España: el PP se impuso en las regionales de Andalucía, pero sin alcanzar la mayoría absoluta

El derechista Partido Popular (PP) de Mariano Rajoy se impuso este domingo en los comicios regionales de Andalucía, pero sin alcanzar la mayoría absoluta que le hubiese permitido arrebatar el poder a los socialistas en su histórico bastión del sur de España.

El PP andaluz de Javier Arenas fue la fuerza política más votada en Andalucía con el 40,6% de los votos y 50 diputados, escrutado el 99% de los votos. Sin embargo, los conservadores se quedaron a 5 escaños de la mayoría absoluta.

En cambio, el Partido Socialista (PSOE) consiguió el 39,5% de los votos y 47 escaños, que sumandos a los 12 escaños de Izquierda Unida (IU), la tercera fuerza con el 11,3% de los sufragios, obtiene la mayoría que necesita para seguir gobernando tras más de 30 años.

“Los andaluces y andaluzas que han vuelto a otorgar un gran respaldo al PSOE en unas circunstancias económicas y sociales muy difíciles”, aseguró José Antonio Griñán, presidente regional y candidato a la reelección, al valorar los resultados.

“El Partido Socialista ha recuperado buena parte de la confianza perdida en las generales. Y ninguna fuerza política tiene la mayoría para gobernar sin contar con las demás”, remarcó.

Griñán destacó, además, que el PSOE “cuando afronta momentos difíciles –escándalos de corrupción-, se crece. Y ahora hemos vuelto a darle la vuelta a las encuestas”.

Antes, el candidato vencedor, Javier Arenas, destacó que “por primera vez en la historia el Partido Popular ha ganado las elecciones en Andalucía”. Aseguró que su partido ejercerá un “liderazgo” con responsabilidad, pero no habló de gobierno.

El resultado en Andalucía supone un duro revés para Rajoy, que confiaba en ampliar aún más el poder territorial del PP derrotando al Partido Socialista (PSOE) en su último reducto de poder, Andalucía.

También son un llamado de atención para el jefe del Ejecutivo, al que las políticas de ajuste y la reforma laboral le pasaron factura en su primer examen electoral, ya que los ciudadanos de uno de los territorios más castigados por la crisis económica y el desempleo votaron mayoritariamente a la izquierda.

Por su parte, los socialistas lograron resistir en una de las únicas dos comunidades en las que aún gobernaban –la otra es el País Vasco-, lo que les dará un impulso para levantarse de los escombros a los que quedaron reducidos tras la humillante derrota en los comicios generales del pasado 20 de noviembre.

El resultado ha sido agridulce en Asturias, donde también se celebraron elecciones regionales, aunque anticipadas, ya que el PSOE ganó con el 32% de los votos y 16 escaños, pero una coalición conservadora formada por el PP, con 10 escaños, y el Foro Asturias (FAC) de Francisco Álvarez Cascos, con 13 escaños, le impediría gobernar.

Izquierda Unida (IU) suma 5 escaños, pero aunque apoye al candidato vencedor, Javier Fernández, se queda lejos de los 23 diputados necesarios para la mayoría absoluta.

Así el futuro de Asturias queda en mano de un posible pacto entre Mercedes Fernández, del PP, y Álvarez Caco, algo que parecía difícil pero que ahora la secretaria general de los conservadores, María Dolores de Cospedal, se mostró dispuesta a facilitar.

El PP quiere “garantizar la gobernabilidad de Asturias y buscará el consenso”, dijo.

En tanto, en clave nacional, el PSOE valoró los comicios de Andalucía y Asturias como una victoria.

“El fracaso del PP es el fracaso del gobierno de Rajoy y su política. Han bastado 100 días de gobierno para que lo que parecía una flecha hacia arriba sea una flecha hacia abajo. Los electores han castigado al PP por sus engaños” y su intento de aprovechar la crisis para “desmontar” el Estado del bienestar, sostuvo la “número dos” del PSOE, Elena Valenciano, al hacer una valoración de los comicios.

“Los ciudadanos sólo han necesitado cuatro meses para darse cuenta”, insistió.

En la misma línea, el máximo líder de Izquierda Unida (IU), Cayo Lara, cuyo partido pasó a ser clave en Andalucía y puede serlo también en Asturias, aseguró que “una mayoría de ciudadanos no ha votado a la derecha, y quieren un modelo distinto. Los ciudadanos dijeron no a la reforma laboral”, apuntó.

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