Gino Scrigner: el arte hecho maquetas

Tiene 87 años, es vecino de Dock Sud y hace réplicas en miniatura extraodinarias de edificios históricos.

Gino Scrigner tiene 87 años. No los parece. Hijo de inmigrantes y primera generación de argentinos, es “Dockense” de toda la vida, nació en Irala y Quiroga y desde hace más de 50 años vive en el Pasaje Figueroa, junto a la autopista Buenos Aires-La Plata. Es casado, tuvo dos hijos, quienes le “regalaron” dos nietos y tres bisnietos.

 

Testigo privilegiado y a la vez protagonista del desarrollo de una parte de Avellaneda, el Dock Sud, actualmente con reciente estatus de ciudad.

 

En el garaje de su casa funciona el “atelier” que cobija a las miniaturas hechas en madera terciada. Son replicas, casi exactas, de distintos edificios históricos como el Cabildo, la Casa de Tucumán, el Cuartel de bomberos de Avellaneda. Además, una coqueta casita alpina equipada en su interior con todos los muebles, una vieja máquina para hacer colchones, el primer colectivo porteño, un piano, un viejo carro que tiraban los caballos y hasta ¡¡un camión de bomberos!!

 

Es autodidacta. Nunca tomó cursos y comenzó haciendo réplicas en miniatura de sillas como una terapia que lo ayudó a paliar el dolor por la muerte de un hijo. Como dice Gino, “para cambiar la cabeza y perder el tiempo”.

 

Cada una de sus obras contiene una innumerable cantidad de detalles. Puertas, ventanas, rejas, marcos, tejas, cúpulas, ruedas, escalones, asientos que demandan un cuidado extremo y una obsesiva concentración. Quizás por eso es que cuando algo no queda como el pretende lo manda a “la caja de lo que está a medio hacer”, donde tal vez más adelante los reutilice en otra creación o los corrija hasta que queden como él quiere.
Empezó a trabajar a los 9 años. De niño fue carpintero ayudando a su padre en la construcción de las casillas de Dock Sud. Luego trabajó en la construcción y también fue mecánico. Más tarde se desempeñó en la ex SEGBA hasta su jubilación hace 27 años.

 

Su vida social desde entonces está relacionada con el Centro de Jubilados Unidos de Piñeyro, ubicado en Cnel. Díaz 728, donde exhibió por primera vez su obra “El Cabildo”. Lo hizo el 25 de mayo del año pasado como regalo de cumpleaños de la institución.

 

Ha expuesto sus obras en los Juegos Bonaerenses, donde obtuvo dos veces el máximo premio por la ciudad de Avellaneda. Una vez con el cuartel de bomberos y la otra con la casita alpina. También lo hizo el Día de la Mujer, una muestra auspiciada por la Municipalidad de nuestra ciudad y en el Club Pueblo Unido en ocasión del Día de la lucha contra el Cáncer.
El próximo sábado 16 de mayo expondrá en el centro de jubilados parte de su colección. Allí se podrán ver la réplica de “La Candelaria”, el castillo ubicado en la localidad de Lobos. También exhibirá la Casa de Tucumán, el primer colectivo argentino y una torre que realizó solo viendo una fotografía que lo impactó.
El Centro Unidos de Piñeyro posee 300 afiliados activos y hasta ahora, 100 han confirmado su asistencia a la exposición. Esperan contar con la presencia del intendente Ferraresi.

 

Gino Scrigner nunca quiso vender sus obras y se siente orgulloso de haber donado las replicas del cuartel y de la primer autobomba a los Bomberos Voluntarios de Avellaneda.

 

Luego de la exposición de mayo, ya tiene pensado encarar su próximo desafío. Una réplica de un castillo construido por los españoles, el cual conoció en una excursión que realizó por Huerta Grande en Córdoba. Estima que será una obra muy trabajosa y que le demandará 12 meses de trabajo, aproximadamente el doble de sus realizaciones actuales.

 

Es un joven de 87 años. Trabaja y proyecta. Sueña y realiza. La vitalidad de Gino y sus obras merecen ser conocidas. El 16 de mayo es una excelente ocasión para hacerlo.

 

Su Dock Sud querido
Gino Scrigner ama a Dock Sud y a su gente. Afirma que “como en todos lados hay muy buena gente y algunos pocos de los otros”. Ha visto crecer y desarrollarse al Docke a lo largo de sus 87 años. Aunque lamenta cierto abandono en algunas zonas que atribuye al fenómeno de las casas tomadas, en las que sus habitantes no se ocupan del deterioro de las viviendas, cree que se están haciendo obras como asfalto e iluminación de calles que le vienen muy bien a la “nueva” ciudad de Dock Sud. Elogia la gestión del actual intendente, pero aún espera por más obras que sigan transformándola y le devuelvan parte de su antiguo estilo asociado al trabajo y a la solidaridad entre los vecinos y la hospitalidad para con los visitantes.

 

Guillermo Bolesina

Estudiante de la UNDAV en práctica pre profesional en Diario La Ciudad

guillermobolesina@yahoo.com.ar

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