Festejo y euforia por la despenalización de “acullicu”

La legalización del masticado de la hoja de coca fue celebrado por miles de bolivianos. El presidente Evo Morales enfatizó que la medida, aprobada por las Naciones Unidas, significa “un trinfo internacional de Bolivia frente al imperio”.

Miles de bolivianos salieron hoy alborozados a las calles para festejar la despenalización del masticado de la hoja de coca (acullicu) aprobada el viernes por las Naciones Unidas (ONU), ante los cuales el presidente Evo Morales sentenció que la medida constituye “un triunfo internacional de Bolivia frente al imperio”

Morales, ante miles de productores de coca, campesinos, interculturales, estudiantes y profesionales que se concentraron en la avenida Blanco Galindo, en la ciudad de Cochabamba, dijo que “generalmente los convenios o tratados internacionales son de los gringos de Estados Unidos, pero gracias a la lucha del pueblo y la lucha política, ideológica y cultural hicimos cambiar las normas del imperialismo norteamericano con relación a la hoja de coca”.

El viernes se conoció la readmisión de Bolivia a la Convención de Estupefacientes de la ONU con la reserva del masticado de la hoja de coca, tras el respaldo de 169 países miembros del organismo internacional y el rechazo de sólo 15, entre ellos Estados Unidos, México y Rusia.

Morales recordó que Estados Unidos, junto con los gobiernos neoliberales que dirigieron el país, a través de diferentes planes como el trienal, quinquenal o alternativo, entre otros, “intentó terminar con el cultivo de la hoja sagrada, pero no pudieron y quiero decirles que nunca podrán erradicar nuestra identidad y nuestra cultura”.

Destacó que por primera vez después de la fundación del Estado colonial en 1825 el pueblo boliviano mediante el Estado Plurinacional “gana en todo el mundo para hacer modificar convenios internacionales”.

Enfatizó que la resolución de la ONU no solo reconoce el acullicu de la hoja de coca en Bolivia, que es una tradición cultural en el país, sino que también “respeta el cultivo de la hoja sagrada”.

Por ello, pidió difundir dicha resolución para el conocimiento del mundo entero y reconoció “la importancia que tiene la unidad en todo tipo de gestiones”.

“Esta concentración demuestra la unidad del pueblo para defender nuestra cultura, esa lucha de tantos años. No sólo a partir de 2006 sino antes de la fundación de la República, antepasados dieron su vida”, mencionó.

Tras el logro ante la ONU, agregó, “la hoja de coca no está vista como cocaína, por lo tanto los productores dejan de ser vistos como narcotraficantes o narcodependientes”.

Finalmente, pidió reconocer el apoyo logrado por el voto positivo de los 169 países que respaldaron la reserva planteada por Bolivia.

“Es una victoria de nuestra cultura, nuestros pueblos indígenas y movimientos sociales. Se corrige un error histórico después de casi 50 años. La coca en su estado natural no es droga, y eso se reivindica con la readmisión de Bolivia”, celebró el viceministro boliviano de Coca y Desarrollo Integral, Dionisio Núñez, al conocer el viernes la noticia.

El gobierno de Bolivia anunció a mediados de 2011 su retirada de la Convención Única sobre Estupefacientes, firmada por 184 países en Viena en 1961, y la hizo efectiva en enero del año pasado, debido a que su artículo 49 vetaba el mascado de coca, llamado “acullicu” o “pijcheo”, con el argumento de que esa planta contiene los alcaloides base para fabricar la cocaína.

Seis meses después, las autoridades bolivianas solicitaron reincorporarse a la Convención antidroga con la salvedad de que el “acullicu”, una práctica arraigada entre sus sectores sociales, campesinos e indígenas y defendida en la Constitución promulgada en 2009, fuera aceptado por los países firmantes.

El 10 de enero de 2012 se abrió el período de doce meses para que los países miembros de la Convención objetaran esa petición.

Estados Unidos, Rusia, Canadá, Reino Unido, Irlanda, Alemania, Francia, Italia, Holanda, Suecia, Finlandia, Portugal, Israel, Japón y México se opusieron al pedido pero las objeciones no alcanzaron para impedir el retorno de Bolivia a la convención antidrogas, ya que eran necesarios 62 vetos de los 184 miembros.

El plazo para la presentación de objeciones concluyó la medianoche del jueves, por lo que el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, aceptó el depósito del instrumento de acceso de Bolivia a la Convención junto con la salvedad realizada por la La Paz, que entrará en efecto el próximo 10 de febrero.

“Es la primera vez que un país ha hecho eso (salir y lograr readmisión). Fue exitoso para Bolivia porque retornará bajo otras condiciones, eso al final puede debilitar a la convención de 1961 y las convenciones internacionales”, comentó el embajador británico Ross Denny.

Ante la vuelta de Bolivia a la Convención, el gobierno boliviano y organizaciones sociales y cocaleras organizaron para el lunes una jornada de “acullicu” en todo el país, con eje en las ciudades de La Paz y Cochabamba, que se vieron desbordadas por los eufóricos manifestantes, con pancartas bocinas de todo tipo.

Por su parte, el vicepresidente Alvaro García Linera anunció que Bolivia pondrá en marcha una “campaña pedagógica, de enseñanza” dirigida a los países que están en contra del “acullicu”, para que entiendan los motivos de la defensa de esta práctica.

Al respecto, reseñó que el “uso tradicional milenario” de la coca de forma ritual, cultural y medicinal en las culturas andinas se remonta al año 3.000 antes de Cristo.

Bolivia produce 27.200 hectáreas de coca, según el informe de 2011 de la Oficina de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito.

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