Estados Unidos exigió el fin de la violencia en Libia y anunció que evalúa posibles sanciones

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, condenó ayer la represión contra los manifestantes en Libia y advirtió que su país evalúa “una completa gama” de posibles sanciones contra el régimen de Muammar Kaddafi en sus primeras declaraciones en público sobre el tema.

“El sufrimiento y el baño de sangre es indignante y es inaceptable”, afirmó Obama desde la Casa Blanca, donde habló flanqueado por su ministra de Exteriores, Hillary Clinton.

Las acciones del gobierno libio contra los manifestantes, que dejaron ya cientos de muertos, “violan las normas internacionales y cualquier estándar de decencia común”, indicó el mandatario, en su discurso televisado por la cadena CNN.

Obama anunció que Clinton estará el lunes en Ginebra y que su número dos en la Cancillería, William Burns, visitará varios países de Europa y Medio Oriente para coordinar con aliados las acciones a seguir frente a Libia.

En una declaración escrita que leyó ante las cámaras de televisión, Obama aseguró que Estados Unidos “apoya al pueblo libio” y que a los ciudadanos de ese país se les debe “permitir decidir su propio destino”.

Se trata de las primeras declaraciones públicas de Obama sobre la situación en Libia, un mensaje que generó previa expectativa, teniendo en cuenta que el presidente norteamericano convocó a la prensa en varias oportunidades mientras duró la crisis en Egipto, incluso para reclamar la salida de su entonces colega y aliado, Hosni Mubarak.

El silencio de Obama incluso había despertado algunas críticas en Estados Unidos, pero voceros de la Casa Blanca aseguraron que el presidente se está manejando con prudencia para evitar represalias contra norteamericanos que aun no fueron evacuados en Libia.

“En primer lugar, estamos haciendo todo lo posible para proteger a los ciudadanos estadounidenses” en Libia, “esa es mi máxima prioridad”, subrayó Obama.

El presidente estadounidense advirtió también a las autoridades libias que “el mundo entero está observando” cómo se comporta frente a las protestas, hasta ahora recibidas con uso de armas de fuego y helicópteros, entre otras armas.

“El cambio que está tomando cuerpo a través de toda la región es impulsado por los pueblos de la región”, afirmó Obama, quien aseguró que la mano de Washington no está detrás de las manifestaciones.

“Ese cambio no representa el trabajo de Estados Unidos ni de ninguna otra potencia extranjera”, afirmó.

En todo caso, agregó, las protestas son protagonizadas por libios “que solamente quieren ser tratados como seres humanos”.

“Son las aspiraciones más básicas las que están motorizando este cambio”, dijo Obama.

Por último, dijo que encargó a sus funcionarios que le preparen “una completa gama de opciones disponibles para responder a esta crisis”, incluyendo “acciones” que se puedan tomar junto a países aliados “o a través de instituciones multilaterales”.

“Como todos los gobiernos -continuó-, el de Libia tiene la responsabilidad de contenerse de usar la violencia, de permitir que la ayuda humanitaria llegue a aquellos que la necesiten y de respetar los derechos de su pueblo”.

El gobierno libio, completó, “deberá rendir cuentas por su fracaso en cumplir con esas responsabilidades, y enfrentar el costo de las continuas violaciones de los derechos humanos”.

Previamente, el portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Philip Crowley, dijo “estamos analizando un amplio espectro de herramientas y opciones a nuestro alcance (…) y eso ciertamente incluye estudiar sanciones que pudieran ser impuestas bien sea de forma bilateral o multilateral”.

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