Francia: el Senado aprobó la reforma jubilatoria luego de un mes y medio de huelgas y protestas

Bajo la presión del gobierno, que forzó la aceleración de la votación y del movimiento de protesta social, el Senado francés adoptó la controvertida reforma del sistema de pensiones que elevará la edad necesaria para jubilarse de 60 a 62 años entre julio 2011 y 2018.

Antes de convertirse en ley, la reforma debe ser aprobada por un comité parlamentario y votada nuevamente en sesión conjunta del Parlamento.

Tras más de 150 horas de debates, el texto fue aprobado por 177 votos contra 153. La votación tuvo lugar un día después de la imposición presidencial de voto único, una forma de escrutinio que evita la prolongación de las discusiones y la posibilidad de enmiendas.

Pese a las protestas de la oposición y de los sindicatos, que se manifestaron este viernes una vez más frente al Senado y criticaron el desalojo policial de una refinería ocupada por trabajadores, el gobierno sacó su artillería legislativa para acelerar la aprobación apoyado por una gran parte de los partidos de centro.

Durante el tratamiento del proyecto de ley en el Senado, el Partido Socialista (PS), principal fuerza opositora, presentó 1.233 enmiendas, pero todas fueron rechazadas por la coalición oficialista Unión por un Movimiento Popular (UMP), que tiene mayoría en la cámara.

Las únicas concesiones del gobierno, que asegura que la medida es “necesaria” para luchar contra el creciente déficit que genera el sistema de pensiones, son preservar los 65 años como edad jubilatoria para los padres de tres hijos nacidos antes de 1956 y para los padres de hijos discapacitados.

“El presidente se burla del Senado y de la democracia al cortar los debates. Sarkozy siempre intenta pasar por la fuerza. De esta forma deshonra y desacredita la Cámara Alta”, declaró la primera secretaria del PS, Martine Aubry.

Aprobado por los Diputados el 15 de septiembre, el texto deberá ser evaluado el próximo lunes por una comisión mixta parlamentaria (siete diputados y siete senadores) para buscar conciliar los dos textos y las diferentes enmiendas.

De cumplirse este plazo, podría votarse formalmente en el Parlamento el próximo miércoles y convertirse así en ley un día antes de la primera de las dos movilizaciones programadas por los sindicatos (la otra será el 6 de noviembre).

La reforma es rechazada por estudiantes y trabajadores que en un mes y medio realizaron seis multitudinarias movilizaciones nacionales para exigir el mantenimiento de los 60 años como edad para jubilarse.

En los últimos 15 días la protesta se radicalizó con una huelga de ocho días consecutivos y manifestaciones juveniles que degeneraron en serios hechos de violencia.

Este viernes por la madrugada la policía antimotines, con escudos y machetes, llegó a la refinería de Grandpuits, en los suburbios de París, con órdenes de las autoridades que intimaban a los huelguistas a retomar sus tareas en la planta, la fuente de combustible más cercana a la capital.

Dirigentes sindicales dijeron que al menos tres personas resultaron heridas cuando la policía se enfrentó con decenas de personas que habían formado “una cadena humana” para impedir el desbloqueo.

Con los automovilistas franceses lanzados a las estaciones de servicio en el primer fin de semana de las vacaciones estudiantiles de otoño, el gobierno negó problemas de abastecimiento, pero reconoció que el 20% de las gasolineras se encontraban sin combustibles.

Esta tarde tras una reunión de industriales del sector y el gobierno, las partes descartaron que Francia se encuentre amenazada de una penuria de combustibles, pero aseguraron que el regreso a la normalidad tardará al menos una semana.

No obstante, 11 de las 12 refinerías del país permanecen bloqueadas por los trabajadores.

En tanto, la terminal petrolera de Fos, cerca de Marsella, vivió este viernes su 26to. día de huelga consecutiva y numerosos otros sitios del sector energético permanecen con perturbaciones.

Las acciones esporádicas continuaron este viernes en todo el país, especialmente en Burdeos, Marsella, París, Nantes, Lillie y Lyon.

Frente a esto, el Estado aseguró que supervisará la repartición de combustible en todo el territorio por intermedio de las prefecturas locales, según aseguró el primer ministro Francois Fillón mediante un comunicado luego de la reunión.

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