El Silablado llegó a Avellaneda

El Silablado es un método de enseñanza de la lectura, natural y temprano, diseñado para ser empleado con niños de edad preescolar creado por Pablo Hernán Cueto. Con el Silablado los niños juegan a leer y aprenden a leer jugando.

En el 2020 el Silablado (1) llega a las manos de una entusiasta promotora de la lectura infantil, la editora Ananda G. Legarra (griseleditora@gmail.com, IG: @editoraycorrectora). Inmediatamente, ella se comunica con Pablo Hernán Cueto para saber más sobre el método. “En el encuentro nos dimos cuenta de que nos unía el amor por la lectura infantil. El Silablado había llegado a Avellaneda. Con este nuevo entusiasmo, me doy cuenta de que todo está listo para ingresar en la fase 3 de la implementación del Silablado en un jardín de infantes, desde la sala de lactarios hasta la sala de 5 años”, explicó Cueto.

¿Qué es el Silablado?
Es un juego diseñado específicamente para que los niños adquirieran el lenguaje escrito. Está basado en los avances científicos producidos en el campo del desarrollo cognitivo infantil. Este juego no solo se diseñó acorde a estos nuevos hallazgos. Básicamente, es un juego realizado con láminas específicamente diseñadas, que permiten que los niños puedan realizar un balbuceo lector al que llamé silableo. Los trabajos de Laura Ann Petitto (2) demostraron que el balbuceo es la etapa inicial que tienen los niños para incorporar un lenguaje, independientemente de su formato (hablado, de señas o escrito). Por eso a los niños les llama la atención las repeticiones que encuentran en los textos.
“En el sitio de Instagram @silablado.jugar.aprender.leer se puede obtener más información y se puede ver ejemplos de estas láminas”, comentó Pablo.

Conozcamos ahora la historia de cómo surgió este juego.

El fin de Piaget
En 1976 salió un trabajo de Elizabeth Spelke (3) que puso en duda la teoría de Piaget. Al año siguiente se publicó un trabajo de Meltzoff y Moore (4) que también ponía en duda esta teoría. Estudios posteriores realizados por numerosas investigadoras, como Renée Baillargeon, Patricia Kuhl, Alison Gopnik y Karen Wynn (entre otras), debilitaron aun más los postulados de Piaget. Fueron cientos de trabajos científicos los que terminaron por derrocar esta teoría. Al final del siglo Andrew Meltzoff declaró: “Se ha producido un profundo y revolucionario cambio en nuestra teoría del desarrollo psicológico infantil […]; la investigación moderna ha descubierto que los niños pequeños conocen más a edades más tempranas de lo que había predicho la teoría clásica. Estos nuevos hallazgos llevaron a un gradual debilitamiento y, finalmente, al colapso de la teoría clásica de Piaget […]. Ahora hay una búsqueda furiosa de un nuevo marco teórico. Una analogía se puede trazar con la temprana parte de este siglo, cuando la mecánica clásica newtoniana fue derrocada y los físicos buscaban un nuevo modelo” (5).

Un biólogo inquieto
Cómo biólogo, Pablo Cueto hizo su investigación de postgrado en biotecnología (6) con una beca doctoral del Conicet. “Sé muy bien cómo es el camino que va desde una innovación tecnológica descubierta en un “tubo de ensayo” hasta llegar a una planta industrial. Es un largo camino que se realiza por medio de distintas fases en donde se van aumentando las escalas del proceso. A diferencia de Piaget, no soy un biólogo descriptivo, soy un biólogo práctico. Mi formación me permite hallar las publicaciones científicas que se realizan día a día en cualquier área de investigación, solo es cuestión de elegir el campo en el que uno desea investigar. Esto es lo que hice en el año 2001 cuando regresé de mi segunda campaña a la Antártida y después de haber pasado el año 2000 investigando como biólogo en una base científica”.

Un psicólogo que pregunta como biólogo
“Antes de esa aventura en el continente blanco, comencé a estudiar psicología en la UBA. Ahí conocí al Piaget psicólogo, el del período sensorio motor, el “padre del desarrollo cognitivo infantil”. En 1996, durante una clase sobre lectoescritura, conocí a Emilia Ferreiro y a sus “etapas evolutivas”. Al finalizar la clase, me acerqué a la profesora y le hice una pregunta que no me supo contestar. Para un biólogo, la evolución es algo serio. Una verdadera etapa evolutiva pertenece al desarrollo del individuo, cualquiera sea su especie, raza o cultura; como la etapa del balbuceo o el período de la dentición en los humanos, que no se pueden eludir. La pregunta fue: “¿Cómo se manifestarían estas etapas evolutivas en niños de otras culturas, como la asiática, donde poseen una escritura icónica?” La profesora manifestó sorpresa y sólo atinó a preguntarme para que quería saberlo. Le contesté que por curiosidad y se retiró molesta, ¡sin contestarme! Ahí llegué a una conclusión: estas “etapas evolutivas” no son tales y se pueden evitar, por eso las pongo entre comillas”, señaló Cueto.

Un psicólogo científico
“Cinco años después, regreso de la Antártida y me designan como jefe de trabajos prácticos en una cátedra en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA. Ahí descubro que años atrás habían estado trabajando en un test para determinar la capacidad cognitiva de niños pequeños (7) . Entre el 2001 y el 2003 realizo una búsqueda bibliográfica intensiva para saber qué es lo que se sabía en el mundo sobre ese tema y me conecto con Andrew Meltzoff, Laura Ann Petito y Elizabeth Spelke. Andrew me envía dos grandes paquetes por correo y me encuentro con decenas de sus trabajos científicos y uno de sus libros (8). Descubro a otras científicas y lo que se estaba gestando en este campo. Acá no se conocía nada de esto.
Me dediqué entonces a clasificar y ordenar toda la información recibida para procesarla. En el 2003 me gradúo con honores como psicólogo y entre el 2004 y el 2005 me preparo para prestarle más atención a mi hijo, que había nacido en el 2000. Aún tenía en mente las falsas “etapas evolutivas” de Ferreiro y toda la bibliografía que había recopilado y leído, el libro que me regaló Meltzoff y cuatro libros más que me trajeron de afuera”.

Pero tendremos que esperar a la segunda y última parte de esta historia para saber cuál fue el hecho que cristalizó todas estas inquietudes y conocimientos en el “tubo de ensayo” para dar origen a la fase 1 del Silablado.

 

(1) Cueto, Pablo Hernán. “Silablado”, Editorial Dunken, Buenos Aires. (2006)
(2) Laura-Ann Petitto (2001), “Language rhythms in baby hand movements”, Nature, 413: 35-36 Siobhan Holowka y Laura-Ann Petitto (2002), “Left Hemisphere cerebral specialization for babies while babbling”, Science, 297: 1.515
(3) Spelke, E. S. (1976), “Infants’ intermodal perception of events”, Cognitive Psychology, 8: 553-560
(4) Meltzoff, A. N. y Moore, M. K. (1977), “Imitation of facial and manual gestures by human neonates”, Science, 198: 75-78.
(5) Andrew Meltzoff (1999), “Origins of theory of mind, cognition and communication”, Journal of Communication Disorders, 32: 251-269.
(6) Pablo H. Cueto and Beatriz S. Méndez (1990), ”Direct Selection of Clostridium acetobutylicum Fermentation Mutants by a Proton Suicide Method”, Applied and Enviromental Microbioloy 56 (2): 578-580
(7) Arndt E, Santa Cruz G, Azcurra J. (1994), “El paradigma de procesamiento de información de percepción de modalidad cruzada en infantes de 1 y 2 años”. An Neuroped Latinoam 4(1):23-27
(8) Gopnik, Meltzoff ”Kuhl. “The Scientist in the Crib”. Perennial, New York. (2001).

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