La colorida manifestación fue lograda gracias a la colaboración del artista plástico Nicolás García Uriburu, quien llamó a la intervención Utopía del Bicentenario (1810-2010), 200 años de Contaminación.
El procedimiento fue el siguiente: García Uriburu vertió junto con activistas de Greenpeace una sustancia absolutamente inocua llamada fluoresceína, que se diluye y desaparece luego de un tiempo sin producir impacto de ningún tipo en las aguas.
«Con la acción que llevamos a cabo hoy llamamos la atención a las autoridades sobre un gravísimo problema de contaminación ambiental que lleva dos siglos sin solución, alertamos sobre el vergonzoso estado del río y de la cuenca Riachuelo Matanza y la necesidad de cuidar de un recurso como el agua, que cada día es más escaso» -expresan los activistas de Greenpeace.
