es un ejemplo, simplemente, de la cantidad de jugadores que se han tenido que someter a la cirugía y han vuelto, como si nada, a la práctica del deporte.
Toda esta introducción para hablar de un crack de aquellos: me refiero a Pío Sixto Corcuera, nacido un 17 de julio de 1921 en Buenos Aires y que jugó como entreala derecho (en la vieja denominación de los roles a cumplir).

Este hombre surgió en las divisiones inferiores de Boca Juniors y debutó en la primera división en 1941. Jugando para Boca, obtuvo nada menos que cinco títulos (campeonatos de 1943, 1944, Copa “Carlos Ibargueren”1944, Copa Competencia Británica 1946 y la Copa Confraternidad jugada ese mismo año).

Su estilo de juego era el del típico “peón de brega”; aguerrido, luchador, el jugador que nunca se entrega. Ese estilo que, siempre, le fue como anillo al dedo a la institución xeneize que se caracterizó, precisamente, por dar batalla los 90 minutos del juego y no bajar los brazos, ni siquiera cuando el partido viene adverso y en derrota.

Pío Corcuera era de esos jugadores. Integró una delantera famosa, muy recordada no solamente por los hinchas de la institución boquense sino por los simpatizantes de otros clubes. Era aquella que integraba Corcuera junto a Boyé, Sarlanga, Severino Varela y Sánchez.

Los puestos de Corcuera fueron, también, el de lateral derecho (antes, se decía half) y, en las inferiores del club, también lo había hecho como número nueve.
Boca lo cedió, luego, a Gimnasia y Esgrima La Plata donde jugó tres años consecutivos hasta su retiro ¡a los 29 años! Este retiro fue en el año 1951.

Posteriormente, pasó a jugar para los veteranos de Boca Juniors.

En su carrera profesional, Pío Corcuera integró los planteles xeneizes desde 1941 a 1948 y, luego, en la institución platense estuvo desde 1949 a 1951, hasta su definitivo retiro, a una edad todavía joven.

Recordar a Corcuera es recordar una parte importante de la historia de Boca; sus siete años jugando para los primeros equipos de la entidad, fueron, realmente, muy exitosos.

robertodiaz@uol.com.ar

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