Frassia: «Que surja de nuevo la esperanza del nacimiento de Dios en nuestra vida»

El Obispo de la Diócesis Avellaneda – Lanús expresó su mensaje en las vísperas de la Navidad. «Dios quiere que no perdamos aquello que es lo más importante: el amor, el respeto, la solidaridad, la confianza, la atención, la educación», sostuvo.

El Obispo de la Diócesis de Avellaneda-Lanús, Monseñor Rubén Frassia, espresó su mensaje navideño durante una entrevista con La Ciudad, en la que resaltó la necesidad que «surja de nuevo la esperanza del nacimiento de Dios en nuestra Vida»
A continuación, la palabra del Obispo diocesano:

«El mensaje de Navidad para todos los cristianos y en especial para todos los católicos es un mensaje de esperanza».

«Más de dos mil años han pasado y las circunstancias históricas y contemporáneas son distintas, pero había caos, presiones, injusticias, pobreza, había muchas cosas que ahora también están presentes».

«El nacimiento de Jesús, en ese misterio tan grande que para nosotros, los cristianos, es el misterio que Dios haya elegido a una mujer, a la Virgen María, una judía de nuestra raza, que realmente cree en la propuesta de Dios por medio del ángel y da a luz a Jesús, al hijo de Dios, al Mesías».

«Realmente eso es muy fuerte porque a través de ella se nos da el verdadero Dios, el verdadero Hombre, porque Dios no se convence de que la humanidad se destruya, porque Dios quiere que los hombres vivamos con dignidad, que seamos felices y que tengamos paz».

«Dios quiere que no perdamos aquello que es lo más importante: el amor, el respeto, la solidaridad, la confianza, la atención, la educación».

«Por eso, la Navidad vuelve a repetir el misterio de ese Dios que se hace Hombre en el seno virginal de María y surge de nuevo la luz. Cuando surge de nuevo la luz, se disipan las tinieblas; se va alejando la muerte, cuando surge de nuevo Dios en nuestra vida, nosotros podemos vernos cambiados, transformados, potenciados, renovados y rejuvenecidos espiritualmente».

«Por lo tanto, yo les deseo en esta Navidad, por más que estemos dos mil años después, que en este desierto en el que uno se encuentra, esta soledad que la persona humana tiene, esta enfermedad, esta inseguridad, estos miedos y dolores que la gente tiene, que surja de nuevo la esperanza del nacimiento de Dios en nuestra Vida».

«Si Él nace, nosotros tenemos que festejar, tenemos que celebrar. En esta Nochebuena inviten a alguna persona vecina, a un familiar que esté solo, porque es una fiesta para estar en familia, para superar las dificultades, para subsanar y perdonar las heridas, para ser reconciliado y reconciliar, y para vivir en paz, no importa lo mucho o lo poco que uno tenga, pero sí lo que importa es el corazón, la disponibilidad, la generosidad y la voluntad de pasarla bien».

«Les deseo a ustedes una Feliz Nochebuena y una Feliz Navidad, y que realmente este Dios que viene a visitarnos encuentre lugar en nuestro pesebre, en nuestro corazón y nuestra vida. Hagámosle lugar porque así nos vamos a humanizar más y vamos a mejorar nuestra calidad de vida y el trato con los demás. Lla presencia de Dios es garantía de todo lo humano. Les dejo mi bendición».

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