Fausto Beltrán

El Dr. Jorge L. Traverso escribe sobre este destacado profesor de Wilde que acaba de celebrar sus 80 años.

Fausto no es un personaje de Goethe ni el nuestro criollo de Estanislao del Campo. Es un amigo que tuve la suerte de conocer en la ya legendaria Escuela Secundaria N° 2 de Wilde, en el transcurso del año 1962. En aquella época, en tiempos que felizmente coincidieron por circunstancias fortuitas o por el “dedo voluble del destino”, como le gustaría decir a él, nos conocimos en la Sala de Profesores y de allí se inició entre ambos una entrañable amistad.

Eran tiempos difíciles para la Escuela, que había sido fundada un par de años antes. Si algo siempre debe y debió ser valorado fue la corporación en su forma más simple y sencilla, que naturalmente se daba en todos los Colegios y que supieron siempre suplir las deficiencias del Estado, la Asociación Cooperadora, que en este caso obraba verdaderos milagros. Un edificio vetusto, con techos de chapa y cerco de alambres contenía en su humildad lo más sublime que es capaz de concebir el espíritu humano.

Esa devoción de dar, de formar, luchar por parte de directivos y docentes, con el apoyo insustituible de los padres del alumnado fueron convirtiendo las falencias en pujanza y el desafío hacia previsible el éxito. Era una verdadera comunidad amalgamada, síntesis de los afectos que se fueron dando entre sus protagonistas y por cierto viví allí momentos muy felices.

Lo cierto es que la Escuela fue construida por el esfuerzo de todos y por la sabiduría, calidad humana y pragmatismo de quien tuvo el mérito de conducir, la nunca olvidada Profesora Lessieux, y felizmente por aquellos que continúan manteniendo enhiesto en estos días su prestigio. Fue la muestra de lo que hicieron y fueron capaz de hacer quienes con ella,- y en el caso no puedo dejar de citar a Fausto,- se prodigaron sin límites en su vocación docente.

Nuestro amigo inició desde allí un camino incontenible imposible de transitar en estas breves líneas: profesor en distintos cursos de educación media y técnica en las Facultades de Agronomía e Ingeniería de la UBA, Instituto Superior del Profesorado “Joaquín V. González”, Instituto Nacional Superior del Profesorado Técnico, Instituto del Profesorado de Bernal, del cual también fue Director Organizador, autor o coautor de 14 libros y más de 60 publicaciones, participación en más de 60 Congresos, Presidente de la 7ª Reunión Nacional de Educadores de Química, Premio “Sociedad Científica Argentina” bienio 1999-2000, Profesor Honorario de la Universidad de Morón, medalla por trayectoria 2002 Instituto del Profesorado JVG, Miembro de la Academia Argentina de Artes y Ciencias de la Comunicación, etc… etc….

Más el émulo de Sarmiento sólo quiere ser lo que siempre fue y es, lo que realmente lo hace feliz por encima de sus títulos y reconocimientos académicos, su condición de Maestro.

Su sentido de rectitud, su serena ponderación y asimilación de los problemas existenciales, no están ausentes de mi recuerdo. Vivió y vive plenamente valorando o mejor dicho dando su justo valor a los imponderables.

El Dr. FAUSTINO FRANCISCO BELTRAN ha cumplido recientemente 80 años.Y aunque el tiempo en el tiempo ha transcurrido, en nada ha variado en su pasión docente. La oportunidad me lleva a reeditar aunque parcialmente algunos renglones que algún día escribí como testimonio de su obrar y mi admiración.

Es que hombres como Fausto en su laborioso anonimato, héroes de la historia que no se publicita ni conoce, han cultivado en nuestra juventud la simiente del conocimiento, de la ética, de la libertad y de la esperanza que algún día habrá de germinar para que el país que soñamos se haga realidad.

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