Encuentro interreligioso en la parroquia Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás

Bajo el lema: «A la luz del Bicentenario, construyamos una Patria para todos», se unieron en oración representantes de distintos credos de Avellaneda y Lanús.

Con la presencia de representantes de los distintos credos de Avellaneda y Lanús, se realizó el pasado 16 de junio un encuentro interreligioso en la parroquia Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás, sita en la calle Giribone 925 de la localidad de Piñeiro, bajo el lema «A la luz del Bicentenario construyamos una Patria para todos».

Tal como informaron desde el Obispado local, «para crecer como pueblo, como ciudadanos, como Nación y para encontrar los caminos que hagan grande a nuestra Patria», en un marco de acción de gracias, de compromiso participativo como protagonistas de la construcción del bien común de nuestro país, de confesión de caridad y amor mutuo en el respeto de la diversidad, se unieron en oración: Monseñor Rubén Oscar Frassia, Obispo de la diócesis de Avellaneda Lanús, por la Iglesia Católica; por las comunidades judías de Avellaneda, Lanús y Lomas de Zamora, el Rabino Fabián Zaidenberg y los seminaristas Ariel Sigal y Diego Jarlip; por la Fundación para la Amistad Argentina-Turca, el Sheik Beyttullak Cholak; por la Iglesia Católica Ortodoxa Griega del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, el padre Ioannes Argyris; por la Iglesia Evangélica Bautista de Lanús, el Pastor Ignacio Loredo; y por la Iglesia Cristiana Bíblica, el Pastor Carlos Agostinacchio.

«El encuentro fue una vívida manifestación de fe, una activa celebración de «estar juntos para rezar», como decía Juan Pablo II, y luego de reconocer las faltas, llenar de cantos, plegarias y la Oración por la Patria el amplio templo avellanedense, los representes expresaron los motivos principales de su adhesión.

Dijo el Rabino Fabián Zaidenberg, que «cuesta hacernos responsables de nuestra historia; cuando disfrutemos de una conducta propia y cuando disfrutemos del pluralismo, del respeto al otro, por el otro, entonces seguramente vamos a tener una Argentina como soñaron, y que quisieron, nuestros abuelos y bisabuelos que vinieron a esta bendita tierra».

En su reflexión, Monseñor Rubén Oscar Frassia pidió a Dios «que nos haga tomar conciencia de que todos nosotros, con nuestras tradiciones, con nuestra forma de vivir la fe, podemos ser distintos porque todos somos iguales y porque somos iguales podemos ser distintos. Lo universal es el amor a Dios, el amor a nuestros hermanos, por eso no hay ninguna excusa para no acercarnos Dios y no hay ninguna excusa para no acercarnos a nuestros hermanos. Le pedimos a Dios por nuestra Patria, que tiene que construirse fundamentalmente en el reconocimiento y la presencia de Dios ya que es la garantía del respeto humano. Porque a la Patria hay que cimentarla en valores que tenemos que vivir, concretar y comunicar. Por todo ello le pedimos al Buen Dios que nos ayude, desde nuestras expresiones y nuestra fe, a dar un paso y una transición de habitantes a ciudadanos y de creyentes a hermanos».

Para el padre Ioannes Argyris, «independientemente del color de nuestra piel, de nuestras banderas y límites de nuestras fronteras, nuestra responsabilidad estará definida por el grado de aceptación que cada uno de nosotros tenga, respecto de reconocer en primera medida, y proclamar a viva voz, que somos hijos de Dios y que el Altísimo nos ha creado a imagen y semejanza. Roguemos a Dios para que el Señor nos envíe la gracia y la voluntad necesaria para que podamos transformar nuestra influencia en solidaridad, nuestra vanidad en humildad y nuestro egoísmo en amor al prójimo. Si logramos conducirnos con estos valores, estaremos transitando el camino correcto».

A su vez, el Sheik Beyttullak Cholak, sostuvo que «alguien decidió que nazcamos acá, en un lugar de la tierra, el hombre es El, nos ha puesto un destino en la tierra, nos ha creado cada uno diferente, entonces es respetar el amor a la Patria, a la tierra; amar a ese lugar, hacerlo crecer, mejorarlo, cultivarlo, creer en ese destino que Dios ha puesto para nosotros y volver las gracias para que se mejore».

Finalmente, el Pastor Carlos Agostinacchio, afirmó en una plegaria: «es un privilegio escribir una nueva historia aplicando la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo y nuestro Salvador; como pueblo tuyo y como argentinos, que amamos y bendecimos esta tierra y la declaramos tierra santa; levanta un ejército de gente santa con un espíritu de gracia y de oración que se ponga a la derecha para clamar por una nueva nación; y que se produzca una revolución santa que lleve tus divinos propósitos a vivir en integridad en imparcialidad y en justicia social; levántate y destruye a los enemigos espirituales de este país y en tu autoridad, delegada por Jesús, abrimos una puerta de esperanza, un camino de libertad, para que todo ciudadano o extranjero, que vive o pasa circunstancialmente, disfrute de la tierra prometida; que haya abundancia de panes abundancia de seguridad; con Jesucristo todo es posible, te alabamos Padre Nuestro y te bendecimos porque tenemos plena confianza de que obrarás en favor de nuestra Nación la República Argentina».

El encuentro cerró con los agradecimientos, el fraternal saludo de paz, entonándose el Himno Nacional Argentino. Al partir cada asistente llevó como recuerdo la «regla de oro» que está en todas las religiones: «Traten a los demás como quisieran que los demás los traten a ustedes».

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