Va cayendo la noche en Avellaneda y el calor agobiante de estos días de noviembre no parece dar tregua. Así lo demuestra el hombre trending topic, que al ver que una moza se acerca a su mesa, pide casi suplicando un poco de hielo para su gaseosa. Su aspecto informal lejos está de lo que el imaginario de la gente supone para un tipo de la tele: peinado desprolijo, barba de varios días, remera oscura con unas tímidas imágenes de Mike Jagger y Keith Richards, jeans y zapatillas deportivas, forman el look del entrevistado. El “REC” del grabador todavía no fue apretado y ya aparecen preguntas desde otra mesa del bar que se acordó para la nota. “Che Azzaro, ¿qué pasa con la Academia?”, interroga un hombre de unos 50 años. “Paso a paso”, contesta el panelista de El Show del Fútbol de América TV, homenajeando a Mostaza Merlo, el último DT que supo darle una alegría.

Flavio Azzaro tiene 29 años, pero pese a su corta edad, lleva su carrera periodística con intensidad. Atrás quedaron sus tardes en las radios vecinales de zona sur y sus largas recorridas por los negocios de Av. Mitre buscando auspiciantes. En 2012, conservando la dosis diaria en Radio Belgrano AM 650, su programa Identidad Racinguista dio el salto de calidad al comenzar a emitirse una vez a la semana, a la medianoche, por Radio La Red AM 910. Al año siguiente, tras petición al aire de Alejandro Fantino en su programa Uno de los nuestros, Azzaro es invitado al debate futbolero de las noches de América. “Mis amigos siempre me decían que por mi forma de discutir sobre fútbol, era ideal para SDF. Tenían razón”, bromea el conductor del programa partidario de Racing con mayor audiencia, para quien convertirse de un día para el otro en famoso fue “sorprendente pero no tan complicado” ya que “la gente es muy respetuosa, sabe entender el juego”, argumenta.

El mundo gira en torno a su profesión, al fútbol, los amigos, y por sobre todo, a su querida Academia. “Racing es una gran parte de mi vida. Fui al jardín ahí. Jugué al fútbol en el club, me hizo conocer el país. Me dio amigos, me hizo llorar de alegría y de tristeza”, cuenta enfáticamente Azzaro, ante una pregunta digna de una escena de El secreto de sus Ojos. Auténtico, fiel a su estilo ante las cámaras, asegura que no tiene temor de decir de qué club es hincha. “La gente valora que uno sea sincero. A la hora de opinar se diferenciar mi faceta de hincha de mi rol de periodista”, dice el hombre de más de 52 mil seguidores en Twitter, para quien “hoy en día, el periodismo está mucho más comprometido. Hay menos miedo a la hora de opinar, cada uno dice lo que quiere sin ningún problema”.

Al ser consultado por su futuro, sabe usar su cintura para eludir el tema. “Sólo pienso en seguir creciendo en esta profesión. Conservo cosas de mis inicios. Hasta el día de hoy sigo pagándome mi propio programa”, expresa este periodista deportivo, que en uno de sus brazos tiene un tatuaje que habla por sí solo: “Y ya lo sabes, nada es casualidad”. Bien lo decía Cerati, uno de sus referentes musicales.

Jerónimo Liñán

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