ENSPA, una escuela de rugby

El Rugby en Avellaneda (2da. parte). Escribe: Horacio Gerardi.

“La Normal” fue durante varios años una cantera de jugadores de Rugby, algo poco común para una escuela pública y particularmente en una ciudad amante del fútbol.

 

El Avellaneda Automóvil Club se fundó en 1924. Sus “Mil Millas Argentinas” de Turismo Carretera fueron memorables. No existe material fotográfico de sus equipos de Rugby.

El equipo de Rugby de ENMA (actual ENSPA) era un grupo muy consolidado, en 1959 decidieron realizar un partido amistoso enfrentando a otros jóvenes de la ciudad que jugaban en distintos clubes y frecuentaban el AAC.

Consiguieron la cancha del Club Pucará y pusieron en juego una copa. El partido terminó empatado 3 a 3 (el try valía tres puntos).

La revancha también se jugó en Pucará y volvieron a empatar 3 a 3. De común acuerdo tomaron la salomónica decisión de partir la copa al medio, lo que fue imposible porque algún pícaro se quedó con ella.

En 1960 Rodolfo Borda directivo del AAC y Luís María Bertani director de la escuela, se presentaron en la Unión Argentina de Rugby para inscribir al AAC. La Unión intentó impedir la afiliación argumentando que el automovilismo era un deporte profesional, Borda les enumero la cantidad de clubes afiliados que tenían Golf y otros deportes rentados. El “Automóvil” quedó afiliado.
El club convocó a todos los jóvenes que quisieran jugar, yo fui uno de ellos.

La camiseta del AAC era mitad blanca y mitad celeste en forma vertical, con cuello y puños amarillos.

El primer año presentó 6ta., 5ta., Reserva y Tercera de Ascenso.

Al no tener fotos les daré los nombres que recuerdo divididos endos grupos.
6ta. y 5ta.: Horacio Yeregui, Carlos Sala, Hugo Della Latta, Eduardo Torasa, Eduardo Paredes, Daniel Delguy, Fernando Otero, Blanco, Casadio, Pinky Casares, Flipy Marassi, Marcelo Da Costa, Boby Minteguiaga, Coco Malbernat, Omar Yacobitti, Hugo Tortonese (actual Presidente del AAC), yo tenía edad de 5ta.
Reserva y Tercera: Juan Carlos Di Bitonto, Jorge Albertini, Efrain Gómez, Dafnis Varela, Betín Otero, Héctor Gerardi, Alberto King, Carlos King, Ricardo Maceiras, Pancho Minteguia, Roberto Martino, Jorge Andrés, Luís Trapani, Tiburón Cornelli, Marcoff, Tigre Resta, Titi Dallasta, Soriano, Choli Deheza, Buby Peyrallo.

 

Con Rodolfo Borda, a la derecha de la foto, tuve la posibilidad de recordar anécdotas de Rugby durante muchos años.

 

La Cancha del AAC era compartida con Gimnasia y Esgrima de Lanús, estaba ubicada en el Parque Domínico donde hoy se encuentra el predio de la Universidad Tecnológica Nacional.

El primer partido fue el 8 de mayo de 1960, se enfrentaron las divisiones superiores del AAC y GyE de Lanús. También fue mi debut, con 15 años jugué de centro.

Se habían robado el alambre perimetral que contiene al público fuera de la cancha. Un espectador se sentó con su hija en el in goal para ver el partido, otro se apoyó en la H y el vendedor de garrapiñada cruzó la cancha durante el partido.

El siguiente partido fue con Liceo Naval, la falta del alambre fue más problemática. Entre la cancha y la Av. Mitre quedaba una importante porción de terreno, la municipalidad le alquiló ese espacio a un circo, que ató a los postes del “inexistente” alambre a dos camellos y un elefante, cuando los animales giraban para ver la Avenida se metían dentro del in goal y era necesario espantarlos. El parte del árbitro fue contundente “cancha con escaso césped y superficie arenosa, invasión de camellos y elefantes” La clausura fue inmediata. Betín Otero consiguió la Cancha del Club San Fernando para jugar de local.

El desempeño de las divisiones del AAC fue modesto, acorde con un club que daba sus primeros pasos.

Tengo un grato recuerdo del partido que le ganamos a Banco Nación y no tan gratos del que nos ganó Alumni en el año de su ascenso.

En el segundo año (1961) solo se presentaron dos divisiones, 4ta. y Tercera. Los partidos se jugaban los domingos y el fútbol era un rival difícil de vencer.

Los gastos del rugby complicaban la economía del AAC y decidieron desafiliarse.

Los jugadores más grandes que querían continuar jugando intentaron fundar un club, el Nicolás Avellaneda, la intensión duró unos pocos entrenamientos y un baile para recaudar fondos.

Todos los que queríamos seguir jugando fuimos a otros clubes.

 

Continuará la semana próxima.

 

Horacio Gerardi 

horaciogerardi@yahoo.com.ar

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