El Papa aconseja a los padres imitar a san José: “rezar, trabajar y amar”

Durante la audiencia general de este miércoles 26 de enero, el papa puso como ejemplo a san José para todos los padres y madres que enfrentan situaciones difíciles con sus hijos.

“Pienso en este momento en muchas personas que están aplastadas por el peso de la vida y ya no logran ni esperar ni rezar”, dijo el papa Francisco este miércoles 26 de enero de 2021 durante la tradicional audiencia general en el aula Pablo VI del Vaticano, continuando con su ciclo de catequesis sobre San José. En esta ocasión reflexionó sobre la figura de San José como hombre que sueña.

“Que San José pueda ayudarlos a abrirse al diálogo con Dios, para reencontrar luz, fuerza y ayuda”, expresó el pontífice.

“En la vida todos nosotros experimentamos peligros que amenazan nuestra existencia o la de los que amamos. En estas situaciones, rezar quiere decir escuchar la voz que puede hacer nacer en nosotros la misma valentía de José, para afrontar las dificultades sin sucumbir”, indicó el Santo Padre.

En esta línea, el Papa reconoció que “también el miedo forma parte de la vida y también este necesita de nuestra oración” y añadió que “Dios no nos promete que nunca tendremos miedo, sino que, con su ayuda, este no será el criterio de nuestras decisiones”.

“José siente el miedo, pero Dios lo guía también a través de él. El poder de la oración hace entrar la luz en las situaciones de oscuridad”, señaló.

Al dedicar su catequesis a la “figura del San José como hombre que sueña” Francisco recordó que “en la Biblia, como en las culturas de los pueblos antiguos, los sueños eran considerados un medio a través del cual Dios se revelaba”. “El sueño simboliza la vida espiritual de cada uno de nosotros, ese espacio interior, que cada uno está llamado a cultivar y custodiar, donde Dios se manifiesta y a menudo nos habla”.

Sin embargo, el Santo Padre advirtió que “dentro de cada uno de nosotros no está solo la voz de Dios”, sino que hay muchas otras voces, como por ejemplo, “las voces de nuestros miedos, de las experiencias pasadas, las voces de las esperanzas; y está también la voz del maligno que quiere engañarnos y confundirnos”.

Por ello, el Papa destacó la importancia de “lograr reconocer la voz de Dios en medio de las otras voces” y subrayó el testimonio de San José que “demuestra que sabe cultivar el silencio necesario y, sobre todo, tomar las decisiones justas delante de la Palabra que el Señor le dirige interiormente”.

En este sentido, el Santo Padre reflexionó sobre los cuatro sueños de San José narrados en el Evangelio que ayudan a “entender cómo situarnos ante la revelación de Dios”.

“Muchas veces la vida nos pone delante de situaciones que no comprendemos y parece que no tienen solución. Rezar, en esos momentos, significa dejar que el Señor nos indique cuál es la cosa justa para hacer. De hecho, muy a menudo es la oración la que hace nacer en nosotros la intuición de la salida, cómo resolver esa situación”, afirmó.

Luego, el Papa explicó que “el Señor nunca permite un problema sin darnos también la ayuda necesaria para afrontarlo” y agregó improvisando que Dios “no nos arroja allí en el horno solos, no nos arroja entre las bestias. No. Cuando el Señor nos deja ver un problema nos da siempre la intuición, la ayuda, su presencia para salir, para resolverlo”.

“Pienso en este momento en muchas personas que están aplastadas por el peso de la vida y ya no logran ni esperar ni rezar. Que San José pueda ayudarles a abrirse al diálogo con Dios, para reencontrar luz, fuerza y paz”, y recordó también a los padres que padecen por los sufrimientos de los hijos.

El Papa también improvisó algunas palabras dirigidas a los padres con hijos enfermos, incluso que padecen daños permanentes. “¡Cuánto dolor ahí!”», expresó.

Sucesivamente, reflexionó sobre diversas situaciones: “Padres que ven en los hijos orientaciones sexuales diversas. ¿Cómo enfrentar esto? Acompañar a los hijos y no esconderse en una actitud condenatoria”, expresó mirando a los fieles y peregrinos presentes.

“Padres que ven partir a sus hijos debido a una enfermedad. Es más triste, lo vemos todos los días en el periódico, jóvenes que hacen locuras, y terminan en un accidente en auto. Los padres que ve a los hijos que no estudian”.

“Pensemos a los tantos problemas de los padres, pensemos en cómo ayudarles. A estos padres, les digo no se asusten. Piensen en cómo san José ha solucionado los problemas”. En definitiva, el Papa insistió a “jamás condenar a un hijo”.

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