García Belsunce: Taylor niega que hayan pagado para evitar la autopsia de María Marta

Nora “Pichi” Burgues de Taylor, amiga de María Marta García Belsunce, negó que se haya pagado para evitar la autopsia de ésta y sobre este punto se careó con Inés Ongay, otra amiga de la víctima, quien volvió a ratificar haberla escuchado decir eso luego del entierro.

Al declarar en el juicio por el encubrimiento del crimen, Taylor dijo que ella también tuvo dudas sobre el accidente en la bañera y pensó en un “asesinato”, mencionó sus sospechas sobre el vecino Nicolás Pachelo y criticó la actuación del fiscal Diego Molina Pico, quien la imputó en esta misma causa, aunque después fue sobreseída.

En un tono menos agresivo de lo que fue el careo que tuvieron en 2007 durante el juicio al viudo Carlos Carrascosa, la primera en tomar la palabra fue Ongay, quien ya había declarado el miércoles último frente al Tribunal Oral en lo Criminal 1 de San Isidro.

“Esta es la tercera vez que nos careamos. No quiero confrontar porque es un momento terrible y las dos éramos muy amigas de María Marta. No estoy acá para atacarte ni para defenderme sino para ratificar esa conversación que tuvimos en tu casa”, dijo Ongay.

La amiga de la niñez de María Marta se refirió a una charla ocurrida el 28 de octubre de 2002, luego del entierro de María Marta en el cementerio de La Recoleta, cuando ella fue a tomar el té a la casa de los Taylor al country Carmel de Pilar.

“Me dijiste que como esto se podía abrir como un suicidio o un asesinato `arreglamos para hacer lo que el Gordo quería`. Yo me quedé muda. No hice nada por ser una ignorante y no saber que uno podía tener acceso a una fiscalía”, relató.

Y agregó: “Yo en tu lugar hubiera hecho lo mismo. Pero la conversación de acá al día en que yo me muera fue así y la ratifico”.

A su turno, “Pichi” Taylor reconoció que habían tenido una charla cuando Ongay le preguntó qué había pasado porque había escuchado en La Recoleta muchas versiones sobre el accidente, pero negó categóricamente que haya hablado de autopsia o de algún pago.

“Te dije que se hizo lo que el Gordo había querido, pero jamás hablé de autopsia, sino de que se la enterrara en el último turno para que llegues vos”, dijo Taylor, recordando que Carrascosa había pedido el último turno en el cementerio para que Ongay, que vivía y aún vive en Bariloche, llegue a la inhumación.

“Yo jamás pagué nada. Yo no pude haberte dicho algo que no se hizo nunca. Yo me mantengo en mis dichos”, respondió.

“Pichi” luego le preguntó cómo era posible que después de haberle dicho eso ella estuvo tres días más viéndose con toda la familia.

“Me llamaste a los tres días para despedirte. ¿Cómo estuviste con nosotros que somos una manga de encubridores?”, afirmó.

“Vos llegaste al fiscal (Molina Pico) porque yo le di tu teléfono para que te llame a declarar. Si yo te conté semejante horror, ¿voy a ser tan idiota?”, dijo Taylor subiendo el tono a un punto en el que el juez Alberto Ortolani le llamó la atención y el careo terminó.

Antes del careo, la médica veterinaria declaró sola durante dos horas, en las que al hablar del supuesto pago para evitar la autopsia que Ongay le atribuye, dijo: “Eso es un delirio”.

Taylor reveló que ella también tuvo dudas cuando John Hurtig -medio hermano de la víctima e imputado en este juicio-, le comentó que había notado que María Marta tenía las zapatillas mojadas.

“Me di manija y pensé que por ahí no fue María Marta la que se accidentó. Por ahí quiso salir por la terraza y tuvo que pasar por la bañadera, por eso tenía las zapatillas mojadas y el pantalón seco”, reflexionó.

Cuando la presidenta del tribunal, la jueza María Elena Márquez, le preguntó concretamente qué había pensado, Burgues de Taylor respondió: “en un asesinato”, y allí fue cuando contó que María Marta le temía al vecino Pachelo, porque le había secuestrado un perro por el que le habían pedido un rescate.

Sin embargo, aclaró que una vez que, por las dudas de John, supo que habían convocado a “un fiscal y un forense” y que los vio al día siguiente en el velatorio -en realidad eran el fiscal Molina Pico y el entonces comisario Aníbal Degastaldi de la DDI San Isidro-, pensó que no había nada raro.

“Cuando el fiscal se retiró y vi que todo continuó, todo lo que pensé y elucubré era una estupidez. Yo ya no pensaba que podía ser otra cosa”, dijo respecto a que Molina Pico no detuvo el velatorio para realizar la correspondiente autopsia.

También negó muchas de las acciones que le endilgaron en su momento para imputarla por encubrimiento, como el hecho de que le impidió al médico y vecino de Carmel Manuel Nolting ver el cadáver de María Marta.

“Me di cuenta que le cayó mal mi comentario pero nunca le dije que no subiera a ver el cuerpo. Le dije `Manuel llegamos tarde`. Nunca le impedí ver el cadáver”, contó la testigo.

Sobre las toallas manchadas con agua ensangrentada que se usaron en la limpieza del baño y que ella juntó y puso en el lavadero, Taylor dijo, luego de un arduo interrogatorio de la fiscal Laura Zyseskind, que no recordaba bien si en ese momento notó que tenían sangre y que lo único que sabe es que las tomó “porque estaban en el piso y María Marta era muy ordenada”.

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