Fue una novela que duró menos de 48 horas. Américo Gallego era otra vez el elegido de los dirigentes y los hinchas. Muchos esperaban que volviera a ser el técnico de Independiente, luego de que sorpresivgamente no le renovaran el contrato al concluir la última temporada, por recomendación del entonces manager César Menotti. Sin embargo, no eran pocos los que dudaban que el último DT campeón con Independiente aceptara semejante desprolijidad de la dirigencia y regresara como si nada hubiera pasado.

Finalmente, Gallego decidió no volver a Independiente. El entrenador, por consejo de sus familiares, no aceptó regresar al club cuyos dirigentes no le renovaron el contrato hace apenas cuatro meses.

Gallego había dirigido a Independiente en la última temporada y la dirigencia decidió no renovarle el contrato, pese a que logró dos cuarto puestos en el Apertura y el Clausura.

Ahora, la versión más repetida que circuló por los medios es que los dirigentes de Independiente apuntan a Nery Pumpido, con quien ya se habrían contactado.

No obstante, descartado Gallego, ya no quedan entrenadores unánimemente pedidos por los hinchas, por lo que la dirigencia se tomaría un poco más de tiempo. Uno de los nombres que más se escucho en el club en las últimas horas es el de José Pekerman. Claro que los tiempos que corren son de necesidad de resultados «urgentes» y hay que ver si el ex DT tres veces campeón mundial de la selección Sub 20 querrá correr el riesgo de quedar expuesto ante eventuales resultados adversos.

Otro de los nombres que había aparecido con fuerza era el de Enzo Trossero, de espaldas suficientemente anchas para bancarse el momento, aunque aparentemenete no tuvo consenso en la dirigencia.

Lo cierto es que Independiente jugará el viernes ante Gimnasia, por la 8va fecha del Apertura, y seguramente será conducido por Francisco Pancho Sá, aunque algunos medios le asignaban chances a Manuel Magán, coordinador general de las inferiores.
El martes próximo el Rojo jugará por los octavos de final de la Copa Sudamericana, el último hilo de vida que le queda a un club sumido en una profunda crisis.