Fonoaudiología en el Hospital Fiorito, un servicio que trabaja en la atención y en la prevención

Además de abocarse al tratamiento de los problemas con el aparato auditivo, enfoca su accionar en las cuestiones preventivas, a fin de evitar inconvenientes a futuro. En la foto la jefa de la Unidad, Beatriz Jamardo, acompañada de integrantes del staff de la unidad.

Dividida en cuatro áreas de trabajo específicas para un mejor funcionamiento, la Unidad de Fonoaudiología del Hospital Fiorito no solo se aboca al tratamiento de los problemas con el aparato auditivo, sino que además enfoca su accionar en las cuestiones preventivas, a fin de evitar inconvenientes a futuro.

Según explicó la jefa de la Unidad, Beatriz Jamardo, a La Ciudad, su sector se divide en cuatro espacios bien delimitados, el del lenguaje, el de la voz, el área estomatognática que está relacionado a todo lo que es deglución, y el de la audición.

El área estomatognática tiene que ver con todo lo que es la deglución, con las personas que, por alguna alteración, han tenido alguna dificultad o disfunción deglutoria, bebés que no succionan o cuando tienen problemas para agarrar el pecho.

“Todo esto tiene que ver con la fonoaudiología, es un área amplia e interesante”, resaltó Jamardo.
Otra área de la Unidad de Fonoaudiología del Hospital Fiorito es “Lenguaje”, que abarca todas las dificultades en la comunicación, no solo lo relacionado con la pronunciación. “Atendemos chicos con discapacidades severas y chicos down, entre otros” detalló Jamardo.

El tercero de los sectores es el de la “voz”, que es un área muy amplia porque no solo tiene que ver con la patología de las disfonías, sino también con los que no tienen laringe, a quienes se les enseña una nueva técnica para hablar.

“También tiene que ver con la voz profesional, como cantantes, actores, docentes y todos aquellos que utilicen la voz como herramienta -comentó Jamardo- a los que les enseñamos técnicas vocales porque una cosa es saber hablar y otra saber usar el instrumento musical que somos cada uno de nosotros”.
Finalmente, el cuarto punto al que se dedica la Unidad es lo “auditivo”, que es muy importante porque se trabaja con las personas desde que nacen hasta que son adultos mayores.

“Es muy importante, pero se necesita contar con aparatología, y no tenemos toda la que necesitamos. A los bebés se les tiene que hacer el diagnóstico de hipoacusia, pero no tenemos el aparato para hacer fotoemisiones”, explicó Jamardo.

 

Necesidades
En cuanto a las necesidades de aparatología que sufre la Unidad, se está necesitando de manera urgente un cambio de impedanciómetro. Se trata de un aparato que evalúa cómo está el oído medio y, el que actualmente utilizan en el Servicio, está “muy viejo” y no en óptimas condiciones.

También sería necesario contar con un otoemisor para evaluar a los bebés si escuchan o no, y un audiómetro para renovar el actual que ya está quedando obsoleto.

Por suerte, para cubrir algunas falencias, se trabaja en red con el resto de los hospitales de la región sanitaria. “Ante la falta de determinada acción, es bueno trabajar en equipo. Si bien siempre es mejor que cada uno tenga recursos propios, trabajar en red ayuda”, remarcó Jamardo.

 

Prevención
Además de la ardua tarea que implica trabajar sobre las distintas patologías, en el Servicio de Fonoaudiología también ponen todo el esfuerzo en las tareas de prevención, que incluyen la organización de talleres para, entre otras cosas, evitar los cánceres de garganta, que por lo general, si son tomados a tiempo, se puede tener una solución menos cruenta.

“También se hacen campañas sobre cómo el ruido perjudica la audición. Los ambientes ruidosos son muy dañinos y tenemos un ambiente contaminado a nivel sonoro, porque no hay mucha conciencia sobre los ruidos y sobre el uso de auriculares”, sostuvo la especialista.

Las consultas más frecuentes son las de las personas mayores porque tienen un deterioro de la audición producido por la edad, pero también hay muchos jóvenes que escuchan un permanente zumbido y está relacionado con la alta exposición que tienen al ruido y con el uso inadecuado de los auriculares. “No es recomendable el auricular que va dentro de la oreja, sobre todo a un volumen alto”, explicó Yamila Iñiguez, una de las integrantes del equipo de Fonoaudiología.

Para prevenir inconvenientes, es ley que a los recién nacidos se les haga una otoemisión, que es necesaria porque, según aseguró Jamargo, “podemos cambiarle la vida si detectamos una dificultad a edad temprana”.

“Cuando hay dificultades auditivas, también hay retraso en el lenguaje”, dijo al destacar la importancia de este estudio.

“Si el chico no succiona bien, puede irle leche al oído y eso provoca otitis”, sostuvo Jamardo, quien remarcó que no solo trabajan en el amamantamiento por una cuestión específica, sino que también por lo vincular, por “la relación madre e hijo”, porque “es muy importante la lactancia materna”.

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