El Obispo de Avellaneda y Lanús, Monseñor Frassia, difundió su mensaje de Pascua
«Queremos reflexionar acerca del Paso del Señor: Cristo con su resurrección, ha vencido el pecado y la muerte. Dos realidades, que nos son muy cercanas, que aunque las queramos negar, nos están rodeando permanentemente», expresa.
El Obispo diocesano de Avellaneda – Lanús, Monseñor Rubén Frassia, difundió su mensaje previo a la celebración del domingo de Pascua, titulado: «Cristo Nuestra Pascua, ha Resusitado».
Un texto de lectura imprescindible para los cristianos y hombres de bien de nuestra ciudad, por lo que transcribimos a continuación en su totalidad:
«En esta Pascua, queremos reflexionar acerca del Paso del Señor: Cristo con su resurrección, ha vencido el pecado y la muerte. Dos realidades, que nos son muy cercanas, que aunque las queramos negar, nos están rodeando permanentemente.
El pecado provoca esclavitud. La esclavitud, nos lleva a la negación de una vida libre, entera, y digna. El pecado nos encierra y nos asfixia en nuestros pensamientos, o en nuestras costumbres. De ambos modos, pretenden hacernos vivir alejados de la verdad y de la vida. Pero tenemos una certeza: Todos los argumentos y razonamientos falaces con que el egoísmo y las ideologías pretenden envolvernos no constituyen nunca una verdad.
Hoy se pretende vivir una vida enajenada. Se rompen los vínculos y las relaciones interpersonales. Se deteriora el trato respetuoso entre los hombres. Se llega, incluso, a querer, vanamente, justificar, por argumentos falsos o parciales, el derecho a nacer, fundamental del ser humano, promoviendo la legalización del aborto.
Hoy, la búsqueda de una buena situación económica que lleve al bienestar, conduce al individualismo, a la aceptación de atajos en lo relativo a la moral, a la promoción de derechos sin las correlativas obligaciones, descuidando la solidaridad y exaltando el relativismo y el subjetivismo en todas las dimensiones de la vida personal y social.
Hoy la confusión entre lo verdadero y lo falso conduce al escepticismo. La multiplicación hasta la saturación de las palabras pretende usurpar la fuerza de la evidencia de la verdad.
Hoy la corrupción en los diferentes estamentos, particularmente en los niveles directivos de la sociedad, es una moneda corriente, con la consecuente desmoralización en los sectores más vulnerables, particularmente en los jóvenes.
Cristo es el «camino, la verdad y la vida». El nos da la posibilidad de peregrinar con ánimo renovado por sus caminos, pero no de cualquier manera, sino en verdad y en vida. Su compromiso, nos ayuda a nosotros a vivir comprometidos. La vida define, y las palabras expresan. Elijamos siempre la vida.
Protejamos nuestras familias nutriéndolas de valores, de virtudes humanas y cristianas. Es preciso insistir en una educación integral, en lo humano y en lo trascendente, en la paz, en la verdad, en la libertad, la justicia y en la caridad, que son los pilares de nuestras familias y de nuestra sociedad.
La celebración pascual coincide este año con el inicio del camino hacia el bicentenario de Nuestra Patria, como Nación, que necesita de nuestro compromiso no solo para festejar sino también para proyectar el futuro concretándolo en este presente, procurando juntos el bien común de todos los argentinos.
La presencia de Jesús Resucitado, que vence el pecado y la muerte diciéndonos que no tengamos miedo, nos colme de alegría, de fuerza, de luz, de ternura y de amor.
Y que la Virgen María, con su ejemplo de confianza y de fidelidad nos ayude a ser más sus hijos y a considerarnos entre nosotros como hermanos».
Les doy mi bendición de Padre y Pastor».
¡Felices Pascuas de Resurrección!
Mons. Rubén O. Frassia
Obispo de Avellaneda-Lanús