Según un interesante artículo publicado en el matutino La Nación del 6 de septiembre del año en curso los responsables de los programas nacionales para el control de la rabia de 20 países latinoamericanos asumieron el compromiso de erradicar esta milenaria enfermedad que aún causa víctimas en muchos países y en lo que nos toca el mismo artículo informa sobre la epidemiología detectada en nuestras provincias del NOA.

Esto por supuesto refiriéndose a la rabia urbana transmitida principalmente por el perro, sin hacer referencia a la rabia paresiante que afecta principalmente los ganados, pero que también ha cobrado vidas humanas en el norte argentino, principalmente endémica en la zona del NEA.

Si bien las estrategias como se dice son “sencillas y de probada efectividad”, al hablar de la vacunación, de la esterilización y de la promoción de la tenencia responsable de los animales, entre otras, debiéramos considerar aquí en primer lugar el gran poder de adaptación de este virus que se sabe con seguridad ha desarrollado un ciclo aéreo que convierte a los murciélagos en su mayoría insectívoros o que se alimentan de algunos jugos vegetales y viven en abundancia en los centros urbanos, en peligrosos transmisores de la enfermedad, habida cuenta de que es sumamente difícil su eliminación, no se les conocen enemigos naturales lo que permite su fácil reproducción, sin desconocer que cumplen un rol en el ciclo biológico de las especies.

Se detectan todos los años casos en esta especie y se han registrado pasajes a perros y gatos oportunamente publicados.

En segundo lugar al hablar de la tenencia responsable, cabe destacar que no existe en el país legislación al respecto, o al menos que aborde el problema en forma directa.
La actual Ley de Profilaxis de la Rabia y su Decreto Reglamentario hablan de vacunaciones, esterilización, obligatoriedad de contención de las mascotas, identificación, entre otras, una ley del año 1973 que a pesar de ser denostada periódicamente por algunos grupos autodenominados proteccionistas no ha perdido actualidad y sería interesante su completa aplicación.

Las leyes de tenencia de animales potencialmente peligrosos que se han dictado en algunas provincias, recientemente en la nuestra, no es del todo abarcativa.
Sin duda debe abordarse una ley que específicamente se refiera a controlar la sobrepoblación de perros y gatos, que como bien sostiene el Dr. Charles Rupprecht, Jefe del Programa de Rabia de los Estados Unidos, “es una realidad que los animales no crearon” y de la que somos responsables todos.

Un sistema de identificación que permita determinar claramente a quien pertenecen, y quiénes se hacen responsables de los animales encontrados en la vía pública.
La existencia de albergues que en condiciones humanitarias alojen a aquellos que sin dueño pueden ser reubicados.

En fin serían tópicos importantes de una ley que respalde a la “educación a la población en la tenencia responsable de las mascotas” en la que insiste el Dr. Rupprecht.

El Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires ha presentado en distintas oportunidades un proyecto al respecto que se encontrará con otros esperando su tratamiento en algunas de las comisiones del Poder Legislativo.

Respaldamos esta expresión de los funcionarios para solucionar un problema sanitario de tantos años de vigencia y que a veces no se trata con la seriedad y los criterios científicos que deben primar cuando se habla de la preservación de la salud pública.

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