Felipe VI, proclamado rey, aboga por una España unida

Fue en una histórica ceremonia en el Congreso de los Diputados español, donde el nuevo monarca prometió renovación institucional y ser “cauce entre todos los españoles”, en los actuales tiempos de crisis económica y política que vive el país.

A sus 46 años, Felipe VI sucede en el trono a su padre, el abdicado rey Juan Carlos I, y lo hace celebrando el hecho de ser un “rey Constitucional”.

“Un rey que accede a la primera magistratura del Estado de acuerdo con una Constitución que fue refrendada por los españoles y que es nuestra norma suprema desde hace ya más de 35 años”, remarcó Felipe VI tras jurar lealtad a la Carta Magna.

Hace 39 años, el 22 de noviembre de 1975, Juan Carlos I accedía al trono de la mano del fallecido dictador Francisco Franco, si bien luego su cargo fue legitimado por la Constitución y su reinado estuvo marcado por su decidida apuesta por la democracia.

Felipe VI asume siguiendo el proceso constitucional pero hereda una corona salpicada por escándalos de corrupción y que ha perdido popularidad en un país sumido en una crisis económica, con 25% de desocupación, y que afronta tensiones separatistas, además de la presión de los partidos de izquierda reclamando un referéndum para elegir entre la monarquía y la república.

Este contexto histórico marcó los actos de proclamación y el primer discurso de Felipe VI, quien tras convertirse en rey pasada la medianoche -al entrar en vigor la ley de abdicación- recibió esta mañana el fajín de capitán general de las Fuerzas Armadas que le colocó su padre, escenificando el traslado de mando como jefe supremo de los Ejércitos.

Luego, el nuevo Jefe de Estado prestó juramento en el Congreso de los Diputados de Madrid en un acto sobrio del que participaron los miembros del gobierno, encabezado por el presidente Mariano Rajoy, diputados y senadores, y los presidentes regionales, incluido el catalán, Artur Mas -quien pretende celebrar un referendo por la independencia de Cataluña-, y el vasco, Iñigo Urkullu.

El rey Juan Carlos no estuvo presente para no restarle protagonismo al flamante monarca, quien estuvo acompañado por la reina consorte, Letizia, y sus hijas, las infantas Leonor y Sofía.

No obstante, la gran ausente a los actos de proclamación fue una de las hermanas del nuevo rey, la infanta Cristina, imputada por evasión fiscal y lavado de capitales junto a su esposo, el duque de Palma Iñaki Urdangarín, centro de una trama de corrupción que puso en jaque a la corona y precipitó la abdicación del rey Juan Carlos.

“Hoy, más que nunca, los ciudadanos demandan con toda razón que los principios morales y éticos inspiren y la ejemplaridad presida nuestra vida pública. Y el rey a la cabeza del Estado tiene que ser no sólo un referente sino también un servidor de esa justa y legítima exigencia de los ciudadanos”, afirmó Felipe VI durante su discurso.

“Desde hoy encarno una monarquía renovada para un tiempo nuevo”, subrayó el rey, quien dijo aspirar a “revitalizar nuestras instituciones”.

Ante los parlamentarios, su discurso estuvo dominado por mensajes tendientes a afianzar el papel de la Corona y mitigar las tensiones separatistas.

En ese sentido, Felipe VI proclamó su “fe en la unidad de España” de la que la Corona “es símbolo” y puntualizó que esa unidad no es “uniformidad”.

“En esa España, unida y diversa, basada en la igualdad de los españoles, en la solidaridad entre sus pueblos y en el respeto a la ley, cabemos todos; caben todos los sentimientos y sensibilidades, caben las distintas formas de sentirse español”, dijo Felipe VI.

Asimismo, Felipe VI expresó su convicción en que la Monarquía Parlamentaria “puede y debe seguir prestando” un servicio fundamental a España por su “vocación integradora entre las diferentes opciones ideológicas, le permiten contribuir a la estabilidad de nuestro sistema político”.

Tras la ceremonia, los nuevos reyes y sus hijas hicieron un recorrido en un Rolls Royce descubierto -a pesar de que los servicios de seguridad habían recomendado que sea cubierto- hasta el Palacio Real, y a su paso saludaron a miles de ciudadanos con banderas españolas que les aclamaron.

A su llegada al Palacio Real, los nuevos reyes, sus hijas y los monarcas salientes saludaron desde el balcón, donde se congregaron miles de monárquicos que los recibieron al grito de “Viva los reyes”, “Felipe, Felipe” y “España, unida, jamás será vencida”.

Posteriormente, los reyes Felipe y Letizia celebraron una recepción con unos 2.000 invitados, representantes de la sociedad española, desde políticos hasta personalidades del espectáculo, la cultura y el deporte.

noticias relacionadas