El ex presidente Fernando de la Rúa negó el pago de sobornos y se proclamó inocente

Fernando de la Rúa se proclamó “inocente” y negó que se hayan pagado sobornos para la aprobación de la ley de Reforma Laboral en su gobierno, al comenzar su declaración indagatoria ante el tribunal oral que lo juzga por supuesto “cohecho activo”.

“Vengo a ejercer la defensa para esclarecer y demostrar mi inocencia y la inexistencia del hecho”, comenzó el ex presidente, de 74 años, poco antes de las 17.30 y enseguida calificó de “absurda” la acusación en su contra y dijo que está basada en “groseras mentiras” y “contradicciones”.

De La Rúa habló durante una hora y media y después se dispuso un cuarto intermedio hasta el martes próximo a las 10, cuando terminará su exposición y responderá preguntas de todas las partes.

Ante los jueces del Tribunal Oral Federal 3 Gerardo Larrambebere, Miguel Pons y Guillermo Gordo comenzó dando sus datos personales, edad, profesión abogado y estado civil casado.

La defensa había pedido que hablase dos horas y seguir mañana, debido a que desde temprano se encontraba en los tribunales federales de Retiro asistiendo al juicio y escuchó durante casi 4 horas el final del interrogatorio al arrepentido del caso, Mario Pontaquarto.

“Vengo a defenderme, a mi familia, y soy consciente que defiendo la institución presidencial”, agregó apoyado por unos apuntes y mirando de manera directa a los jueces en el salón de Usos Múltiples de los tribunales de Retiro.

También aludió a los “padecimientos” y denunció que fue indagado y procesado “para la luz de las cámaras de televisión”.

“Créanme que traigo el desvelo de todos estos años. He soportado con paciencia una larga lista de agravios y mentiras”, dijo con la vista clavada en los jueces y tono pausado.

De la causa “surgen groseras mentiras, contradicciones, y es una prueba superficial”, agregó al recordar su gobierno con la Alianza y dijo haber formado “un equipo” con “los mejores hombres”.

Y repasó los hechos centrales de su mandato, como el corralito al que consideró una “medida inevitable” porque “una devaluación hubiera desplomado los salarios, era imposible”.

Como ya hizo en su declaración indagatoria en la investigación del caso se calificó víctima de un “golpe institucional” por parte de un “sector del peronismo bonaerense con el FMI” que “confluyeron para mi salida. Nos tiraron a la zanja”, sentenció.
Sobre la controvertida ley que dio origen a la causa, dijo que era “importante pero no central”.

“No iba a comprometer mi honor para sacar una ley importante pero no existencial” y reiteró que los votos de los cinco senadores justicialistas procesados junto con él no eran necesarios para conseguir la aprobación en la Cámara Alta.

“El juez se aferraba a su declarante estrella y todo lo que dijera era palabra santa”, agregó sobre los cargos en su contra del juez federal Daniel Rafecas y en alusión al arrepentido Mario Pontaquarto.

Y negó haber estado en una reunión con el entonces secretario parlamentario del Senado en Casa de Gobierno. “Es una reunión absurda. No hay precisión de Pontaquarto de qué se trata el `arréglenlo con De Santibañes”.

“El país atravesaba una recesión cuando asumí el Gobierno” con “altísima deuda externa”, en una situación que “generaba compromisos” y respecto al FMI dijo que “apretaron más la clavija” con un cambio de autoridades que hubo y que ese organismo internacional le hizo “mucho mal” al país.

“Entonces me pasaron cuentas a mi por cosas de años precedentes”, aunque rechazó que la reforma Laboral se haya votado por su exigencia.

“El país estaba en recesión, era difícil el tiempo económico en que me tocó gobernar” pero “mi Gobierno no vino para fomentar la corrupción sino para combatirla”, aseguró.

Por la mañana y parte de la tarde había terminado de declarar el ex secretario parlamentario del Senado Mario Pontaquarto, el “arrepentido” del caso, quien debió aclarar contradicciones en las que incurrió en sus diferentes declaraciones indagatorias ante la Justicia desde su confesión en diciembre de 2003.

Luego dejó la sala de audiencias al iniciarse la declaración del ex presidente.
Pontaquarto había dicho antes que sus contradicciones ocurrieron porque nunca tuvo un “libreto”.

“Quiero aclarar a los señores jueces y abogados de las defensas que cuando me presenté ante la Justicia traté de narrar lo relatado con espontaneidad, no fui con un libreto, puede haber pequeñas contradicciones porque habían pasado tres años desde el relato y los hechos”, expresó ofuscado en un tramo de la declaración.

Y continuó: “Por supuesto que hay contradicciones, las tiene que haber porque fue espontáneo, no estudié ningún libreto porque si la primera vez que vine a declarar acá hubiera estudiado un libreto de memoria no habría contradicciones”.

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