En Veladas de Estudio realizan muestra de maquetas de Farmacias de todas las épocas

La muestra puede verse en la Biblioteca Popular Veladas de Estudio Después del Trabajo, en Entre Ríos 731 de Piñeyro, de lunes a viernes de 10 a 13 y fines de semana cuando haya actividades en la institución. El autor es
Arialdo Giménez actor, director, escritor, museólogo y escenógrafo.

En la Biblioteca Popular Veladas de Estudio Después del Trabajo, se presentó una muestra de maquetas de Farmacias realizada por Arialdo Gimenez, un amigo de la casa y mío propio desde hace muchos años. Y cuando digo amigo lo hago en el más estricto sentido de la palabra.

Solidario como pocos, Arialdo, siempre colaboró con la Institución y en este caso presentó su muestra en la misma, antes de llevarla a su destino final. Actor, director y escritor de fuste, además de museólogo y escenógrafo, apelamos a sus conocimientos más de una vez y siempre, desinteresadamente, entregó su saber, y elementos tanto para un vestuario de una obra o elementos que son indispensables para un espectáculo. Dicho esto, que no es poca cosa, sentimos la necesidad de expresar todo el amor que sentimos hacia su solidaridad, bonhomía y pasión por lo que hace.

En este caso y de primera mano tuvimos una charla con el flaco, como amigablemente es conocido este trabajador incansable de la cultura.
Nacido en Ciudad de Buenos Aires, vivió gran parte de su vida en Valentín Alsina, zona sur de nuestro querido Conurbano. Vecino de nuestra Biblioteca, nos contó de su producción, en un diálogo que se transformó en este sutil ida y vuelta donde cuenta el por qué de la confección de nueve maquetas de farmacias que se dio en llamar sencillamente; “Farmacias”.

¿Cómo surgió la idea de Farmacias?
La idea surgió porque trabajando en el Museo de la Ciudad (CABA, Defensa 223) noté que la Farmacia “La Estrella”  (CABA, Alsina y Defensa), que está bajo el museo y forma parte del edificio no tenía ninguna exposición en sus vidrieras. Durante un año y medio trabajé, utilizando materiales reciclados. Tapitas de plástico, molduras de madera, mica, cartón, acrílico, madera balsa, terciada, telas, papel, foam board, y hasta luces de los arbolitos de navidad que se habían quemado. Todo pasó a formar parte de las maquetas.

¿Investigaste, o directamente pensaste en diversos temas?
Después vino la tarea de investigación. Revisar libros, revistas, diarios viejos, ver películas  y lógicamente buscar en Internet datos y más datos.
Como soy museólogo, tuve que realizar maquetas para varios proyectos, eso me ayudó muchísimo. También el hecho de haber estudiado escenografía en varios lados me dio las herramientas como para armar las maquetas dándoles en algunos casos la perspectiva necesaria para que se pudieran apreciar diferentes planos. Haber tenido como profesor de “Arquitectura Histórica”, en la carrera de museología, al arquitecto Carlos Moreno, me hizo valorar la riqueza de los distintos tipos de edificios. Desde casas señoriales con boiserie, empapelado y pisos de roble taraceados,  hasta ranchos de adobe y paja con pisos de tierra.

¿Por qué esta escala?
Traté de buscar con el escalímetro en mano, una escala que fuese atractiva de ver. Ni demasiado grande ni demasiado chica, aunque en algunos momentos me desesperaba tratar de realizar piezas tan chiquitas como lámparas, camas o sillas y no conseguirlo. A todos nos encanta mirar una maqueta y descubrir un cuadro, un afiche, o un quinqué;  como el que tuve  que hacer con plástico, loza y una bolita de vidrio. Para la maqueta de la Guerra Civil estadounidense hice los elementos de una mesa de operaciones: bisturí, tijera, pinza, sierra para amputar, separadores, etc. Fue todo un desafío por su ínfimo tamaño.

Hay una Farmacia, que se ve desde afuera, es una esquina de Barracas. ¿Porqué elegiste ese sitio?
Yendo al trabajo, pasaba todas las mañanas por un local cerrado en la calle California y Garibaldi, que tiene un artefacto muy extraño, especie de farol o de conducto de ventilación, o no se qué! Lo que me dio la idea de armar una maquetita de una farmacia vista desde afuera; haciéndole así un homenaje a un barrio tan emblemático como La Boca.

¿De dónde tomaste las imágenes?
La mayoría de las imágenes las tomé de grabados antiguos algunas, de revistas otras y en el caso de la farmacia alemana de 1939 y la estadounidense de la guerra de secesión surgieron de ver las películas: “La ladrona de libros” (2013, Director Brian Percival) en el primer caso y “Lo que el viento se llevó”  (1936, Victor Fleming) en el segundo. Porque en muchos casos durante las guerras se habilitaban Hospitales de sangre y farmacias en el mismo punto para atender a los heridos y suministrarles los medicamentos. La maqueta que muestra una farmacia y hospital en Verdún, Francia, por ejemplo, está armada en lo que fue una caballeriza. Algo muy usual en tiempos de guerra es expropiar una casa o un lugar privado para instalar el hospital, militar por lo general, y una farmacia o depósito de medicamentos cerca del frente de batalla para acelerar la atención de los heridos.

La muestra, estrenada hace un tiempo fue un éxito total, además de vecinos, fue vista hasta por el Intendente Jorge Ferraresi. Es interesante escuchar los comentarios; desde un Guau…, pasando a ¿Cómo lo hizo?, y la búsqueda incansable de personas o personitas que recorrieran estas pequeñas estructuras, sobre todo escuchando comentarios de  los niños, esperamos tenerla todavía un tiempo en nuestra casa.

Espero que el periplo que les espera a las maquetas sea productivo y que la gente que las vea se divierta, disfrute y en algunos casos piense el alto valor de los médicos, enfermeros y farmacéuticos que deben contenernos, cuidarnos y atendernos cuando nuestra salud flaquea.

La muestra puede verse en la Biblioteca Popular Veladas de Estudio Después del Trabajo, en Entre Ríos 731, Piñeyro, Avellaneda, de lunes a viernes de 10 a 13 y fines de semana cuando haya actividades en la institución.

Entrevista: Marcos Magneschi
Fotos: Bruno Magneschi

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