España: el yerno del rey Juan Carlos dijo que contribuirá a “aclarar la verdad” en la Justicia

El duque de Palma, Iñaki Urdangarín, esposo de la Infanta Cristina y yerno del rey Juan Carlos, aseguró en la mañana de este sábado que contribuirá a “aclarar la verdad”, al llegar a los juzgados para declarar como imputado en un caso de corrupción, el primero que involucra directamente a un miembro de la Corona española.

“El día de hoy ayudará a aclarar la verdad de los hechos”, dijo Urdangarín a la prensa en la puerta de los juzgados de la isla de Palma de Mallorca, donde los esperaban decenas de manifestantes antimonárquicos con banderas republicanas.

“Quiero demostrar mi inocencia y mi honor en mi actividad profesional con total transparencia”, añadió entre gritos de “Fuera la corona española” o “Urdangarín, devuelve el dinero” de parte de los manifestantes.

Como estaba previsto, Urdangarín arribó en la mañana de este sábado a los tribunales en auto, al que los manifestantes arrojaron unos cuantos huevos.

Sin embargo, a las puertas de los juzgados el duque de Palma se bajó del vehículo y se acercó a la prensa para defender su inocencia. Finalmente, ingresó al tribunal a pie.

Esta era la imagen más esperada por los medios de comunicación, puesto que nunca antes un miembro de la familia real tuvo que responder por sus millonarios negocios ante la justicia.

El ex atleta de 44 años, que declara a puertas cerradas, deberá responder a las graves acusaciones de la fiscalía anticorrupción, que sustentan su procesamiento.

El juez del caso, José Castro, le imputa a Urdangarín delitos de malversación de caudales públicos, fraude, falsedad documental y prevaricación, cometidos mientras era presidente del Instituto Nóos, una organización “sin ánimo de lucro” que obtuvo contratos por más de seis millones de euros adjudicados por los gobiernos regionales de Baleares y Valencia.

Los negocios que el duque de Palma y su socio, Diego Torres, tenían con esas administraciones, le sirvieron, según la investigación, para desviar fondos públicos a cuentas personales y evadir importantes cantidades de dinero a paraísos fiscales.

Una de las empresas a las que se desviaron los fondos públicos es la promotora inmobiliaria Aizoon, cuya propiedad pertenece en partes iguales a Urdangarin y su esposa, la infanta Cristina.

La hija del rey también formaba parte de la junta directiva del Instituto Nóos cuando se produjo la apropiación indebida de fondos, entre 2004 y 2007, pero la fiscalía y el juez consideran que la infanta no pertenecía al “núcleo duro” que tomaba las decisiones.

La investigación contra Urdangarín es una rama que se desprende del sonado “caso Palma Arena” -la adjudicación irregular de un polideportivo con pago de comisiones ilegales-, que destapó hace unos años una trama de corrupción ligada al ex presidente regional de las Islas Baleares, Jaume Matas, del derechista Partido Popular (PP) del actual presidente Mariano Rajoy.

El caso de corrupción ligado a la Corona, que arroja cifras millonarias, estalló en la cara de la Familia Real justo en medio de la peor crisis económica de la historia reciente de España.

Para intentar mitigar el escándalo, la Casa Real apartó en diciembre a Urdangarín de las ceremonias oficiales por su comportamiento “no ejemplar”, y anunció que haría públicas sus finanzas, algo a lo que se había resistido hasta ahora debido a que no tenía obligación, aunque es habitual en otras familias reales europeas.

Así, tras una tensa celebración de las fiestas navideñas, las primeras sin los duques de Palma, la monarquía explicó cómo reparte los 8,4 millones de euros que recibe anualmente de los presupuestos generales del Estado.

No obstante, los partidos de izquierda y republicanos llevan años denunciando que existe un “agujero negro”, debido a que la Corona recibe indirectamente otras asignaciones, además de ingresos privados y regalos.

Desde que el caso saltó a la luz pública y acaparó la atención mediática, Urdangarín, un esbelto ex jugador de handball –medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Atlanta y de Sydney- convertido en empresario y su esposa, permanecieron refugiados de la prensa en Washington, donde viven desde 2009 junto a sus cuatro hijos.

Allí, el duque de Palma trabaja para Telefónica, empresa que lo contrató como consejero poco después de que dejara el Instituto Nóos en 2006 al parecer por orden del rey Juan Carlos, en medio de las denuncias por los elevados costes de los congresos que organizaba.

Esta semana Urdangarín y la infanta Cristina regresaron de forma separada a España y ambos se alojaron en el pabellón de invitados del Palacio de La Zarzuela. El viernes viajaron juntos a Palma de Mallorca, la isla en la que se casaron en 1997.

La imputación de Urdangarín es muy grave, pero su procesamiento y condena pueden resultar demoledor para el prestigio de la monarquía española.

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