Por su parte, el gobernador bonaerense Daniel Scioli calificó al hecho como “atroz y desgarrador” y pidió “llevar adelante todas las acciones posibles para revertir estos hechos de violencia”.

Mientras tanto, el fiscal de Instrucción platense a cargo de la causa, Alvaro Garganta, encabezó este martes por la tarde una inspección ocular en lugar del hecho.

El propio funcionario judicial explicó a la prensa que la diligencia se trató de una “revisión” de la escena del crimen “para que no se escape ningún detalle”.

El fiscal Garganta confirmó a Télam que este jueves el remisero Marcelo Tagliaferro participará de la rueda de reconocimiento a la que será sometido el detenido Martínez.

Este remisero es quien llevó a Marisol Pereyra (35) hasta el departamento de la calle 28, entre 41 y 42, del barrio La Loma, de La Plata, donde vivían Bárbara Santos (29), su madre Susana de Barttole (63) y su hija, Micaela Yamila Galle (11).

“Yo tengo la imagen de él en la cabeza. Todos los días estoy pensando en cómo es. Cuando vi la foto en el diario me aseguré que era esa persona. Para mí es él. Esa foto me la imagino con la barbita crecida”, afirmó el chofer en declaraciones periodísticas.

El abogado Gustavo Galasso, quien representa como particular damnificado a la familia de Marisol, aseguró que “el remisero está en condiciones de reconocerlo. Lo vio cuando la llevó a Marisol. Lo ve por el espejo cuando se le acerca y le dice que se vaya”.

Galasso, de todas maneras, opinó que el reconocimiento “es un elemento más”, pero no el único que podría comprometer a Martínez con el hecho.

Es que para el letrado, “hay varios elementos que permiten acreditar que Martínez estuvo en el lugar del hecho y sindicarlo como posible autor”.

Por otra parte, los investigadores analizaban este martes una serie de cartas que fueron encontradas rotas en un cesto de la casa del karateca, en las cuales le escribió a su novia, Bárbara Santos, que no podía vivir sin ella.

Ahora, los pesquisas investigan si Martínez rompió esas cartas al regresar de cometer la masacre, en la madrugada del domingo.

Fuentes policiales contaron este martes a Télam que esos papeles rotos fueron secuestrados por los detectives de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de La Plata el mismo domingo durante el allanamiento de urgencia en su casa de la calle 156, entre 125 y 126 de Melchor Romero.

Las cartas estaban en un cesto ubicado al lado del escritorio donde Martínez solía usar la computadora y el propio imputado, antes de quedar aprehendido, le dijo a la policía que habían sido escritas por él.

En tanto, los pesquisas analizaban también las cámaras de seguridad municipales que pudieron haber registrado el paso del Fiat Uno del acusado cuando regresaba a su casa de Melchor Romero la madrugada del domingo.

Además, los investigadores establecieron que la niña asesinada realizó cuatro comunicaciones telefónicas antes de ser atacada.

La sospecha de los pesquisas es que Micaela se hallaba en la habitación de su abuela en el momento en que el homicida comenzó a atacar a sus víctimas y escuchó los gritos.

Por eso, pudo haber querido advertir a algunos de sus familiares sobre lo que estaba ocurriendo.

“Tres de ellas fueron llamadas que no llegaron a contestarse y la cuarta fue realizada a una prima que alcanzó a atender pero la comunicación se cortó de manera abrupta”, dijo un investigador.

La sospecha es que el agresor ingresó a la habitación en el mismo momento en que la niña estaba con el teléfono en la mano y le asestó un golpe en la cara con un objeto contundente, posiblemente el palo de amasar que, luego, fue secuestrado en el lugar.

El hecho fue descubierto la madrugada del domingo último, en el departamento de la calle 288 de La Loma, donde tras el aviso de un vecino la policía encontró los cadáveres de Bárbara, su amiga Marisol, su madre De Barttole y su hija Micaela.

Por el cuádruple crimen quedó detenido el karateca Martínez, quien era novio de Bárbara.

En el pedido de detención, el fiscal Garganta entendió que el móvil del homicidio contra Bárbara fue “por cuestiones vinculadas con desavenencias de pareja” y que las otras dos mujeres y la niña fueron asesinadas por Martínez “con el fin de lograr su impunidad”.

En tanto, en su indagatoria del lunes, el acusado dijo ser inocente y que al momento de los crímenes se hallaba en su casa mirando una película.