El primer tiempo tuvo España como claro dominador, con los tres goles como las tres ocasiones claras, y con un juego colectivo en el campo que dejó sin oportunidades a los franceses, a pesar de que comenzaron en desventaja el partido.

Enzo Millot a los 11 minutos puso el 1 a 0 para los locales, que tuvo a todo el estadio a su favor. Pero la rápida respuesta de Fermín López, los españoles empataron a los 18 minutos.

El propio López, otra vez, dio vuelta el partido a los 25 minutos, cuando el encuentro era todo a favor suyo, y Alejandro Baena selló un 3 a 1 a los 28 que parecía lapidario en la primera
etapa ya que estaba siendo superior a los galos en muchos aspectos.

No obstante, Francia salió con mucha decisión al segundo tiempo y mantuvo a España en su campo hasta que pudo descontar la distancia con Maghnes Akliouche, quien la desvió tras un tiro libre desde la derecha que cayó en el área chica.

No obstante, en el final del partido, el árbitro brasilero Ramon Abatti Abel revisó en el VAR un agarrón en el área y sancionó penal para Francia. Jean-Philippe Mateta convirtió desde
los doce pasos para igual el partido.

Francia se durmió en el primer tiempo de la prórroga y lo pagó caro: Sergio Camello en dos ocasiones estampó el 5 a 3 definitivo para España, lo que significó el título.

Este triunfo significó la segunda medalla de oro para España en los Juegos Olímpicos. La primera tuvo lugar en sus juegos, Barcelona 1992, cuando vencieron en la final a Polonia por 3 a 2. Además fue medalla de plata en tres ocasiones -Amberes 1920, Sydney 2000, y Tokio 2020.